Capítulo II

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El pueblo cercano a Qishan, Liyang, recibió una visita inesperada de dos miembros de la Secta Yunmeng Jiang. Wei Ying se apresuró a bajar del caballo y tomar en brazos a Wen Yuan para que YanLi pudiera bajar también. Apenas tocaron tierra, se dispusieron a buscar donde vivían las curanderas, deteniéndose a preguntar pues no conocían la zona.

—Disculpe, señor— llamó la atención de un mercader quien estaba apurado para buscar refugio de la lluvia, el hombre frenó en seco para atender a la señorita y al doncel* que le hablaban. —El hijo de mi hermano está enfermo, ¿Sería amable de decirme dónde viven las curanderas? —preguntó sonriendo amable, el mercader tragó nervioso con un leve sonrojo en sus mejillas.

—¡Claro! ¡Viven en la casa de techo rojo!— aclaró señalando dicha casa, Wei Ying y la pelinegra se miraron para luego hacer una reverencia como agradecimiento.

—Muchas gracias, señor— agradeció antes de seguir su camino junto al de lazo rojo.

—¡Señorita, espere!— volvió a hablar el tipo, por lo que los otros dos voltearon. Wei Wuxian no pudo evitar hacerlo con algo de ansiedad pues quería irse pronto a visitar a las curanderas para que ayudaran a A-Yuan. —¿No necesitan compañía? Una jovencita y un doncel no deberían estar sólos. —

—No se preocupe, podemos cuidarnos sólos. Pero aprecio la petición. Con su permiso— antes de que pudiera el otro responder, YanLi se apresuró en empujar a su hermano para apresurarse.

Si había algo que Wei Ying odiara más que cualquier otra cosa era que despreciaran sus capacidades por su condición, o que le exigieran ser cosas que él no era. Gracias a que Jiang Fengmian lo crió como un chico más junto a Jiang Cheng, no tuvo nunca que ser sumiso o dulce como se le exigía, al final, terminó como es ahora; Valiente y altanero, pero eso no significara que no fuera amable o que fuera mezquino, todo lo contrario. Y su hermana no fue criada como una doncella bruta y débil, si no que era segura de sí misma, no temía decir lo que pensara ni ponerse al frente de una situación complicada para defender a las personas que ella consideraba importantes, había sido una pena que no hayan dado frutos sus habilidades para el cultivo, si no sería mucho más poderosa que ahora.

Una vez que estuvieron frente a la casa de las curanderas, YanLi tocó la puerta algunas veces hasta que una mujer anciana se presentó abriendo la puerta. La mujer los miró de pies a cabeza con un semblante serio.

—¿Puedo ayudarles?—

—Mi sobrino está enfermo, queríamos pedirle que lo revisara, si no es molestia Madam— señaló con su mano al bebé que aún dormía y respiraba de forma pausada. La mujer se quedó callada para después suspirar.

—Traigánlo dentro, veré qué puedo hacer— hizo un ademán con su mano y se apartó de la puerta para que los otros dos pudieran entrar.

La casa por dentro era muy hermosa, de tonos verdes y dorados, con pisos de madera y telas que decoraban las ventanas. Pinturas de trazos suaves adornaban las paredes. Habían varias mujeres jóvenes y uno que otro hombre quizás menores que Wei Ying y su hermana.

Una chica sonriente se les acercó con un rostro amable, en sus manos traía un cuaderno de tamaño mediano

— Buenas tardes, me llamo Lu Fen y soy curandera. ¿podrían decirme sus nombres?— pidió.

—Me llamo Jiang YanLi y éste es mi hermano Wei Ying, el pequeño de allí es Yuan— señaló a cada uno respectivamente, mientras veía como la joven escribía ágilmente los nombres en una página del cuaderno. Una vez que terminó, volvió su vista a los hermanos y sonrió.

Not Alone [MDZS-Wangxian]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora