Finale

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Su segundo aniversario lo iban a pasar lejos, pero con la campaña de Mista por la alcaldía de Nápoles Jolyne le había insistido en que no tenía que viajar a Japón, que ya lo celebrarían cuando volviese a casa. La había visto rara, pero le había insistido en que no se preocupase, iba a estar con la Speedwagon y en Morioh, tenía a tiro a Josuke en caso de que algo andase mal. Era la primera vez que iba a dirigir un proyecto sin la vigilancia de su padre, osea que no había manera de que faltase al proyecto, era el primer paso a demostrar su valía en solitario. Además, iba a estar en la enorme mansión de su bisabuelo, el mayor riesgo que corría era verse sobrepasada por continuas atenciones y un amor familiar desmedido.

Los planes de ir consiguiendo salir de las sombras con la organización mientras se extendía por toda Italia iban viento en popa, además si como parecía todo Mista ganaba las elecciones su ciudad iba a quedar en unas manos de confianza. Estaba siendo en definitiva una buena época.

Hizo florecer de nuevo la rama de cerezo que se estaba poniendo mustia de su mesa, la rama la había revivido Jolyne con hamon y la tenía como recuerdo cuando no estaban juntos por trabajo. Intentó apartar de su cabeza la sensación extraña y volvió a enfocarse en su trabajo. O al menos lo habría intentado, pues su teléfono privado empezó a sonar.

-Oi Giorno -le dijo Okuyasu, para luego gritar- Lo ha cogido, te lo paso.

-Ah, buenos la hora que sea allí, Giorno -le dijo Josuke- Verás... No sé como decir esto, pero Jolyne tiene algo físico. Algo que Crazy Diamond no parece poder arreglar. Quizás tu podrías...

En menos de una hora un avión privado salía directo desde Nápoles. Ni siquiera cogió una maleta, ya compraría lo necesario allí, tenía demasiada prisa pues Jolyne no cogía el teléfono. Tampoco había cogido el cargador con las prisas, claro. Fueron unas quince horas horriblemente largas, pero el cansancio no había hecho mella ante la sensación de terror de poder perderlo todo, así pues a penas llegó corrió directamente a la casa en el coche que los Joestar le habían enviado.

-Bienvenido Giorno cariño -le saludó Holly con dos sonoros besos en cada mejilla- Jolyne tiene que estar al borde de llegar.

-Abuela, ¿de quien es el coche que hay en la puerta? -gritó Jolyne apareciendo por la otra puerta- ¿Giorno?

Mientras Giorno abrazaba a su esposa como si hubiera estado al borde de perderla, Holly salió discretamente de la habitación. Mayormente a ir a salvarle la vida a su hermano con un aviso. 

-Me dijeron que tenías algo que Crazy Diamond no había sido capaz de arreglar -mientras lo decía la examinaba, se notaba que venía directa del trabajo, no parecía mal, pero aun así Gold Experience se apareció; casi como acto reflejo apareció Stone Free, parecía que el Stand del Réquiem también estaba preocupado por su compañera.

-Voy a matar a Josuke... -dijo exasperada, para luego sonreírle a su marido- GioGio amore mio, tranquilízate.  Examíname bien con Gold y verás que no hay que preocuparse.

Y Giorno lo hizo, no tardando en darse cuenta de que era lo que no podía verse arreglado por el stand, y la realización lo impactó tanto que casi se vio en el suelo. La abrazó sin guardarse de las lágrimas mientras la besaba y le decía que la amaba sin restricciones como no creía que se podía hacer. Estaba abrazado a ella de rodillas, reposando con cuidado la cabeza contra su vientre. Tan bonita escena fue interrumpida por Jotaro entrando derecho hacia su hija, tan centrado que casi arrolla a su marido sin verlo en el suelo.

-Jolyne, Josuke me ha dicho que...

-Papá, calma... Vas a ser abuelo -le dijo pensando en que se iba a quedar sin su tío favorito- Estoy bien. Iba a irme mañana a Italia para contárselo a Giorno y luego a vosotros, pero Josuke ha tenido que pensar en una manera de celebrarlo aquí.

-Voy a matar a ese chico -dijo justo al salir, después de darle un beso en la frente a su hija y, por primera vez, una palmada relativamente cariñosa en el hombro a su nuero. Ni siquiera tuvo que curarse el hombro después. Hasta lo ayudó a levantarse del suelo.

-¿Va a pegarle de verdad? -dijo Giorno yendo a sentarse con su esposa- Si lo hace él no necesitaré hacerlo yo.

-No creo -dijo Jolyne dudosa, para luego volver a pensarlo -Quizás Okuyasu va a tener que cuidarlo una temporada.

Resultó que el hamon era útil para muchas cosas, pasar un embarazo con pocas molestias era una de ellas, por lo que su trabajo en la excavación terminó sin problemas, aunque para sorpresa del equipo un segundo usuario de stand se les unió durante un par de semanas. Las que tardó su mujer en mandarlo de vuelta después de escuchar las miles de peticiones de Fugo sobre que, si dependían del carisma de Mista para ganar, estaban perdidos.

La familia Joestar volvió a reunirse en Nápoles, esta vez nadie tuvo inconveniente en quedarse en el palazzo mientras revoloteaban alrededor de la embarazada como si fueran sus polluelos hasta que Ermes los puso a trabajar en el restaurante que estaba preparando para abrir para que estuvieran ocupados en algo. Emporio, aun estando ocupado en sus estudios de telecomunicaciones, iba bastante a verla, aunque a diferencia de la familia su presencia solía ser tranquila.

El parto fue bien, como no podía ir de otra manera con una persona que podía desenrollar partes de su cuerpo a voluntad, sabía usar hamon y tenía a dos sanadores al lado. Un niño precioso nació ese día, con un pelo abundante oscuro y unos ojos verdes aguamarina. Por supuesto y como era de esperar, la marca de nacimiento en forma de estrella estaba presente en sus pequeños hombros. 

-Habíamos pensado en ponerle Giorgio -dijo Giorno presentándole a la familia a su nuevo miembro, acercándolo para que el anciano Joseph lo viera- Pero no nos acabó de convencer.

-Giorgio Giovanna era un nombre que seguiría la tradición -comentó Joseph haciendo una mueca al niño al lado de su esposa.

-Bueno, pensamos en ese nombre, pero al verle abrir los ojos los dos supimos inmediatamente que no se llamaba Giorgio, la verdad -contestó Jolyne desde su asiento, un poco más cansada de lo que parecía- hemos decidido que su nombre sea Jonathan Bruno Giovanna. 

Y Jonathan creció rodeado de amor y con fuertes ideales de justicia. Y no era esa su única fuerza, pues al parecer el tamaño Joestar se saltaba una generación y el niño adelantó en tamaño a sus padres con 14 años, como lo hizo su abuelo. También lo hizo su hermano menor, Roberto Leone, que era mucho más inquieto y mucho más rubio que su hermano mayor.

Preguntas sobre la marca de nacimiento o sus amigos invisibles, pues ambos resultaron ser portadores de nacimiento, no tardaron en surgir y poco a poco se les fueron respondiendo dudas sin hilarlo todo, hasta que un día pensaron en que era la hora cuando tenían 8 y 6 años.

-¿Quién quiere una historia de vampiros? -preguntó Jolyne.

Roberto dio un grito emocionado, aunque su hermano mayor no pareció tan contento, pero se hizo el estoico. Jonathan lo disimulaba encogiéndose un poco contra su padre. 

-Pues os voy a contar una que tiene vampiros, monstruos y hasta a Jack el Destripador. Es una aventura un poco rara, pero no por ellos menos cierta, pues es la historia de la familia -ambos parpadearon con curiosidad, aunque Jonathan apretaba con un poco más de fuerza de la necesaria el brazo de Giorno, con cuidado para que Roberto no lo viese y se riese de él. Roberto se reía de su hermano cuando se asustaba, pero si alguien más lo hacía no dudaba en lanzarse sobre esa persona- Hace más de cien años, en una noche lluviosa, un coche de caballos tuvo un accidente...

Gracias a todos los que me habéis acompañado hasta aquí. Nació por puro amor a Jolyne y no querer asimilar el final de Stone Ocean, motivado encima por las ilustraciones de Araki y su vicio de ponerlos a los dos juntos y acabó en una locura de 38 capítulos que me ha salido a un ritmo de locura. Nos vemos en el siguiente...

El bello y la bestia (Giorno x Jolyne)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora