-Por un lado sé que ella no me va a decir nada si voy a Japón, pero lo va a sentir. Pero a mis bisabuelos no les tienen que quedar muchas navidades. Osea que sigo sin saber que hacer -Jolyne suspiró derrotada contra el ordenador- ¿Qué hago?
-Lo más práctico es no ir a ninguno de los dos sitios, así una parte no se sentirá peor que la otra -le comentó Fugo con tranquilidad.
-Vale, se me olvidó pedirle ayuda a alguien que de hecho comprenda los sentimientos humanos -le dijo en burla.
Fugo estuvo al borde de gritarle, pero se contuvo respirando. El yoga y la total seguridad de que Jolyne le daría una paliza le ayudaban bastante a contenerse.
-Yo iría a Florida, navidades sin frío y de paso ves a tus amigos -le dijo animada Trish- además, es tu madre.
-Pero su familia paterna parece mucho más interesante -dijo Mista.
-Sea como sea Petite Papillon, no creo que nadie de tu familia se enfade por ir a un sitio u a otro, te puedes estirar pero no tanto -bromeó Polnareff- Todos quieren verte pero todos los comprenden.
-Creo que debería preguntarle a Emporio, él va a venir conmigo. Quizás prefiera volver a casa o no, en mi familia paterna hay gente de su edad y no tiene buenos recuerdos. En resumen, esto es una mierda.
Cerró el ordenador y se dejó caer encima de él derrotada. Y aun le quedaban tantas cosas por hacer si quería poder irse de vacaciones tranquila que se veía superada. Podría dejarse las cosas para tener que hacer, pero sabía que fuese a donde fuese eso no iba a pasar. Si no aprovechaba antes de navidad no iba a sacar nada y no quería que sus primeras pruebas fuesen un desastre absoluto. Dejó ir un suspiró derrotado más mientras Trish le palmeaba la cabeza con comprensión. La verdad es que se sentía un poco mal al quejarse de no saber con que parte de su familia irse con ellos, que eran un grupo de huérfanos o desarraigados. El toque de Trish cesó y sintió otra mano palmeando brevemente con cariño su cabeza para viajar hasta su barbilla y levantarle la cara de la mesa. La mano era de Giorno que la estaba mirando con preocupación desde cerca, demasiado cerca. Se había pasado casi tres semanas fuera y acababa de llegar.
Sin querer casi dio un respingo que casi la tira de la silla mientras los demás del grupo se reían, sabía que los demás se tenían que haber dado cuenta de lo que estaba pasando entre ellos, fuese lo que fuese.
-¿Qué tal el viaje? -le preguntó Trish ganándose el agradecimiento de Jolyne.
-Realmente sencillo, pero ha tardado todo mucho más de lo que yo quería, he pasado más tiempo esperando que otra cosa -se quitó la gabardina de Prada y se la dio al criado que les seguía- Lo hemos encontrado y está bajo control.
La mañana siguiente a esa noche mágica Giorno y Jolyne se encontraron en la salida de sus respectivas habitaciones y se quedaron mirándose unos instantes. Ambos habían estado esperando al momento adecuado para hablar y parecía que iba a ser ese. Entonces un miembro de Passione empezó a llamar a Giorno diciendo que tenía asuntos urgentes que tratar y ella había seguido con su rutina. Esa misma tarde se enteró de que Giorno estaba volando a los Estados Unidos, habían dado con una pista fiable del paradero de Ungalo. No habían hablado mucho por la carga de trabajo de ambos, pero sabía que estaba colaborando directamente con la Fundación Speedwagon y que su padre estaba colaborando. Lo sabía porque se lo había dicho antes de que su padre la llamase. Que ambos estuvieran por Green Dolphin le hizo tener unos sentimientos extraños. Saber que tenían que usar a Anasui para reconocer a Ungalo fue aun peor, no quería ni imaginar las conversaciones de los tres.
Realmente no sabía como actuar ahora, menos aun con todos allí. Entonces su alarma sonó y casi gimió, no sabía si de alivio o frustración.
-Tengo que ir a buscar a Emporio del colegio -se levantó con pesadez y Mista tras ella, le tocaba conducir. A sus pequeños stands les gustaba recoger a Emporio porque siempre compartía su merienda.
-Puedo acompañarte, si me permites -le dijo Giorno.
-Acabas de llegar, tienes que estar cansado y si ya habéis capturado a Ungalo eso significa que... -se dirigió a Mista sonriendo, lo cual hizo al pistolero sentir terror- Puedo ir conduciendo yo. Sin escolta. Hasta luego, luego nos vemos Giorno.
Necesitaba, aun más que recoger a Emporio cosa que hacía por costumbre y pasar un rato con él más que por otra cosa, el chico era perfectamente capaz de llegar al piso en el que vivía con Ermes pero por las tardes la americana estaba ocupada y le gustaba que Emporio no estuviera solo, darse un poco de espacio para asimilar a Giorno.
-No me esperaba una huida así de tu parte, Cujoh -le dijo Mista que, a pesar de lo que le había dicho Jolyne, no le iba a permitir conducir a solas su coche. Aun no tenía el permiso en regla y aunque la ley les diese un poco igual su nuevo coche era objeto de adoración por él- Todos nos esperábamos un reencuentro intenso, que os quedaseis mirándoos perdidos en vuestros ojos y os lanzaseis encima. De hecho estaba preparado para huir.
-Que te jodan Mista, ¿por qué íbamos a hacer eso? -dijo fingiendo muy mal indiferencia.
-No te conozco tan bien como a GioGio, pero la cosa es... Ni si no os hubiese visto nunca, todo el mundo lo nota. Osea, las fotos del dibujante loco tenían una energía tan sexual que es indecente mirarlas. Y no te atrevas a decir que es todo cosa del fotógrafo porque no te lo crees.
-Es complicado, ¿sabes? -gruñó ella- a veces parece que es fácil, pero es como si es destino nos empujase en direcciones contrarias. La jodida gravedad -Mista la miró un segundo sin entender- él es un hijo de Dio, soy linaje Joestar. Es raro y...
-No entiendo de que mierda estás hablando, pero a mi no me parece difícil para nada.
-Yare yare dawa, claro que no lo entiendes...
No tardaron en llegar al colegio de Emporio tras hacer una breve parada para comprar la merienda sorpresa del niño. Nada más verlo las Sex Pistols se lanzaron a cotillear que había en la bolsa, habían aprendido a esperar a que Emporio fuese quien lo habría, parecían disfrutar más cuando era él quien compartía la comida. Mientras les daba parte de su comida a los pequeños stands empezó a contar que tal había ido su día con precisión. Hasta que Mista le dijo sin ninguna sutileza que Giorno había vuelto.
-¿Y por qué has venido? -preguntó el niño- No, de verdad, tengo un examen y puedo quedarme solo. Tu en cambio tienes cosas que solucionar, hermana Jolyne.
-Pero tenemos que decidir si vamos a Florida o a Morioh por navidad y... -intentó ganar tiempo.
-Lo pensaré buscando en internet como es Morioh -le cortó Emporio con lógica.
Mista y él chocaron el puño al cuando el coche paró frente al apartamento sabiendo que la habían acorralado. Antes de que le diese tiempo a pensar nada, Mista pisó el acelerador. Lo último que necesitaba es que Jolyne le presentase batalla, para empezar porque si usaba su stand contra ella -eso sí es que ellos querían atacarla, cosa que veía bastante improbable- y vencía GioGio no le haría nada agradable, pero para eso primero tenía que ser capaz de vencerla, y ya la había enfrentado antes.
Nada más llegar Mista anunció su presencia ruidosamente en lugar de pasar sin más como hacía siempre. Acabó en el suelo tropezando con sus propios pies, según le parecía a cualquiera que no viese los hilos de de Jolyne. Les estaban esperando y un miembro del servicio le pidió a Jolyne que fuese a ver al don Giovanna nada más llegar. A la celda de la mansión.
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El bello y la bestia (Giorno x Jolyne)
FantastikPuedes ser el jefe de la mafia y aun así tener miedo de tu suegro. Aunque primero debes conseguir que la dama acepte, claro. No puede ser más difícil que ser el jefe de Passione, ¿verdad?