Amore, amore

329 35 15
                                    

En un principio iba a ser una historia breve y me iban a sobrar versos de Jolene de Dolly Parton. A partir de ahora los títulos son de Amore, Amore de Raffaella Carrá.

La mesa del desayuno había sido invadida por japoneses totalmente. Yukako insistía en que nadie le haría la comida a su marido que no fuese ella y se estaba encargando de ponerse al mando de la cocina. No importaba si los demás huéspedes de la casa no estaban acostumbrados, aunque nadie se quejó demasiado porque su comida era deliciosa. Para ahorrarse incidentes de los dos idiotas perdidos directamente se envió un coche a por ellos. Todos estaban en armonía aunque la mitad no se entendiese con la otra mitad por cuestiones idiomáticas.

-Oi, Mini JoJote dije que me asusté al perderme -dijo Okuyasu.

-Sí, no había estado tan asustado desde... Quizás de tu padre desde que le dijiste que de mayor ibas a casarte conmigo -replicó Josuke.

-Tenía siete años y estaba enfadada con mi padre, no es justo que saques eso ahora -dijo Jolyne avergonzada.

-Fuiste adorable, pero realmente creía que Jotaro iba a darme una paliza -Josuke intentó imitar a una Jolyne infantil- Cuando sea mayor seré más alta que Josuke San y me casaré con él. ¿Sabes lo peor? Teniendo en cuenta que tu padre es enorme llegué a temer que fueses igual de grande y me obligases. Y luego el señor Jotaro me matase.

-Pero no creciste tanto -añadió Okuyasu- Aunque eres alta, no te costaría encontrar un novio más bajo que tu. Por ejemplo...

-Yare yare daze -por un momento ninguno de los dos vio a Jolyne ahí sentada, sino a su padre, por lo que callaron, esta se levantó sin hacer muchos aspavientos para darles un buen golpe a cada uno- Bien, se supone que os tengo que llevar de turismo, ¿no?

No fue necesario hacer un pulso para que viesen quien era la persona más fuerte de los tres, pensaron los dos desde el suelo. Giorno estaba en silencio, pero al ver que Josuke podía curar a su pareja pero no podía curarse sólo fue a ayudarle. Puede que el poder de Gold Experience doliese, pero al menos podía aplicárselo a si mismo, lo consideró más práctico. Según le curaba el golpe notó que Jolyne pegaba fuerte hasta cuando bromeaba y, sin saber porqué del todo, encontró eso de lo más interesante.

El grupo de los japoneses salió casi al completo, el único que parecía no tener interés en salir era Rohan, que había hecho un par de bocetos muy interesantes de Jolyne golpeando a Josuke de los que se sentía muy satisfecho, no solamente por el estudio anatómico sino por tener el recuerdo de como golpeaban a Josuke.

-Señor Giovanna, si no le importa me gustaría hablar con usted.

Giorno tenía el día un poco ocupado, pero la verdad era le intrigaba ese hombre y por encima de la intriga, quería intentar conseguir uno de los bocetos que le había visto hacer sobre Jolyne. Ambos fueron a su despacho, Giorno tuvo cuidado de dejar fuera de la vista la fotografía de la chica del escritorio.

-Seré directo, el Sr Jotaro no se fia de esos dos imbéciles y por ello nos ha enviado a Koichi y a mi para asegurarse de que su hija no corre peligro. Koichi quiere mirar la ciudad, cosa que me parece una gran idea como uno podía esperar de él, pero yo, el gran Rohan Kishibe, creo que la clave para encontrar la seguridad o la falta de ella real de la joven Jolyne es hablar con el líder de Passione y que me deje usar mi stand.

-Le puedo asegurar que la seguridad de Jolyne es una de mis prioridades, pero no puedo dejar que cualquiera use su stand conmigo. Y menos un stand que no conozco.

La curiosidad pudo a Rohan y propuso un intercambio, enseñar mutuamente los stands. Había escuchado cosas increíbles del dorado stand del rubio, por ello no tuvo dudas en enseñar al suyo a cambio de poder verlo y explicarle su poder de modificar y leer las historias de la gente. Como capo de la mafia obviamente Giorno no podía dejarle ponerse a leer sin más su vida y así se lo hizo notar, pero le prometió que otro día con más tiempo le contaría lo que quisiera saber dentro de unos límites. Y que no se preocupase, que pondría su interés en proteger a la chica a como diese lugar.

-Me he dado cuenta de algo -sacó su libreta de bocetos y arrancó uno, se veía a Jolyne sonriente y relajada mientras bromeaba con un monigote estúpido que en la vida real sería Josuke, en el otro lado de la mesa se le veía a él mirando directamente a Jolyne como si fuese lo más preciado sobre la faz de la Tierra- No tengo dudas de que protegerá a Jolyne de cualquier incidencia porque no soportaría perderla.

Giorno lo miró con solemnidad, ¿tenía sentido negar eso?

-No tiene sentido negar que amo a Jolyne, qué hará con esa información?

-Supuestamente tenía que decirle todo lo que estuviera pasando, pero -hizo una pausa dramática- me niego. He comprobado su seguridad y es lo único que le debía, ahora solamente tengo que convencerla para que me haga unas cuantas fotos de modelo para mi nueva obra, cosa que le pagaré encantado, y lo que pasé en su vida amorosa es cosa suya.

Ambos estaban conformes con la resolución. Rohan iba a levantarse cuando se quedó mirando el boceto con la mirada del artista inspirado.

-Lo he encontrado. El drama amoroso de Johana Jolenstar... ¿Le han ofrecido alguna vez trabajar como modelo?

Giorno no contestó a eso -aunque lo cierto era que sí, lo habían hecho- pero estaba realmente intrigado por lo que se le había ocurrido a ese hombre.

Mucho más lejos, pero en la misma ciudad, Yukako insistía en que ya que estaban de compras también debía comprarse algo para si misma. Le insistía en un par de vestidos ajustados y con volantes, los cuales según la japonesa eran el culmen de la femineidad e ideales para atraer a cualquier hombre. Jolyne asentía lentamente mientras los volvía a dejar en el perchero y salía a hacer de traductora de su tío ante una cajera más que desconcertada. La verdad es que aunque hablasen en italiano la pobre mujer se vería que le estaban preguntando un montón de cosas sin sentido.

A nadie le sorprendió que al pasar por delante de la puerta de Gucci Rohan estuviera comprando sin haber pensado ni un segundo en reunirse con los demás. Solamente pareció alegrarse de ver a Jolyne, pues Koichi estaba decidiéndose por una corbata con su esposa y no se llevaba demasiado bien con ella.

-Jolyne, ahora iba a llamarte cuando me he dado cuenta de que no tengo tu número. Verás, quería saber si ibas a estar dispuesta a seguir adelante con el proyecto. Desde luego te pagaré por él y será un éxito asegurado. Serían solamente unas cuantas horas y en el momento en el que me digas que sí tendré a toda la maquinaria de producción y diseño funcionando.

-¿Diseño y producción?

-Tomaré eso por un sí -dijo Rohan para sacar el teléfono mientras ella seguía en shock- Bon giorno, soy Rohan Kishibe, ¿está el director de Gucci disponible? Es por lo de la colaboración que me ofreció...

El bello y la bestia (Giorno x Jolyne)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora