El bello y la bestia (Giorno x Jolyne)

Porque te encuentro

En general se podía decir que todo estaba saliendo bien. La comida era increíble y todo el mundo parecía llevarse bien, incluso Jotaro fue más tolerante teniendo a su ex esposa al lado con ganas de hablar con él. No es que fuesen a volver juntos por una conversación, ni siquiera estaba encima de la mesa el hacerlo, pero la posibilidad parecía un poco menos irreal.

Llegada la tarta con 20 velas y la canción correspondiente, los regalos empezaron a llegar. Sus amigos de Passione empezaron, con Trish sorprendiéndola con otro regalo (le dijo al oído que el anterior había sido más para Giorno que para ella) junto con Fugo y Mista. Era una edición coleccionista de Vacaciones en Roma con una estadía para dos personas a elegir la fecha en la ciudad Eterna. Polnareff le regalaba una tarjeta regalo de 100€ en Starbucks con el mensaje de que eran más de ella que suyos, cosa que le hizo tener ganas de dejarle boca arriba. 

Cuando empezaron a caer los regalos Shizuka y Emporio se levantaron a la vez a darle sus respectivos presentes, aunque ella intentó aprovechar para presentarlos no le hicieron mucho caso a eso, sino que casi entraron en una particular competición por ver quien daba el favorito. Shizuka le regaló unas preciosas gafas de sol con cristales con cristales de Swarovski que se puso y con las que se hizo una foto con su pequeña tia abuela. El de Emporio quizás era más barato, pero le emocionó hasta el alma. Le había regalado una copia de su juego favorito en la cárcel, no pudo evitar abrazar al niño.

Ermes le regaló a modo de sorna un pintalabios del mismo color que solían usar las dos, pero al abrir la cajita se encontró otro. Tardó unos momentos en reconocerlo, pero cuando lo hizo le costó mucho no arrancarse a llorar. Reconocía ese pintalabios, a pesar de ser igual que el que habían usado las dos, porque había un tercero y ella misma se lo había regalado a F.F. Con cuidado lo apretó contra su corazón antes de abrazar a Ermes, que también tenía los ojos sospechosamente brillantes.

El momento lo rompió Okuyasu, que le dijo que cuando volviese a Morioh la invitaría a comer en el restaurante de Tonio, pero que antes tenía que darle un paquete que les enviaba Rohan. Al abrirlo se encontró con una ilustración de ella al estilo de Rohan, pero no era Johana, sino ella misma. Casi podía jurar que era de la misma mañana que había aceptado su oferta y a la vez nunca se había visto así. Estaba hermosa, ¿así era como la veían los demás? Era un regalo bastante considerado, sobre todo pensando en la fuente, que lo de la consideración lo conocía porque salía en el diccionario.

Josuke le regaló una funda para el ordenador customizada exclusiva de una serie que solamente vendían en Japón. Su tío entendió perfectamente el lado otaku de su alma que tanto escondía.

Giorno le entregó una modesta caja con un piercing nuevo, la verdad es que el suyo estaba en malas condiciones. Su abuela y bisabuela lo miraron con los ojos abiertos como platos, pero sin decir nada, reconociendo ambas la piedra. Más tarde se enteraría de que en apariencia el modesto regalo era un pedido personalizado a un artista joyero hecho de oro y grandidierita, una de las piedras preciosas más caras del mundo. La única razón para no tirarle el piercing a la cabeza cuando se enteró fue porque pasó unos segundos antes de tener a Giorno dentro de nuevo.

-Yo no soy muy bueno para los regalos -dijo Jotaro extendiendo una cajita, llevaba una pulsera de las que se le iba añadiendo adornos- Pero he pensando que puedo intentar esto. Me gustaría ir empezando con esto y quizás, con el tiempo, llenarla con cosas que signifiquen algo para los dos.

La pulsera contenía cuatro adornos ya. Un delfín por los sueños de la infancia de ella, una estrella por Star Platinum y una madeja de hilo por Stone Free. Y uno de La Sirenita. Las lágrimas que se habían quedado sin salir por F.F. se agolparon con las del regalo y no pudo evitar llorar mientras abrazaba a su padre.