En una época remota y olvidada, existió una extraña raza, eran seres formados por dos cabezas, cuatro brazos, cuatro piernas y un solo corazón, que los mantenía unidos, se bastaban a sí mismos, al punto, que no necesitaban de nadie más. Poseían una fuerza inquebrantable, una inteligencia suprema y principalmente, eran felices.Llegó el momento, en que un Dios, corrompido por la envidia y el sufrimiento de haber perdido a su amada, optó por separarlos. Los dividió sin piedad alguna, dando como resultado un ser muy similar a los hombres modernos.
Al principio aquellos nuevos seres se vieron perdidos, desorientados y vacíos.
El Dios estaba satisfecho de ver individuos tan frágiles e infelices, pero no todo salió como en un principio lo planeó.
Aún había un sobreviviente de aquella raza, la furia del Dios creció y decidió ir él mismo a separarlos, pero grande fue su sorpresa, cuando se dio cuenta que aquellos individuos, que en un principio eran uno solo, se aferraban a permanecer juntos a través de un abrazo. En cada intento por sepáralos, ellos se sujetaban uno al otro con mayor fuerza, al punto que la última parte de su cuerpo que estuvo unida fue su meñique.
El Dios logró su objetivo, pero la satisfacción de ver separados a aquellos seres pronto se derrumbó. Arrepentido y ofuscado por sus acciones, buscó una solución para volver a unir a aquellos seres.
Era una tarea bastante difícil, la mayoría de ellos ya había olvidado con quien compartió su corazón, pero la esperanza del Dios volvió cuando la pareja que había separado en dos ocasiones, se negaba a alejarse.
Aquel Dios ordenó a uno de sus vasallos la tarea de unirlos a través de un hilo rojo, que se volvería invisible en el momento que los seres nacieran. Así fue como las dos almas, que formaban anteriormente un individuo, fueron unidas de nuevo.
Pasaron miles de años, todo evolucionó y cambió, ahora era un mundo diferente, algunas personas era frías e indiferentes a su entorno, guerras, genocidios, actos de esperanza y buena voluntad se vivieron.
De un momento a otro, el tiempo pasó con una velocidad impresionante, que con dificultad se asimilaba, las personas cada vez se volvieron más inhumanas y eran presas de un torrente de tecnología.
Pero el Dios nunca pudo olvidar a esos dos seres que se aferraron con todas sus fuerzas. Cada vez que sus almas reencarnaba en un nuevo cuerpo, los vigilaba y era sorprendente la pasión con que se amaban, cada vez con mayor fuerza, con mayor devoción; al punto de que sí uno moría, el otro seguiría ese camino.
…
—No me olvides. —pidió ella cuando se percató que no tenían escapatoria.
—Yo siempre te recordaré, eres mi todo. —contestó el, intentando calmar su respiración.
—Te amo. —pronunció y lo abrazó con fuerza, escuchó como el sonido de las sirenas de policía se acrecentaba. Los habían encontrado. Ellos tuvieron la opción de vivir cada uno por su lado y en total calma, pero desde el primer momento en que se vieron, se reconocieron y estuvieron conscientes de lo que uno significaba para el otro y viceversa.
—Lo sé. —deshizo el abrazo y la miró fijamente a los ojos. —Te prometo que en mi próxima vida, no tardaré en encontrarte, te recompensaré todo el tiempo perdi…—no pudo concluir su frase, una bala había impactado justo a la altura de su corazón, la sangre no tardo en brotar y ella entró en pánico, la persona que más amaba estaba perdiendo poco a poco la vida.
—¡No me dejes! —suplicó, pero ya era demasiado tarde, él había muerto.
Lloró y se aferró al cuerpo inerte de su amado.
—Vamos. —un hombre la tomó del brazo y obligó a que se alejara.
—¡Suéltame! —reclamó, se limpió las lágrimas, pero nuevas aparecieron rápidamente. —¡Te odio! —anunció y escupió directo a la cara del quien era su marido.
—¡Déjate de estupideces, eres mi esposa y te llevaré conmigo!
—Seré tu esposa por un estúpido papel, pero soy su mujer. —señaló el cuerpo sin vida de su amado y después miró fijamente a su esposo. —Prefiero estar muerta, antes de volver a estar a tu lado. —anunció y en un movimiento rápido le quitó la pistola. No dudo en llevársela a la frente y jalar el gatillo…
…
Ella despertó, estaba en el suelo y todo a su alrededor era blanco, a excepción de un hilo rojo que colgaba de su meñique. Curiosa, decidió buscar el fin de aquel hilo. Caminó y caminó, hasta que vislumbró una silueta y el fin del hilo rojo, se acercó con cautela y contempló aquella silueta con asombro.
—No debías morir, aún te faltaba mucho por hacer. —comentó aquella silueta y se dejó ver.
—¿Quién eres? —cuestionó. Él no respondió y se acercó a ella, tomó la mano, de donde colgaba el hilo que los unía, la apretó con fuerza y por la mente de ella pasó cada uno de las vidas que antes ya habían compartido. En el momento que lo reconoció, se lanzó a sus brazos.
—Te extrañe…
…
El tiempo era algo insignificante en donde ellos estaban, pero pronto debían volver a nacer, para encontrarse una vez más.
—¿Qué te pasa? —preguntó ella cuando notó que él se iba desvaneciendo poco a poco.
—Pronto debo nacer. —comentó y sonrió amargamente.
—¿Me vas a dejar?
—No, nunca lo haría. —suspiró. —debo marcharme ahora, no sé cuándo debas nacer, pero te prometo que te esperaré. —comentó y cayó al suelo. —Siempre estaré para ti, no importa el tiempo o el lugar. Sólo iré a ese triste mundo, donde no hay nada, con la esperanza de verte, de saber que algún día llegarás y que todo tendrá sentido. No vemos pronto. —anunció y al instante un rayo de luz surgió y el desapareció.
…
Ella pronto debía nacer, así que el Dios optó por ponerles una prueba. Ordenó a un vasallo, quien en un principio fue el encargado de unir las almas, cortar su hijo rojo y unirlo a otra alma.
El Dios satisfecho por su audacia, se sentó a contemplar el destino cruzado que les esperaba a esos seres que vez estuvieron unidos por el corazón.
ESTÁS LEYENDO
Nuestro Hilo del Destino
Fanfiction«Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo se puede estirar o contraer, pero nunca romper». ¿Qué pasaría si por capricho de un Dios el hilo es atado a la...