Capítulo 1

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Ámbar

Mis ojos no pueden abrirse, escucho a lo lejos la alarma y a Pamela haciendo mucho ruido en la cocina, hoy mi cuerpo no responde, sabía que me había excedido con el trabajo aunque no tenía opción si quería reunir suficiente dinero para la nueva visa, mis días son exactamente igual hace 5 años, trabajo, me oculto, junto dinero y me mudo a un nuevo lugar por un año, aunque sabía que debía irme de aquí este lugar me enamoró, amé Madrid desde el día en que llegué y aunque debía irme algo en mi se negaba a seguir adelante.

Tomé todo mi esfuerzo y logré salir de la cama y llegar a duras penas a la cocina, Pamela estaba muy arreglada para ser las 7 de la mañana, es una mujer hermosa tiene pelo negro hasta la cintura, unos ojos color miel y su piel llena de pecas, la conocí gracias a la señora que cuidé en Italia Marga, ella es su tía y la que me consiguió un alquiler muy barato del cuarto vacío de su sobrina. Como es habitual se había separado y necesitaba una compañía y unos pesos no le venían mal, así fue como Pamela fue mi salvación.

Me cayó bien al instante no hacía muchas preguntas y siempre me recibía con una sonrisa cuando tenía los peores días, me ayudó a buscar varios trabajos temporales y gracias a ella estoy en una galería de arte algunos días a la semana, lo que es mi pasión.

Hoy veía a mi compañera intentar hacerle el desayuno a su nuevo chico, nunca duran mucho, ella no los deja, pero cada vez que termina su relación la veo desecha hasta que encuentra a la siguiente víctima.

_Necesitas ayuda?

_Oh por dios, Ámbar me asustaste, no te escuche levantar.

_Déjame hacerlos a mí, tu prepara el café.

_Gracias a dios, Esteban me encanta y no quiero intoxicarlo asique tu ayuda me viene muy bien.

Terminé el desayuno y con una gran taza de café me fui a preparar, hoy tenia un trabajo temporal en la oficina de mi compañera tenia que cubrir a la chica de la fotocopiadora por el día y pagaban muy bien, así que quería lucirme.

Busqué la ropa mas linda que tengo y me alisté para salir, la pareja se estaba despidiendo en el momento en que cerré la puerta del cuarto, Esteban era muy guapo alto, de pelo castaño y sonrisa seductora, todo un sex simbol que me decía que durarían poco.

_ ¿Estamos listas Pame?

_Si, vamos hoy hay miles de reuniones y mi jefe últimamente está muy malhumorado, no quiero llegar tarde.

El edificio era enorme, mas de 20 pisos todos con vidrio frente a la plaza más céntrica de Madrid, solo tenia el nombre Soler, según Pamela era el apellido del dueño, al entrar había mucha seguridad, tomaron mis datos, comprobaron que estaba anotada para cubrir y me dieron un pase temporal, Una chica rubia la cuál sus tacones sonaban mucho sobre el piso de mármol me llevó hasta la oficina y me explicó que era lo que debía hacer en pocas palabras y dejándome sola allí, me acomodé en la silla, saqué el manual de la impresora y busqué la configuración más rápida para acelerar mi trabajo y poder dibujar en mi cuaderno. Hoy iba a ser un día tranquilo.

No te enamoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora