↳ 📷₊˚. ··· Stalker »-Pregame Saiouma-«

↳ ੈ‧₊ CAPÍTULO XVIII

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Ouma no tardó en despertar el momento en el que Shuichi le avisó que comenzaría su premier. Adorablemente el de ojos violeta se apegó al brazo del más alto, provocando un suave contacto en los jóvenes que habían terminado de expresar entre ellos el acto más puro de amor.

Amenamente vieron su serie de televisión, conociendo al elenco que los acompañaría en la temporada por seguir. El de mechones azulados estaba ciertamente emocionado por ello, pero no podía sacarse de la mente lo que acababan de compartir, o del hecho de que estaban ambos en ropa interior manchada y camisas sudadas, tan juntos que podía sentir el latido del corazón del otro en sus oídos, viendo Danganronpa como en los tiempos pasados.

El petite saltaba de la felicidad en su asiento a la vista del nuevo capítulo a pesar de que su trasero estaba ciertamente ardiendo, tanto que se le dificultaría caminar por el resto del día. Pero el opuesto no podía mantener los ojos pegados a la pantalla, era necesidad suya voltear cada cierto tiempo a ver al muchacho pequeño que tan jovialmente vibraba de emoción.

Después de eso permitió que el chico de mechones púrpuras tomara una relajante ducha en su cuarto de baño, pues no deseaba que se incomodara por lo pegajoso de su semen incluso después de que habían pasado unas dos horas. Se había limpiado con una toalla en cuanto terminaron, pero era evidente que no había sido suficiente para limpiar los interiores del más bajo.

Le fue algo complicado llevar al opuesto hasta el sanitario debido a la punzante sensación de sus interiores, pero Kokichi insistió en ir el solo e incluso hasta a tomar una ducha sin su ayuda. Era fácil de ver que un poco más de intimidad entre ellos dos y el más bajo reventaría con pena.

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Saihara se dio cuenta que su querido había salido de la habitación el momento en el que de la puerta salieron delicadas nubes de vapor de agua. Era primavera y comenzaba a hacer calor, por lo cual encontró extraño que el otro hubiese usado agua caliente para asearse, más lo descartó como una cosa de preferencia personal.

Era ahora su turno de tomar un baño, pues tampoco era de su agrado estar todo sudado cuando pasaba el tiempo con su persona favorita del mundo. Con esa idea en mente se deshizo de su camisa ya transpirada, quedando en su ropa interior levemente manchada de su semilla, y las lanzó al cesto de ropa sucia que había en la esquina de su recamara, sin mucho importarle que Kokichi lo estaba mirando desde el otro lado del cuarto.

A pesar de que el otro ya lo había visto completamente desnudo hace solo unas horas, era un poco embarazoso estarlo cuando no estaban en una acción más íntima, por lo cual decidiría deshacerse de sus boxers ya que fuera a ingresar a la bañera.

Tan pronto como el muchacho petite puso un pie en la habitación principal con una toalla alrededor del cuerpo entero, como solían hacerlo las chicas, el de ojos amarillos optó por entrar al espacio lleno de vapor.

Esto hubiera pasado si no fuera por una delgada mano que se enroscó con cierta fuerza alrededor de su muñeca en un intento de detenerlo donde estaba. Su reacción más natural fue voltear a ver al joven tras de él, encontrándose con un gesto suave que demostraba la gran gratitud del opuesto.

—Gracias, Shumai —soltó con mucha suavidad, dejando ir de su muñeca con rapidez. Se notaba a kilómetros que estaba un poco avergonzado por el contacto repentino, pero no era algo que molestase al de cabellos azulados, después de todo, ya había sentido cada parte de su manifestación física.

—¿Por? —Cuestionó el mencionado, confundido al principio de qué acción exactamente se le estaba dando el crédito. Era en parte una pregunta tonta, pues luego de una breve reflexión se dio cuenta de que se trataba de las relaciones sexuales que justo acababan de tener antes de ver su inicio de temporada. Estaba agradeciéndole meses de retorcidas fantasías sexuales y múltiples intentos de llegar a aquel resultado.