↳ ੈ‧₊ CAPÍTULO XXIV

1.3K 93 309
                                    

⚠️

Eventualmente el tan esperado viernes, día de su ceremonia de graduación, llegó.

Ouma se encargó de vestirse lo mejor que pudo para aquella ocasión. Era obvio que tendría que asistir en uniforme, pero hizo un gran esfuerzo para plancharlo lo mejor que pudo. Peinó sus despeinados mechones en algún peinado decente, Tomó una muy larga ducha, se puso colonia en el cuello para oler lo mejor que podía, se cepilló los dientes para que relucieran y para esconder su mal aliento causado por su restricción alimenticia, se lavó muy bien la cara y se ató de forma impecable los zapatos. Después de todo, ese era un día especial.

Con una actitud bastante promedio se dirigió al campus, más específicamente al gimnasio, donde se supone que todo se llevaría a cabo. Nunca antes había estado tan nervioso por entrar a aquel lugar, pero simplemente trató de esconder su pánico y continuó.

Por obvias razones, sus padres no venían con él. El hecho de que figuras de autoridad tan cercanas a él no vinieran a uno de los eventos más importantes de su vida ciertamente dolía, mucho más cuando el petite observaba como el gimnasio estaba repleto de padres de familia y parientes de otros alumnos.

Toda la gente a la que alguna vez conoció en su vida estaba ahí, después de todo él no era muy social y la ciudad era algo pequeña, pero sinceramente le agradaba poder pasar un poco de tiempo en un espacio tan reconfortante como lo era una ceremonia jovial, a pesar de su terrible ansiedad social y su miedo a ser el centro de atención.

Y para su sorpresa, incluso Shuichi se había presentado a la ceremonia. Era cierto que el muchacho estaba cubierto de venditas y heridas, y se movía cojeando, pero eso no dejaba de ser algo que no muchos harían en un estado físico tan deplorable. Nunca dejaba de sorprenderlo... era extremadamente doloroso siquiera pensar en ello.

No estaba seguro de que sentir por el estudiante de los ojos amarillos. Lamentablemente su cabeza estaba fija en la idea de estar románticamente atraído por Saihara, pero toda la lógica y sus instintos de supervivencia le decían que seguir relacionándose con ese joven era una terrible idea. Era un completo desastre, estar en un dilema entre lo que dicta el corazón y lo que dicta la lógica.

Su cabeza estuvo pensando tan constantemente en ese periodo de tiempo que ni siquiera pudo disfrutar la ceremonia de fin de curso. Había esperado semanas para la conclusión de su vida escolar, pero al final no pudo gozar de lo que había anhelado por un largo tiempo, y todo era por esa mismísima persona que no quería salir de sus pensamientos.

Pronto terminó el evento y tanto los alumnos, como los maestros, como los padres de familia se retiraron del gran gimnasio para salir a celebrar con sus seres queridos, después de todo el fin de un ciclo era algo importante en la vida de muchos estudiantes adinerados.

Al menos lo era para la mayoría... a excepción de Kokichi Ouma.

Este pequeño muchacho yacía sentado en el piso más alto de la escuela, esperando con ansias un momento oportuno. Para su suerte, el clima primaveral era agradable sobre su lastimada piel y la fresca brisa del día le traía una agradable sensación a sus pulmones.

Parecía una tarea difícil, pero logró esperar a que muchos de los invitados se fueran para finalmente salir de su escondite en la azotea del edificio. Para su suerte no era muy tarde, e incluso alcanzaría a ver su última puesta de sol antes de dejar este mundo.

—¿Será éste finalmente el día? —Dijo silenciosamente al aire, quitándose los zapatos escolares y dejándolos justo al lado del lugar donde estaba. Esta vista le parecía familiar, así como lo era el vértigo de ver hacia abajo.

↳ 📷₊˚. ··· Stalker  »-Pregame Saiouma-«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora