Y si me abrazas

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Jolyne llevaba sin contacto con Giorno desde que pasó el incidente del ataque del stand y, como parecía que la esquivaba aunque no es que ella estuviera poniendo de su parte precisamente para verlo, eso había logrado que cada vez estuviera más enfadada con él. Por eso cuando en fotógrafo le pidió que le pisara el pecho a un Giorno yacente estuvo al borde de hacerlo de verdad. La felicitaron por su expresión de ira.

También la felicitaron más tarde por ese sonrojo natural cuando Giorno la abrazaba por detrás y fingía rozar su cuello con los colmillos falsos. Se centró en recordar que su padre había luchado con vampiros reales, joder, uno de ellos era el padre del hombre que la estaba abrazando.

La dejaron comer mientras desmaquillaban a Giorno para acto seguido empujarla a cambiarse. Debía hacer un par de fotografías con variantes de trajes para su personaje. Rohan la perseguía haciendo fotografías, a veces solamente estaba hablando con Ermes o rascándose el cuello cuando veía el flash. Una cosa era el reportaje profesional y otra las referencias que fuese a tomar, para ello la hizo dar unos cuantos golpes, sujetar distintas cosas y ponerse en distintas poses.

Las del Gio humano eran fotografías mucho más relajadas, pues eran los tiempos felices antes del drama, salvo la foto de Gio cubierto de sangre.

-Era la tercera vez que Gio mató, lo hizo por amor. La primera fue supervivencia, la segunda estrategia para conseguir una vida mejor. Pero por mucho que se jurase que lo hacía por ambición, cuando el prometido, que según él no era merecedor,de Johana moría a sus pies no puedo negarse a si mismo que el corazón había tenido más que ver que la razón -leyó Ermes la descripción que había dado Rohan de la escena mientras terminaban de colocar sangre falsa- Joder, esto es intenso de cojones y voy a querer leerlo.

-Realmente va a tomarse más libertades creativas de las que yo creía, el de verdad solamente molestó a Erina -chilló Jolyne desde detrás del biombo en el que le ayudaban a ponerse el traje de gala- Pero sí, joder, yo también quiero leerlo.

No tardó en salir de detrás del biombo ya vestida. El modelo que haría de cadáver estaba esperando para tirarse al suelo y Giorno estaba convenientemente vestido y maquillado. El efecto de su cara angelical con las manchas de sangre artificiales era aun más perturbador que el maquillaje de vampiro. La fotografía de sus manos manchadas de sangre tapando los ojos de la protagonista había quedado ideal para encabezar la portada de un volumen y para presentar un reportaje de moda. Lo que estaba programado para unas cuatro horas duró al final siete, pero el resultado era mucho mejor de lo que esperaba.

Las fotografías tenían una carga sensual sin ser explícitas, habían sabido capturar la esencia de un vampiro seductor. Lo que significaba que salvo Rohan todos habían acabado acalorados.

Jolyne estaba francamente agradecida de no tener clase al día siguiente, se había dado una ducha para quitarse los restos de productos y de paso alejar la rigidez de los músculos, a una persona acostumbrada a moverse como ella le sorprendió lo que cansaba cambiarse de ropa y estar quieta. Salió al balcón aun envuelta en una suave toalla, disfrutando del olor del jardín, debajo de su balcón justo estaba el jardín de otoño, por lo que estaba en todo su esplendor. Por no hablar de la tensión de estar todo el día de roce con Giorno. A pesar de haber estado una buena cantidad de tiempo bajo la ducha aun sentía cierta energía nerviosa que supo reconocer.

Estaba caliente. Llevaba tiempo sin tener nada de acción con ninguna persona más, pero es que con la visita de su familia y sus ocupaciones tampoco es que se dedicase atención a si misma. Que el personaje diseñado por Rohan pareciese estar dudando entre matar al vampiro o follárselo -el vampiro tenía muy clara su preferencia al parecer por la cantidad de manoseo que había en las fotos- y lo hubiese tocado y sido tocada mientras la miraba como si fuera a comérsela.

Su mano fue bajando casi sin pensarlo por la toalla, pensando con pereza en que si iba a masturbarse debería entrar. No es como si quiera que la descubrieran y bueno, menos aun teniendo en cuenta que el balcón más cercano era el de Giorno. Precisamente el pensamiento de ser descubierta por Giorno acelero la exploración de su mano aun más.

Estaba más preparada de lo que pensaba, notó al primer roce. Más necesitada de lo que pensaba. Lo curioso de las fantasías sexuales es que muchas veces cuando son sacadas del campo de la pura fantasía dejan de funcionar, por eso cuando escuchó la voz de Giorno pronunciando su nombre sintió como sus venas se congelaban.

-Jod... Giorno, digo, me estaba durmiendo en el balcón si no avisas -su tono estrangulado no pasaría ningún detector de mentiras, pero no tenía precisamente la mejor de las claridades mentales en ese momento- Gracias por despertarme.

La escasa luz hacía que no se estuvieran viendo las caras, pero la maldita capacidad de Gold Experience de detectar energías y el tipo que desprendían cada una. Pensó en dejar lo que quería decirle para otro día, pero realmente quería arreglar ya las cosas.

-¿Podríamos hablar? Si no estás muy cansada con el ajetreo de hoy, claro.

-No, yo... -balbuceó

-¿No estás cansada o no podemos hablar? -le dijo en tono juguetón el italiano.

-No, digo. Tengo que ponerme algo encima, hace algo de frío.

Giorno se tragó el comentario de que hace un momento eso no parecía ningún problema y en su lugar la invitó a ir a sus aposentos. Ya había estado antes en ellos cuando recorría la mansión y sabía que Giorno tenía varias salas en sus aposentos, no es como si fueran a estar en su dormitorio. Se miró al espejo, tenía el pelo suelto y hecho un desastre y pensó brevemente en dedicarse a peinarse un poco, pero luego pensó que las bragas tenían prioridad sobre el cabello. Un pijama y una bata, cerrados con fuerza, fueron las siguientes cosas que se puso. Nada que pudiera moverse de su sitio por accidente o fácil de quitar. No es que no confiase en él, era de ella de la que no se fiaba un pelo. Calzada con sus más elegantes pantuflas de gatitos se dijo que sentirse ridícula era una gran armadura natural.

Cuando llamó a la puerta de Giorno no tardó ni un instante en abrirse, como si la hubiese estado esperando contra la puerta. De hecho así había sido, pero no tenía forma de saberlo. La esperaba con bata de seda de adornos barrocos dorados con los pantalones a juego. Un hombre dorado vestido de dorado en una habitación barroca. Ella era una mujer de pelo bicolor artificial con zapatillas de franela de gatitos. Esperaba haber creado una buena barrera de separación. Como bien anfitrión le ofreció algo de beber, pero ella se negó, era lo último que necesitaba.

Giorno sí se sirvió algo para ganar valor y de paso ocultar el olor que creía venía de ella. No sabía hasta que punto olía su excitación o era producto de su mente, pero el olor del vino ayudaría a mitigarlo. Trató de pensar en otra cosa, pero ver a su preciosa farfalla con su cabello suelto y embutida en esa tela suave no se lo ponían fácil, aunque pensó en una manera en la que se le podría presentar Jolyne sin desearla y no se le ocurrió ninguna.

-Sé que he hecho algo para enfadarte y quería disculparme, pero sería una disculpa vacía pues no entiendo del todo que ha llevado a tu estado, así que... ¿por qué te has enfadado conmigo?



El bello y la bestia (Giorno x Jolyne)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora