Capítulo siete

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--Es por eso que es muy importante preguntarle a las personas con que pronombres se sienten representados --Terminó con una sonrisa mientras continuaba sirviendo las tazas con té y mate-cosido para los menores.

--¿Así como usted señor Argentina? --Preguntó Perú, mientras tomaba un poco de su bebida, el mencionado asintió con una sonrisa.

--Así es causita linda --Respondió utilizando el mote que usaba el peruano para llamar a sus amigos.

Siempre trataba de utilizar las mismas palabras raras que utilizaban sus niños, de esa forma les hacía ver que siempre les prestaba atención y que no eran los únicos que las utilizaban. A parte de que los integraba más.

--Bien pequeños, vamos a hacer lo siguiente, después de que ustedes merienden, vamos a preparar todo para recibir a unos niños que nos empezaran a acompañar a partir de ahora en adelante --Anunció con una ligera sonrisa-- Por lo que quiero pedirles que todos se comporten amables con ellos porque tuvieron una vida complicada.

--Está bien señor Argentina --Dijeron con risas y sonrisas los pequeños.

Muchos habían venido con problemas en sus familias núcleo, otros llegaban como si nada, durmiendo en la entrada del orfanato, él no se sentía en la posición para criticar a nadie, creía que todo tenía un porqué.

Acarició la cabeza de Venezuela mientras continuó tomando su mate sonriente.

--Recuerden que hoy tienen biología con la señorita Suiza.

Muchos comenzaron a quejarse ante eso. La suiza ingresó a la habitación con una mirada falsa de enojo mientras se colocaba al lado del argentino que sonreía divertido.

--Mepa que no les gusta tu materia Suiza --Dijo con diversión.

--Así parece Arge --Concordó con un tono cargado de angustia falsa-- Y yo que me había esmerado en conseguir una película divertida sobre el tema que veríamos hoy --Todos los niños y niñas del lugar la miraron con sorpresa-- Creo que no me quedará de otra que ir devolver la película ya que nadie quiere tenerme.

--¡Era mentira señorita Suiza! --Gritó México mientras se levantaba de su lugar con una carita cargada de angustia.

--Si, si profesora Suiza, era una broma --Anunció ahora Colombia mientras se levantaba de su lugar con preocupación. 

--Perdónenos señorita Su --Pidió ahora con sus ojitos cristalizados Finlandia.

Tanto Argentina como Suiza sonrieron con ternura. El argentino más que la suiza, sentía que estaba criando a futuras grandes personas, con un gran corazón.

--Entonces espero que estén tan emocionados de verla, así como yo --Dijo con una sonrisa la europea. Todos juntos gritaron un si, mucho más tranquilos que antes-- Y no se disculpen hermosos y hermosas, no estoy enojada con ustedes --Declaró para más alivio de los infantes.

--Vamos, vamos peques, terminen rápido su merienda para ver la peli y así recibir a nuestros nuevos compañeros --Pidió con una gran sonrisa Argentina. 

Todos comenzaron a hacerle caso mientras hablaban entre sí, el americano los observaba con una alegría indescriptible, se sentía en paz de ver a todos sus niños hablando y jugando entre sí. Este era su ambiente sin lugar a dudas.

Un pequeño jaleo de la tela de su pantalón le llamó la atención, dirigió su mirada rápidamente mientras dejaba su mate y termo sobre la mesa.

--¿Qué pasa pibe? --Preguntó mientras se agachaba a su altura, Uruguay tenía una sonrisa tímida entre sus labios.

--¿Me pasa un mate por favor? --Pidió con una ligera sonrisa, el argentino no pudo resistirse a esos lindos ojitos amarillentos, por lo que terminó cediendo y pasándole un mate al uruguayo.

--Pero no le digas a Para que se puede enojar --Murmuró sonriente mientras le guiñaba el ojo. El menor soltó una risa ante su comentario, pero asentía con total alegría.

Argentina sentía que estaba en su hogar. 

Entre rosas y risas [C.H] [A.U] [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora