Yueyang no era exactamente el lugar en el que Wei Wuxian le gustaría pasar su tiempo.
Era principalmente porque no habían donceles, solo hombres y algunas mujeres. Por lo que su presencia hizo que atrayera miradas...no bienvenidas por otros, pero para su fortuna, aquellos cuya atención era captada por él, desistían de acercarse el momento que veían a A-Yuan, su existencia actuaba de repelente en esta situación y Wei Ying no podía evitar besar las mejillas rojizas de su bebé con alegría, sintiéndose muy aliviado por no tener que lidiar con ningún...pretendiente.
Para ellos, A-Yuan significaba también la existencia de un posible esposo, alguien que les partiría la cara al mínimo momento que los viera coqueteando con sus parejas, o simplemente preferían no tener que hacerse cargo de un niño que no era suyo en el caso que las cosas con la madre se...intensificaran.
Mientras sostenía las riendas de Manzanita en su mano libre, se le pasaba hablando con A-Yuan, quien estaba encantado con escuchar su voz y reía cada que el doncel hacía caras, sin importarle el estar en público. —Aiya~ Mírate, jovencito. Ya asustas a todo aquel que intente acercarseme, qué posesivo eres mi A-Yuan, ¿No quieres compartirme con nadie, cierto, mm? Qué terrible serás de mayor, ah~— bromeó, mirando al frente, observando los puestos de alrededor, no había nada interesante pero seguiría buscando.
Al pasar frente a un restaurante, Wei Ying dejó de caminar, analizando los aromas que llegaban de ese lugar para discernir si sería correcto el tomarse el tiempo de almorzar ahí. —Mira, A-Yuan. ¿Huele rico, no? ¿qué tal si nos tomamos un descanso para un pequeño almuerzo, eh?— recibiendo una risilla en respuesta y un breve pateleo de emoción, dirigió su vista a un señor que parecía ser quien atendía el lugar.
—Ah, señor, disculpe— llamó, haciendo que la cabeza, de quien había estado limpiando mesas hasta ese momento, se levantara rápido para atender a quien lo llamaba. El hombre sonrió en su rostro arrugado por la edad y se acercó sosteniendo el paño con el que estaba limpiando las mesas vacías, espectante a que continuara. —Nos gustaría almorzar aquí pero- —dió un pequeño gesto hacia Manzanita que tranquilamente devoraba la hierba del camino.
El hombre comprendió y rápidamente asintió, —Oh, si, si. No se preocupe, Joven maestro, tenemos un sitio para que su burro descanse en lo que come. ¡A-Min!— alzó la voz de repente, sobresaltando a Wei Wuxian. A los pocos segundos, una chica joven y bajita apareció, sonriendo algo nerviosa. —Ella es mi nieta, si nos lo permite, ella llevará a su burro a descansar— dijo, y la señorita asintió, extendiendo su mano para recibir las riendas del animal.
Wei Ying sonrió, incluso si la chica no habló en ningún momento, —Muchas gracias. Ah- Tenga cuidado, él es algo gruñón. —advirtió cuando entregó las cuerdas, dirigiendo su vista al burro gris. —Manzanita, comportate, ¿si?—
Sin que tuviera que decir nada más, la chica se llevó a Manzanita sin problemas, dejando que Wei Wuxian pudiese tomar asiento donde el hombre le indicó, dejando salir un suspiro de relajación luego de haber estado tanto tiempo caminando, su cuerpo era todavía algo débil. A-Yuan quedó sentado en una de sus piernas mientras jugaba con una pequeña hoja que el doncel había recogido para mantenerlo entretenido.
Sosteniendo la bonita hoja dorada en lo que esperaban a ser atendidos, Wei Ying sonrió y la movió en frente del bebé, cuyos ojitos grandes la siguieron, su boca en una pequeña 'o', lo que hizo reír suavemente al mayor. —Mira, A-Yuan. Mira qué bonita la hojita. Es muy linda, ¿cierto?— él rió y aplaudió, agitando sus piernas. —Vamos, A-Yuan. Di 'hoja', así; Ho...ja. Es fácil, ¿no? Inténtalo— trató de convencerlo, y A-Yuan frunció el ceño tratando de entender cómo funcionaba esa palabra.
—Vamos, A-Yuan. Dilo por mí, ¿si? Ho...ja- señaló esta.
Se sorprendió cuando el niño también la señaló y balbuceó un —¡A-Niang, goja!— completó emocionado, señalando la hoja. Ante su intento tan dulce de pronunciar la palabra, Wei Ying estalló en risas, tratando de contenerlas detras de su mano.
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Not Alone [MDZS-Wangxian]
Hayran Kurgu"En medio del apogeo de una de las tantas batallas de aquella guerra, cuyos suelos se teñían de un fuerte rojizo por la sangre de los cuerpos caídos e inertes, el silencio es opacado por el llanto de un pequeño niño. Se había quedado sólo en aquel m...