Capítulo 28

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En ocasiones uno calla por proteger a los que más quiere sin darse cuenta que es lo peor que se puede hacer. A veces es mejor contar la verdad, aunque se lastime que mentir para no dañar a los que se quieren.

Christian

Sigo bebiendo. El corazón me duele, no se si pueda seguir. Sigo sin entender como Anastasia se burló de mí. Le di todo, amor, cariño, dinero y ella me pago de esta manera. Observo su foto. La acaricio lentamente. Hace dos días se fue, hace dos días mi vida no es vida.

—Señor —Rachel entra y empieza abrir las cortinas. Volteo a ver hacia dónde está, la luz me lastima. Me tapo de inmediato los ojos con la almohada, la resaca es horrible.

—¿Qué quieres?

Mi voz es ronca. Después de un rato me quito la almohada y miró a Rachel quien me mira con lastima. Yo no necesito la lastima de nadie.

—Señor necesita asearse.

—Ella me engaño Rachel —mis lágrimas de nuevo empañan mi vista— se burló de mí —observo la fotografía que está a mi lado ya rota.

—Señor Grey no es que yo me meta, pero —se calla y piensa lo que me va a decir— la señora Anastasia jamás le fue infiel se lo juro.

Dejo de mirar la fotografía de Ana y miró a Rachel, recopilo lo que me acaba de decir. Mi enojo crece más. Rachel sabía lo que estaba pasando y jamás me lo contó.

—Así que tú sabías...

Me levanto de la cama y camino de un lado para otro como león enjaulado. Me río como pude ser tan ¡estúpido, todos lo sabían!

—Señor perdón — me mira arrepentida, pero ahorita su arrepentimiento no me importa.

—¡No Rachel! ¡No pidas perdón, todos los que me rodean mienten! ¡Todos! ¡Sabían muy bien que Anastasia tenía aquí mismo a su amante y nunca me lo dijeron!

Empiezo a tirar todo lo que está a mi alrededor. Rachel solo llora, pero de nada me sirve. Ella nunca me habló con la verdad, solo solapaba a mi mujer.

Taylor entra y mira a Rachel de pies a cabeza para después mirarme a mí.

—Escuche gritos ¿Qué pasa?

—¡Pasa que tu esposa sabía toda la verdad y nunca me lo dijo! ¡Se calló! ¡Protegió a mi mujer y a su amante!

Gritó y me golpeó en el pecho. Lloro ya no me importa si me ven llorar, de qué sirve ser fuerte de nada, cosas como estas no se pueden ocultar.

—¿Qué?

Taylor me mira sorprendido y después mira a su mujer queriendo una explicación.

—¡Como lo escuchaste! ¡Rachel sabía todo!

Ella nos mira asustada, sus lágrimas no la dejan hablar. Taylor está furioso su rostro lo refleja, si él lo está que me imagine como estoy yo.

—Señor yo no tengo palabras para justificar a mi esposa —Taylor me mira apenado y después a ella quien no ha dejado de llorar—. Y si usted decide despedirnos yo lo voy a comprender. Esta en todo su derecho, hemos defraudado su confianza —lo dice nervioso, pero se muestra seguro.

Pienso lo que me acaba de decir. Taylor siempre me ha sido muy leal y eficiente en las actividades que le pido, no tengo razón para despedirlo. Respecto a Rachel todo es diferente, siempre fue una empleada eficiente y buena pero lo que hizo, ayudarle a mi mujer.

—No —intervengo— No los voy a despedir, a ti te necesito Taylor, has sido de gran ayuda y no me has defraudado. Y en cuanto a ti Rachel no te corro porque necesito a tu marido, pero desde hoy perdiste mi confianza.

Amarte es mi destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora