Capítulo 17

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Anastasia 

—Elliot...

—¡Nada Anastasia! Necesito que me aclares lo que acabo de escuchar.

Cierro los ojos y suspiro, entre Elliot y yo jamás existieron secretos. Decido contarle lo que se, observo como su rostro se va transformando conforme le cuento las cosas.

—Grey es un maldito. Y mi padre también por permitir que te hiciera lo que te hizo. Jamás imagine que mi padre seria capaz de hacer semejante cosa. ¿Y como esta eso de la amante? Ana contesta.

Siento como todo me da vueltas, oh no, me voy a desmayar. De repente todo se vuelve negro. Escucho murmullos, poco a poco abro los ojos y mi vista se centra en Kate que sostiene mi mano.

—¿Qué?... ¿Qué me paso?

—Te desmayaste —responde Kate mientras me suelta de la mano.

Miro que Elliot toma la botella y la deja en la cocina, esta molesto.

—¿Cuánto bebiste Anastasia?

Me siento como una niña pequeña, cuando tomaba sus cosas y el me regañaba porque lo hacía.

—Yo... —escucho que su celular suena y se aleja de Kate y de mí.

—Esto no fue por la bebida —Kate menciona mientras me mira con una mirada de interrogación— esto es algo más, las náuseas, los mareos y ahora esto solo indican una cosa Anastasia. Estas embarazada.

Miro a Kate con los ojos abiertos y niego, ¿embarazada? No, yo no puedo estar embarazada. ¡La regla! Como no me había dado cuenta que llevo mes y medio de retraso. Dios bebi tanto que si estoy embarazada eso puede ser peligroso para el bebé.

Un bebé de Christian y mío, no, no puedo estar porque como va a llegar en las condiciones en las que nos encontramos. Pero algo me dice que, si estoy, tengo varios síntomas.

—Yo, no que decir.

—Te tienes que hacer una prueba Anastasia, consumiste demasiado alcohol.

—Lo sé, Kate no le digas nada de tus sospechas a mi hermano, por favor.

—Esta bien, vamos, debes de ir al departamento con Christian, aunque tu hermano y yo no queramos.

Asiento y me levanto. Cierro bien la cabaña y caminamos lentamente hasta mi auto. Elliot ya se encuentra ahí, trae cara de pocos amigos.

—Voy hablar con el imbécil de tu marido, y tu te tienes que divorciar de él. Ya veremos como nos arreglamos para pagarle hasta el último centavo.

Arranca y yo me acurruco en el asiento. Lo menos que quiero ahora es una pelea entre mi hermano y mi marido.

Llegamos, el chofer de mi hermano ya los esta esperando. Kate se despide de mi y se baja, le doy el acceso a Elliot e ingresamos al estacionamiento.

—Ana mejor vámonos —niego— necesito pensar bien las cosas y aclarar todo esto.

—¡No! Ne... necesito aclarar las cosas.

Me bajo del auto y Elliot me sigue, me da las llaves y yo las guardo en la bolsa.

—Cualquier cosa que te haga ese desgraciado no dudes en llamarme.

Asiento y camino hacia el elevador, los pies me duelen, ya no aguanto las zapatillas. El elevador sube demasiado rápido para mi gusto, no recordara que fuera así de veloz.

—Ya está aquí— escucho como Christian menciona y cuelga el teléfono. Su mirada es difícil de descifrar—. ¿Dónde carajos estabas? —me gruñe. Yo pestañeo y da un paso hacia atrás, todavía me siento borracha pero tan siquiera se me ha bajado un poco a cuando Kate me encontró. Me quito los tacones, y camino hacia el mini bar, Christian me sigue con la mirada. Tomo un vaso y me sirvo brandy, doy el primer trago y me sabe a gloria, sonrió.

Amarte es mi destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora