Capítulo 14

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Christian

Despierto en la madrugada, miro el reloj de la mesilla que marca las 02:30 de la mañana, vaya que si dormí. Observo a Ana que duerme entre mis brazos y sonrió, por fin es mi esposa bajo todas las de la ley, en unas horas vamos a viajar así que necesita descansar, en la luna de miel podré hacerle lo que yo quiera. Le beso la frente y la acomodo lo mejor que puedo entre mis brazos.

Todo lo que quería ya lo tengo, ahora solo falta tener un hijo, un pequeño de nuestro amor. Si Ana me llegara a dar la noticia yo sería el más feliz. Tengo que hablar con ella y decirle la verdad acerca de la empresa, que ayude a su padre con la inversión y pagando todas las deudas para que volviera a salir a flote pero que eso no significa que no la compre. Que si ella no me aceptaba yo de igual forma ayudaría a su padre y la empresa estaría a salvo, claro, aunque algunos términos iban a cambiar.

Sé que ella no sabe nada acerca de los tratos que hice y eso me alegra, se casó conmigo porque me ama y no por lo que representó.

Mis ojos se van cerrando y mis pensamientos diluyendo.

Unos besos por toda la cara me despiertan y me encuentro con la mirada que más amo, mi bella mujer esta con una bata y sentada a mi lado.

—Por fin despertó el bello durmiente —ríe y su risa me contagia.

La miro es perfecta, y lo mejor que es la mujer de mi vida.

—Que hermoso es despertar con esta belleza —sonríe— te amo Ana. —la beso—. Mi amor ponte ropa porque así me dan ganas de hacerte mía y no tenemos tiempo.

Hace pucheros y se levanta, me encanta demasiado más cuando la hago mía y veo su cara llena de placer.

Desayuno todo lo que Ana me trajo, está muy rico, al terminar me doy un baño, no puedo creer el cambio que dio mi vida y hubiera sido así si hace cuatro años y medio nos hubiéramos conocido, si yo no me hubiera ido de nuevo a Alemania. Pero eso lo dejo atrás, ahorita estoy muy feliz y por algo pasan las cosas.

Salgo de bañarme, me arreglo, noto que mi celular prende, tengo una notificación, lo reviso y tengo tres llamadas perdidas de mi madre y un mensaje.

—No maldita sea ¡no! —aviento el celular, Ana entra de inmediato a la recámara al escuchar mi grito, está asustada.

— ¿Qué pasa? —me mira con desconcierto, verla me tranquiliza, es mi soporte.

¿Cómo decirle que no vamos a salir de viaje?, que nuestra luna de miel se iba a cancelar por las estupideces de Jack.

—Amor sé que esto ya lo habíamos planeado y me duele que no se pueda hacer.

—¿De qué hablas Christian? —se acerca a mí y me toma de las manos. Me da tanta pena decirle que nuestra luna de miel se cancela, ella no se merece esto.

—No va a ver luna de miel, al menos no ahorita.

Me da una pequeña sonrisa y me acaricia la mejilla.

—Amor eso es lo de menos, se que tienes cosas que arreglar. No te preocupes, claro no es que me haga feliz el no salir, pero sé que es por alguna razón muy fuerte, ya va a llegar el momento de salir —me besa, y siento como sonríe, en verdad que tenerla a mi lado es lo mejor que me pudo a ver pasado.

Ana no tiene que pagar los platos rotos que el estúpido de Jack hace, esta me las va a pagar.

—Por eso te amo —junto su frente con la mía.

.

— ¿En dónde está Jack? —le pregunto a mi madre quien me mira con tristeza, sé que a ella más que a nadie le duele el distanciamiento que Jack y yo tenemos.

Amarte es mi destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora