No podía decir cuanto tiempo llevaba despierto, pero un murmullo contra su oído había despertado al rubio que, por su trabajo desde temprana edad, tenía el sueño muy ligero. Ella yacía aun con una mano aun enterrada en su cabello. Una risita salió de la chica, estaba teniendo un sueño apacible mientras lo abrazaba. Le había dicho que no dormía bien desde el día que tuvo el accidente que la llevó a la cárcel y estar contemplando como descansaba pacíficamente se le hacía un privilegio. Debía dejar de observarla y hacer algo, levantarse y cargarla a su habitación para que terminase de descansar en la comodidad de su cama en lugar de en el sofá contra él.
Nunca le había gustado compartir lecho con nadie. Sus experiencias sexuales rara vez habían terminado en dormir con ella, una vez había salido durante unos meses pero siempre tenía excusas para dormir en su propia cama. A veces eran inconscientes, no se sentía bien con otra persona tanto por la otra como por el hecho de ponerla en riesgo. ¿Qué haría una persona normal en caso de un ataque de un usuario de stand? Pensó en la reacción de Jolyne y en como ni le dio tiempo a intervenir, aunque siempre se preocuparía por ella era realmente capaz de defenderse sola. Era hasta capaz de defenderlo a él. Pero debía dejar de mirarla ya y llevarla a su cama a descansar como se merecía, se repitió no sabía no por cual vez ya.
Una melodía de música country le sacó de su diatriba y Jolyne se despertó de golpe, si no llegan a ser lo suficientemente ágiles ambos habrían acabado en el suelo. La voz de Dolly Parton clamando dolorosamente por una mujer llamada Jolene empezó a llenar el ambiente.
-Yare yare viejo, ¿es que no sabes que el horario aquí es distinto? Son... -Giorno medio adormilado le enseñó el reloj, aun no eran las 5- Son las jodidas cuatro de la mañana, ¿ha pasado algo urgente?
Giorno era japonés de nacimiento y había vivido allí antes de ir a Italia, pero llevaba tanto sin hablar el idioma que le costaba seguirlo todo con fluidez. Desde luego no sabía insultos en japonés, pero no necesitó mucho para reconocer ese tipo de palabras. Sabiendo que era el Doctor Cujoh es que llamaba se mantuvo a la expectativa, por si era algo importante. Al ver como el tono de la conversación pasó a uno mucho más casual y relajado le dijo en un susurro avisando de que se iba a la cocina, que si quería algo estaría allí.
Estaba intrigado por la misteriosa llamada, pero no podía negar que había descansado maravillosamente y se sentía en las nubes aun, hizo el café más por inercia que por necesidad del mismo.
No tardó mucho en verse acompañado por una Jolyne que bostezaba mientras se palpaba el pelo sabiendo que su complicado peinado sería un absoluto desastre. Después todo el tratamiento que había recibido la cabeza de Giorno no es que estuviese en mucho mejor estado. Ambos no pudieron evitar reírse el uno del otro al verse. Incluso se tomaron una foto juntos. Jolyne le dijo en broma que la iba a poner de fondo de pantalla, pero lo que no sabía es que él la mandaría a imprimir y la pondría en la mesa de su despacho con un marco discreto.
-Ah, mi padre me llamaba desde Japón sin ni pizca de consideración para avisarme, ¿conocías a Koichi? -le preguntó mientras él asentía, fue el primer contacto que tuvo con los Joestar y la Fundación Speedwagon, le parecía una persona confiable- Va a venir este fin de semana para estar unos días. Le acompañan parte del grupo de Morioh, no veo a Josuke desde hace años. ¿Se habrá cambiado ya el peinado? Bueno, a lo que iba, tengo que ir más tarde a asegurarme de que el piso está bien para cuando lleguen y preparar una ruta turística. También debo adelantar trabajos, claro, asegurarme de que puedan pasar por...
-Jolyne, calma -Giorno le tendió el capuchino- o lo cambiaré por un té. Pueden quedarse en el palazzo, hay habitaciones de sobra y no me importa. Me gustaría conocer a esa gente, y más si son tan importantes para ti.
No quería asustarla, pero de verdad le gustaría ser poco a poco parte de su vida con los demás, no solamente una anécdota de una temporada en Italia. No recordaba haberse sentido nunca como lo hacía en ese momento y en verdad quería que durase.
-Bueno, lo agradezco para Koichi, pero creo que es mejor que Josuke se quede en mi apartamento. Créeme, lo sabrás cuando lo conozcas.
Normalmente se encontraban con el desayuno hecho, pero aun faltaba un rato para que el cocinero comenzase su turno, por lo que decidieron ver que podían hacer, acostarse no les pasó por la cabeza. No es que pudieran hacer lo que pensaban en un principio, pero les salió algo comestible mientras charlaban sobre todo y nada a la vez. El tiempo les pasó más rápido de lo que esperaban, pues el cocinero no tardó en aparecer y Fugo por otro lado entró buscando a Jolyne para su sesión matinal de yoga. Le invitaron a unirse, pero sinceramente dudaba que pudiera estirarse como ellos, aunque quizás no le vendría mal.
Sabía que tenía que lidiar con toneladas de papeleos por sus negocios legales y por las gestiones de Passione. Llamó al Doctor Cujoh, fue una conversación breve y cortante, aunque decían que ese hombre era así con todo el mundo. Le ofrecía su hogar para que los visitantes se quedasen y, al igual que Jolyne, le dijo que no habría problema para Okoyasu, su esposa y el otro visitante, pero que era mejor que el otro y su primo se mantuviesen alejados. A penas y le hizo un par de preguntas discretas sobre su hija, para asegurarse de que estaba bien, no solamente de que ella decía que estaba bien. A pesar de lo cortante del hombre se notaba que realmente adoraba a su hija.
A media mañana tuvo que soportar a una muy enfadada Trish entrando a decirle que a una dama hay que rechazarla como mínimo antes de que empezase a vestirse o fuese a la peluquería, que Chiara se encontraba tremendamente enfadada. Toda la consideración por la otra fue olvidada cuando Giorno comenzó a contarle notablemente feliz lo que había ocurrido la noche anterior, para luego pasar a considerar si debían pensar en ello o no como una cita. Ese día Jolyne no vendría hasta más tarde y la recogerían en su apartamento, Mista fue a decirles que sería el encargado de hacerlo cuando se encontró la conversación.
La opinión del pistolero era que debía besarla de una vez y dejar de darle vueltas. Su stand opinaba lo mismo, de hecho N3 opinaba que Mista debería darse por enterado y buscar a una mujer tan buena como la que había encontrado Giorno, lo que para los pequeños significaba una que les diese comida.
Cuando Jolyne volvió con la escolta Mista a penas podía contener la risa mientras que Trish entraba con una expresión horrorizada y arrepentida hasta donde estaba la morena. Giorno era el único que ignoraba lo que pasaba y le pidió que le contase que había pasado.
-Yare yare dawa -se dejó caer en un sillón desparramada con cansancio, más mental que físico- Hay rumores sobre que tienes una novia y que soy yo, la tal Chiara los ha escuchado y ha ido a montarme un espectáculo a la universidad.
-Lo siento mucho, hablaré con ella... -empezó Giorno.
-Y eso no es todo -lo interrumpió Trish, Jolyne la miró alzando una ceja invitándola a contar el resto- Te lo dejo a ti.
-Yo no quería problemas con nadie y he pasado de largo, me estaba sentando en un banco mientras buscaba una cosa en mi bolso y bueno... Me siguió empezó a dar voces sobre meterme en terreno de otras y no sé que historias, pero realmente no quería meterme. Hasta que intentó golpearme.
-Si te ha hecho daño te juro que...
-¿Crees que iba a ser capaz de hacerme nada? La agarré por la muñeca y me la tiré sobre las rodillas. Le he dado tres azotes con mi libro de estratigrafía en el trasero mientras le decía que no se molesta a la gente que te ignora. Y ahora voy a comer algo, estoy muerta.
La observaron irse, Mista se fue con ella porque las Sex Pistols habían escuchado lo de comer y reclamaban lo suyo.
-Resumiendo ahora todas las chicas de la alta sociedad creen que tienes novia -le dijo Trish- Una novia que da miedo.
Giorno enarcó una ceja y sonrió pacíficamente, un mensajero le llegaba con la fotografía de esa misma mañana impresa y enmarcada.
-Bene -murmuró él divertido.
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El bello y la bestia (Giorno x Jolyne)
FantastikPuedes ser el jefe de la mafia y aun así tener miedo de tu suegro. Aunque primero debes conseguir que la dama acepte, claro. No puede ser más difícil que ser el jefe de Passione, ¿verdad?