Capítulo XX

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En medio de todo el silencio de la habitación, un golpe sobresaltó a las únicas mujeres, volteando hacia atrás para ver que Jiang Cheng había ido hasta la entrada de la habitación y había golpeado con fuerza una de las paredes, de ésta cayó algunos trozos del material, dispersándose en el suelo. Jiang YanLi rápidamente fue hasta él y lo abrazó, dejó que su hermano menor apoyase su cabeza en su pecho antes de mirar a la curandera y, con un simple asentimiento suave de cabeza, los dos se retiraron, recibiendo una reverencia de la mujer.

Lu Fen suspiró, reincorporándose de su postura, dejando de hacer la reverencia. Entonces, volteó a ver al Lan que no se había movido del lado del doncel, entre sus manos estaba una de las de Wei Ying, cuidadosamente acunada entre ambas. Ella no podía ver el rostro del hombre, pero a juzgar por su postura encorvada y el leve, casi nulo, temblor en sus manos, éste seguía afectado por el diagnóstico.

Con cuidado, se acercó al otro, manteniendo una distancia respetuosa. Antes de hablar, lo reverenció tratando de que no se notase la pena en su mirada.

—Hanguang-jun...Aún no es seguro si la grieta afectará al Maestro Wei de alguna forma, solo podremos saberlo cuando despierte. Por ahora, es incierto. Hice que volviese a dormirse y puse algo de mi energía a actuar para que se mantuviera libre de tormento por ahora...¿Usted conoce alguna forma más efectiva de mantener su mente clara? Eso podría ayudar a que...el daño sea menor—

Por unos cuantos minutos, creyó que el otro no la había escuchado o simplemente había decidido ignorarla, sin embargo, Lan WangJi volteó a verla momentáneamente antes de regresar su vista a Wei Ying, pero Lu Fen pudo fácilmente notar sus ojos sin brillo, cansados e irritados. Ella recordaba ver ese mismo rostro en hombres que habían perdido a sus esposas, esa misma expresión ahora reflejada en el rostro frío del Segundo Jade de Lan, solo eso hizo que su corazón se estrujera en pena. Era tan triste toda la situación.

Como el otro no iba a responderle, se dió media vuelta y sacó de una de las mangas de sus túnicas una bolsa qiankun, metió su mano dentro y sacó de ésta un frasco de medicina, uno que Wen Qing había enviado junto a su carta, cuidadosamente enpacado para que no fuese roto u olvidado.

Con pasos suaves se acercó de nuevo al Lan, extendiendo entonces la medicina a sus ojos.

—Segundo Maestro Lan...Ésta medicina relaja el cuerpo y ayuda a dormir, mi Maestra la envió junto a la carta y me pidió que te la diera— apenas dijo eso, Lan WangJi volteó a verle de repente, sorprendiendo a la mujer que se sobresaltó. Él parecía querer preguntarle algo pero las palabras no parecían salir.

—...¿Cómo supo de mi estadía aquí?— preguntó, su voz ronca y baja.

—Los rumores vuelan. — explicó rápidamente, extendiendo de nuevo la medicina, insistiendo en que fuese tomada. —Mi Maestra sabía que seguramente usted se quedaría con el Maestro Wei. —

Lan WangJi la observó en silencio sin moverse por algunos minutos más, poniendo nerviosa a la chica que sintió que el rostro le ardía levemente. Sin embargo, el otro extendió una de sus manos y aceptó el frasco con un leve asentimiento de cabeza en agradecimiento.

—Su Maestra...¿La Doctora Wen?— preguntó de repente, sorprendiendo a Lu Fen que sonrió.

—Vaya, la Maestra Qing tenía razón en que usted sería el más rápido en deducirlo. Justamente por eso es que preparó una carta para usted, Segundo Maestro Lan— metió su mano en su manga y ante la mirada curiosa del otro, sacó una carta igual a la que era de Wei Ying, pero decía su nombre en un costado.

—¿Para mí...?—

—Mn. Tomela, por favor. —

Pareciendo dudar por un rato, el Lan tomó por fin la carta, soltando la mano de Wei Wuxian para poder abrirla y leerla.

Not Alone [MDZS-Wangxian]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora