Capítulo 25

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Ámbar

A la mañana siguiente, nos reunimos con la familia de Álvaro para el desayuno. La atmósfera era animada y acogedora, y pronto comenzamos a hablar sobre la boda y los detalles de la organización.

Álvaro y yo nos sentimos nerviosos al principio, pero tratamos de mantener la compostura mientras la familia comenzaba a hacer preguntas sobre nuestros planes.

Sin embargo, rápidamente me di cuenta de que Álvaro y yo estábamos luchando por encontrar las palabras adecuadas. Estábamos nerviosos y titubeantes, hasta que decidí intervenir.

Imaginen esto, comencé con entusiasmo.

- Una ceremonia junto al mar, con el sonido de las olas como música de fondo y la brisa marina acariciando nuestros rostros. Sería una celebración íntima y romántica, con nuestros seres queridos reunidos para compartir este momento especial con nosotros.

Mientras hablaba, podía sentir la emoción creciendo en la habitación. La familia de Álvaro estaba cautivada por mi visión y se sumergieron en la idea de una boda junto al mar.

Vi la sonrisa radiante en el rostro de Álvaro y supe que estábamos en la misma página. Él haría todo lo posible para hacer realidad mi sueño, y eso significaba más de lo que podía expresar con palabras.

Después del desayuno, Mientras nos dirigíamos a la piscina para el próximo juego, noté que Álvaro estaba un poco callado. Su expresión parecía distante, como si estuviera perdido en sus pensamientos.

Al principio no le di mucha importancia, pensé que tal vez estaba cansado o preocupado por algo. Pero cuando llegamos a la piscina y me saqué el vestido, noté que Álvaro me miraba de manera extraña.

Sus ojos se posaban en mí de una manera que me hizo sentir un poco incómoda. Sentía su mirada recorriendo mi cuerpo, y aunque me sentí halagada, también me hizo cuestionarme qué estaba pasando por su mente.

Traté de ignorar sus miradas y me uní al resto de la familia en la piscina. Nos sumergimos en una serie de juegos acuáticos, riendo y disfrutando del sol.

Pero no pude evitar notar que Álvaro seguía mirándome de manera intensa. Cada vez que nuestras miradas se encontraban, él apartaba la suya rápidamente, como si estuviera avergonzado.

No entendía qué estaba pasando. Álvaro siempre había sido amable y respetuoso, y nunca me había hecho sentir incómoda de esta manera antes.

Intenté sacudirme esos pensamientos de la cabeza y concentrarme en disfrutar del momento, pero una parte de mí seguía preguntándose qué estaba pasando con Álvaro y por qué no podía dejar de mirarme de esa manera.

Mientras nos sumergíamos en el juego acuático, Álvaro se acercó a mí con una sonrisa traviesa en el rostro.

- ¿Lista para ganarle a mis padres?" preguntó con entusiasmo, su voz llena de emoción por el desafío que se avecinaba.

Sonreí ante su entusiasmo, pero sacudí la cabeza.

- No creo que quiera ganarles a tus padres, Álvaro. No se trata de competir, sino de divertirnos juntos como familia.

Álvaro parecía sorprendido por mi respuesta, pero asintió con resignación.

- Entiendo. Pero déjame al menos darte algunos consejos sobre cómo ganar. Conozco las debilidades de mi madre, y te puedo ayudar a aprovecharlas.

Escuché atentamente mientras Álvaro me explicaba su estrategia. Me sentí halagada de que estuviera dispuesto a compartir sus secretos conmigo, pero al mismo tiempo, me resistí a la idea de competir contra su familia.

A medida que avanzaba el juego, noté que Álvaro tomaba la delantera y se ocupaba de la mayoría de las tareas por sí solo. Me sentí un poco culpable por no contribuir más, pero no quería comprometer mis valores por el bien de ganar un juego.

Finalmente, ganamos el juego, y Álvaro me llevó aparte con una expresión seria en su rostro.

- Ámbar, necesito que te concentres, Hay un gran premio en juego, y nunca he ganado aquí antes.

Al escuchar sus palabras, me di cuenta de lo importante que era esto para Álvaro. Era la primera vez que traía a una mujer a la casa de su familia, y estaba desesperado por su aceptación.

Me sentí abrumada por la responsabilidad que recaía sobre mis hombros, pero al mismo tiempo, me sentí honrada de ser la primera en estar en esta posición con él.

Asentí con determinación, prometiéndome a mí misma que haría todo lo posible para ayudar a Álvaro a alcanzar su objetivo. Juntos, enfrentaríamos cualquier desafío que se nos presentara, y demostraríamos que éramos un equipo fuerte y unido.

Álvaro y yo estábamos sentados juntos en el porche, disfrutando de la tranquila tarde mientras él me contaba sobre una tradición especial en su familia para el cumpleaños de su tío Richard.

Me explicó que siempre se lleva a cabo una competencia en pareja, y el premio para los ganadores es un viaje todo pagado a cualquier lugar que elijan. Era la primera vez que participaría en este evento, pero estaba convencido de que íbamos a ganarlo juntos.

Mientras me contaba sobre esta tradición, podía ver la emoción brillar en sus ojos. Estaba decidido a ganar y estaba seguro de que podíamos lograrlo si trabajábamos como equipo.

- Vamos a prepararnos la cena y el baile es lo último que nos quedaría, y ahí es la última competición.

- Entiendo, repase las preguntas y las respuestas Álvaro creo que estoy lista.


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