Capítulo 38

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Christian

No puedo creer cuanto odio me tiene Jack para hacerme esto. Me duele aceptar que mi propio hermano sea capaz de hacer lo que él hizo. Pienso mientras salgo como alma que lleva el diablo cuando Rachel nos dice que Ana fue a donde la cito Jack. Welch busca la dirección, pero el Audi que Ana se llevó nos manda a la ubicación exacta.

Trato de tranquilizarme, pero no puedo. No debí de dejar a Ana sola, debí de estar con ella. Maldito Jack, se aprovechó de la vulnerabilidad de mi madre y de Ana.

Llegamos a las afueras de Seattle, son edificios que no tardan en caerse. La policía y la gente de Welch rodean mientras que Taylor, Ryan, Elliot, y yo bajamos de auto y con mucho cuidado entramos. El lugar huele mal y por todos lados hay insectos y mi pequeño ha estado aquí por más de un día. Buscamos en cuarto por cuarto hasta que vemos las luces prendidas de dos. Caminamos sigilosamente hasta que llegamos a uno, en ese hay una cuna, me acerco y encuentro a mi hijo, de inmediato lo tomo entre mis brazos y lo abrazo, duerme y no presenta ningún golpe ni nada por el estilo. Mis lágrimas no tardan en salir.

—Voy a encontrar a tu mami, hijo, te lo juro —le doy un último beso— así tenga que dar mi vida por salvarla.

Me acerco hasta donde están Elliot y Ryan y se lo entrego.

—Elliot —menciono por lo bajo— llévate a Teddy, necesito encontrar a Ana.

El asiente y lo toma entre sus brazos. Mira a su sobrino y después me mira a mi—. Christian, cuida a mi hermana por favor.

Cierro los ojos y asiento—. Con mi vida la voy a defender si es necesario.

Observo como se marchan y trago hondo, tal vez sea la última vez que vea a mi hijo, sé muy bien que Jack hará lo que sea para eliminarme. Elliot y Ryan desaparecen de mi vista. Taylor y yo decidimos seguir, de repente escuchamos los gritos de Jack.

Caminamos cuidadosamente y observo a Ana tirada en un colchón viejo. Tiene el ojo hinchado y el labio partido ¡ese maldito se atrevió a tocarla! Estoy a punto de acercarme cuando Taylor me detiene, me dice que espere a que Jack revele toda la verdad y a que llegue más refuerzos.

Escucho como Jack descarga todo su odio y como Ana busca hacer tiempo para entretenerlo. ¡por que la maldita gente de Welch no llega! Todo pasa tan rápido solo veo como Jack toma del brazo a Ana y la levanta para colocarla delante de él y ponerle la pistola en la cabeza. La sangre me abandona el cuerpo. Se que cualquier movimiento que haga puede ser contraproducente.

—Bienvenido a la fiesta querido hermano, solo faltabas tu para festejar —me da una sonrisa que jamás le había visto.

—Suelta a Ana, Jack —le digo a Jack mientras salgo de la oscuridad, bajo mi arma al suelo y mantengo mis manos arriba— es a mí a quien quieres.

Jack hace un ruido extraño con su boca y pega más la pistola a la cabeza de Ana.

—Quien diría que tendría en mi poder a Christian Grey —hace una risa que me da escalofríos y también a Ana porque miro en su cara un pánico que jamás había visto— muy pronto vas a estar reunido con mi querido padre. No mejor te dejo aquí para que sufras por la ausencia de tu amada Ana —hace una cara de tragedia.

La sujeta más fuerte y ella empieza a toser.

—Despídete de tu querida Anastasia —escucho como le quita el seguro al arma. Ana empieza a llorar más fuerte, le doy una mirada de pánico. ¡Maldita sea necesito que la gente esté aquí ya!

Jack empieza a avanzar con Anastasia sin soltarla. Llega hasta la salida amenazándonos. De repente todo pasa tan rápido solo escucho el sonido del arma. Veo como Ana cae. Mi mayor miedo se hace presente, pero veo que no es ella a quien le dispararon si no a Jack quien se lleva las manos al estómago. Me acerco a Ana y la alejo de inmediato de ahí. Todo pasa tan rápido que solo escucho a Jack decir.

Amarte es mi destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora