Capítulo 18

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Anastasia 

Ha pasado una semana desde que Christian y yo dormimos en recámaras separadas. Nuestra convivencia se vuelve cada vez más difícil. Las puertas del elevador se abren. Ryan se marcha al despacho y yo voy a la cocina por un vaso de agua. Rachel no se encuentra a la vista, ha de estar en el cuarto de lavado o en el estudio de Christian haciendo el quehacer.

Saco las pastillas que la ginecóloga me mando. ¿Cómo le voy a decir a Christian que vamos a tener un hijo en la situación que nos encontramos?

Doy un largo suspiro. Me voy a mi recámara, observo el reloj. Son las cuatro de la tarde. Me quito los tacones y me acuesto en la cama. Me llevo las manos al vientre. Un pequeño ser crece dentro de mi y llega en un momento no favorable.

—Hay mi amor —suspiro— llegas en un momento donde tu papi y yo no estamos bien, pero te juro que a pesar de eso te amo. Y te voy a cuidar con mi vida si es necesario.

El sueño esta a punto de vencerme cuando escucho unos fuertes golpes en la puerta. Me levanto confundida.

—¡Señora Anastasia! —escucho la voz de Rachel— ¡señora Anastasia!

—Adelante —le indico mientras me levanto de la cama.

Rachel entra con una desesperación y me mira con los ojos llorosos.

—¿Qué sucede?

—Es... es el señor Christian.

—¿Qué pasa con él? —la miro confundida.

—Sufrió un accidente. Está hospitalizado.

¿Qué? No, niego, siento mis ojos arder, mis lágrimas en cualquier momento van a salir.

—¿Co... como que sufrió un accidente? —las palabras apenas si salen de mi boca—. ¿Qué le paso a mi marido?

Rachel niega y yo de inmediato me coloco las zapatillas. Ryan ya esta ahí.

—No lo se señora, hablaron de urgencias.

—¿EN DÓNDE ESTÁ MI MARIDO?

—En el hospital central señora —menciona Ryan. —Rachel no te preocupes, yo me encargo de informar a la señora y llevarla.

Sin esperar más salgo de la recámara. Tomo mi bolso que deje en la sala y me doy cuenta que ahí está mi celular. Al prenderlo veo que tengo llamadas perdidas.

Observo con Rachel llora. Ryan y yo subimos al elevador. Siento como mi corazón palpita demasiado. Por favor dios mío que no le pase nada a Christian. El... el no se puede morir porque yo lo amo. A pesar de todo lo sigo amando.

—¿QUE LE PASO A MI MARIDO RYAN? —le exijo una explicación.

—El señor Grey sufrió un atentado.

El alma se me va del cuerpo. No, entonces esta mas grave de lo que creí.

—¿Cómo que un atentado? —Ryan no menciona nada— ¡RYAN HABLA POR DIOS! ¡SOY LA ESPOSA DEL HOMBRE QUE TE PAGA ASI QUE YO TAMBIEN NECESITO QUE ME DES EXPLICACIONES! —me altero. El me mira sorprendido. Jamás me había escuchado gritar, pero ahorita no estoy para juegos.

—No lo sé. Taylor no me explico mucho pero el señor Grey dentro de lo que cabe no esta en peligro. Tranquilícese señora por favor. Que si algo le pasa el señor Grey es capaz de levantarse de esa camilla y matarme el mismo con sus propias manos.

Menciona Ryan con seriedad. Trato de pensar en lo que me dijo y también que ya no soy solo yo. Si no este pequeño que esta dentro de mí.

Al llegar al hospital me bajo de inmediato sin esperar a Ryan, corro por el pasillo hasta que llego a recepción. La enfermera esta mirando algo en la computadora. Ni siquiera a notado que me encuentro ahí.

Amarte es mi destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora