Capítulo 11

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Anastasia

Se coloca detrás de mi y toma los tirantes de mi vestido para hacerlos a un lado, sus manos van recorriendo mi cuerpo, me toma de la cintura y me aprieta hacia él.

—Este momento quiero que quede siempre guardado en mi memoria —me da un leve mordisco en el cuello. Suspiro, en ese momento recuerdos con Luke me atormentan.

No, esto no me puede estar pasando, trato de eliminarlos, pero parece que se quieren quedar ahí, me quieren volver loca. Por inercia me alejo de Christian antes de que vaya a cometer un error.

El me mira sin entender que es lo que sucede.

—Ana, amor ¿Qué pasa?

Me muerdo el labio, se muy bien que no le puedo decir que recordé a mi ex novio. Me llevo la mano a mi cuello y juego con el collar que traigo. ¿Qué le puedo decir para que me crea?

—No sé, tal vez la bebida me hizo mal.

—Ana —lo miro— ¿habías tenido sexo antes?

—No —siento mis mejillas arder.

—Mi amor —se acerca a mi y me toma de las manos— no te pongas nerviosa, cuando dos personas se aman es normal que entre ellos haya intimidad, y es una mejor porque entre ellos existe amor, no solo es sexo.

Tu lo has dicho eso sucede cuando se aman, pero en este caso no hay amor, bueno al menos no de tu parte. El cree que tengo miedo de entregarme a él, eso es lo de menos, lo que me atormenta es el recuerdo de Luke.

—Lo haremos despacio —me toma de las mejillas y me besa— ¿de acuerdo?

Asiento, solo espero que mi boca no se le escape el nombre de Luke.

Caminamos hacia su recámara. Ahí el me mira como un león a su presa, sin que las dudas me asalten más lo beso, el busca mi cierre y al encontrarlo lo baja, regresa sus manos ha mis brazos para que el vestido se deslice solito por mi cuerpo, quedo solo en bragas.

Mis manos recorren su pecho, desabotono la camisa, voy bajando más abajo y llego a la hebilla del cinturón, lo desabrocho y hago lo mismo con el botón. Christian se aleja de mi y se quita la camisa y el pantalón junto con el bóxer.

Queda completamente desnudo ante mí, me muerdo el labio. ¡Dios! Es mejor de lo que pensé y mis sueños no se comparan con esto.

—Mira cómo me pones, como estoy por ti Anastasia.

Se acerca a mi y me besa, coloco mis manos sobre su cuello y ambos caemos a la cama, nos reímos.

—Te amo Ana, te amo.

En este momento no me importa nada más que el este dentro de mí.

—Te ves tan sexy, así como estas con bragas y zapatillas.

Sonrío. El baja sus besos por mi cuello, y mis pechos, los besa y después succiona, primero uno y luego otro, eso hace que me estremezca y eleve mis caderas, al hacerlo choco con su gran erección que esta lista para perderse dentro de mí. Siento como sonríe y recorre con sus besos todo mi abdomen, para así llegar hasta mi centro, me besa por arriba de la braga, sus manos se colocan a cada lado de mi cadera, baja poco a poco la braga y ahora si quedo completamente desnuda ante él.


Me deja un beso y después sube de nuevo para colocarse dentro de mí. Observo sus pupilas dilatadas, como hay una mirada de pasión. Me besa posesivamente, se que el momento ha llegado.

—Te voy hacer mía Ana, mía para siempre.

Siento su erección chocar contra mi entrada, el lleva su mano a su miembro y lo acomoda para que pueda entrar, me pide permiso con la mirada y asiento. Siento como poco a poco va entrando, y algo en mi se va rompiendo, llega y emito un gemido, ¡dios! Como duele no puedo evitar que una lágrima ruede por mi mejilla, a los pocos segundos ese dolor pasa a ser placer.

Amarte es mi destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora