Sólo por esta vez

010 «No me hagas de rogar, amor.»

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“Guarda silencio cuando no tengas nada que decir, cuando la pasión genuina te mueva, di lo que tengas que decir, y dilo caliente.”
«David Herbert Lawrence»

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El Slytherin tomaba su boca con desesperación, como si nunca antes se hubieran besado. Hermione con los ojos cerrados se dejó llevar sintiendo las manos del rubio por todo su cuerpo. Pero una zona era más mimada que otras, sus pechos. Él los apretujaba y acariciaba, tomaba sus pezones entres los dedos y apretaba provocándole dolor junto al placer. Como su fuera posible su entrepierna se mojaba más con aquellas caricias. Las manos del rubio fueron sustituidas por su boca, la cual abandonó a la de la Gryffindor y bajo por su cuello hasta llegar a sus pezones con los que jugó como si fueran de goma. Los mordía, los lamía y mamaba de su pecho mientras con una mano acariciaba y apretaba el otro pecho, con la otra mano bajó hasta su coño donde acarició con ganas su centro de placer.

Casi se había olvidado de que Pansy estaba allí pero unos gemidos la sacaron de su ensoñación. Quería sentirlos y lamerlos a los dos con urgencia. Así que se separó del rubio empujándolo hasta el retrete donde hizo que se sentará.

— No me hagas de rogar, amor.

Se sentó de espaldas a él restregando sus nalgas sobre su potente erección. Pero él no le dejó jugar demasiado tiempo, tomó su polla entre sus manos y la penetró haciéndoles gemir a ambos.

Frente a ella podía ver a la Slytherin que se seguía tocando y Hermione se lamió los labios con necesidad. La llamó levantando dos dedos, aquellos con los que la había sentido antes, y la chica obedeció levantándose del suelo colocándose frente a ella. El coño de la Slytherin quedaba frente a ella y no dudó en abrirle las piernas para poder lamerle y succionarle toda piel que pudiera.

El cubículo del baño entonces se llenó de gemidos por parte de los tres. Hermione gemía al sentir cada penetración, sus pechos subían y bajaban por la fuerza y su lengua jugaba con el clítoris de su amante. No creía que iba a aguantar mucho más sin correrse.

— Cariño, así. Sigue, me voy a venir en tu boca.

Las palabras tan sucias que soltaban solo hacían que se excitaran más. El primero en correrse fue el rubio quien la penetró irregularmente hasta correrse dentro de ella, Hermione le siguió poco después con las caricias que el chico le daba en su clítoris.

Pansy le sujetó de la cabeza para que no se separara de su coño cuando se corriera y fue bañada por un líquido cuando eso sucedió.

La Gryffindor se rió intentando limpiarse.

— No sabía que eso también le podía pasar a las mujeres.

La Slytherin se arrodilló quedando frente a ella y le besó por toda la cara.

— Solo si se ponen como tú me has puesto hoy, cariño.

Ninguno de los tres quería pensar más haya de lo que habían hecho. Sólo pensaban en repetirlo cuanto antes y en una cama.

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