Shuichi Saihara caminaba por las viejas, pero conocidas calles que tomaba todos los días de la semana para llegar a su escuela. Era el mismo aburrido camino de siempre, un escenario que se iluminaba por la tenue luz del sol opacada por las nubes de la mañana.
A decir verdad, el joven de cabellos azulados no estaba ni un poco emocionado por iniciar un curso nuevo, pues como su escuela era relativamente exclusiva y casi nunca ingresaban nuevos alumnos, él estaba atrapado con los mismos catorce jóvenes de siempre. El simple e intruso pensamiento de que debía pasar otro par de meses junto a aquel grupo de chicos aburridos estudiando, cuando podría utilizar ese tiempo para ver su programa favorito, causaba que los pasos con los cuales se desplazaba por el pavimento fueran lentos y expresaran la poca energía que sentía recorrer por su cuerpo.
Siendo sinceros, los jóvenes de su salón no lo ignoraban solo por sus cuestionables tendencias, sino que tampoco lo tomaban en cuenta por la apariencia que llevaba. Su piel era tan pálida por la poca exposición al sol, que incluso la luz más tenue hacía que el blanco de su tez brillara de una forma ni saludable ni bella, era algo directo de una película de terror. Sus ojos se veían cansados. Su cabello, opaco y poco cuidado. Su cuerpo tenía algo de músculo en él, pero, sin embargo, el chico parecía estar enfermo la mayoría del tiempo, algo que no agradaba a los muchachos de su salón.
Y eso no era todo. La vida de Shuichi Saihara no era lo que uno llamaría normal del todo. Claro, todo el mundo tenía aquel gusto culposo que no podían dejar debido a lo bien que los hacía sentir, pero el joven de cabellos azules encontraba deleite en uno de los más retorcidos y atroces programas de televisión alguna vez creados por el hombre.
Danganronpa era la obsesión más grande del muchacho de las muchas que tenía. Su habitación estaba cubierta de pies a cabeza de mercancía de aquella saga, de simples lapiceras que no costaban más que algunos centavos, hasta las figuras exclusivas más raras y costosas que se podían encontrar en el mercado. Si estaba licenciado por Team Danganronpa, el chico de ojos amarillos lo tenía en su masiva colección de diversos objetos, sin duda alguna.
El cariño enorme que le tenía a cada uno de estos objetos era más característico de una persona posesiva. Todo ser humano tenía prohibido siquiera pensar en tocar algo de dicha recopilación, por lo cual podríamos concluir que este joven no era de hacer muchos amigos. No es cómo si alguien fuera capaz de escucharlo hablar sin cesar sobre el programa de TV en intervalos de tiempo extensos sin terminar exhausto de dicho sermón, de todas formas.
Pero sus comportamientos posesivos iban mucho más allá de sus artículos temáticos. Si Shuichi se apegaba a cualquier cosa o persona, lo más probable es que no se separase de este hasta que algo le pasara o hasta que otra obsesión aún más intensa tomara su lugar, era un ciclo doloroso de espectar.
Aunque nunca fue acosado verbal ni físicamente por sus compañeros de clase, el hecho de que no tenía amigos y que pasaba todos sus descansos leyendo o escondido bajo la sombra hablaba por sí solo. Este era un chico solitario, callado, problemático y a él le agradaba ser así.
No obstante, el nivel de importancia que le daba a su pobre vida social era nulo siempre y cuando tuviese una casa sola y un buen café en su taza de Kyoko Kirigiri a la cual llegar por la tarde después de sus actividades académicas. Era recalcable mencionar que los padres de Saihara no estaban en casa nunca, pues ambos eran importantes detectives que viajaban seguido para atender casos en otras ciudades. Y su tío, quien debía cuidar de él, vivía unas cuadras lejos de su hogar, por si se daba la necesidad de llamarlo, él estaría ahí lo más rápido que pudiese.
El camino se hacía más y más familiar conforme el de cabellos azules se acercaba a su destino, los ruidos emanados de grupos de féminas ruidosas y de balones rebotando en campos escolares era levemente más perceptible con el paso del tiempo, alertando al adolescente que su caminata casi llegaba a su fin.
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↳ 📷₊˚. ··· Stalker »-Pregame Saiouma-«
FanficShuichi Saihara, el autoproclamado fan #1 de Danganronpa, es presentado frente a un chico de nombre Kokichi Ouma. Después de un tiempo juntos se da cuenta de que es a él a quien quiere. ¿A qué punto llegará su obsesión? ↳ Long-fic ↳ Temas madu...