Capítulo diez

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Seis y media de la mañana, y Argentina preparaba unas tazas de café amargo en conjunto de unas tostadas con mermelada para que pudiera desayunar junto al británico que descansaba como un bebé en su habitación.

Se sorprendía de lo tarde que podían llegar a levantarse todos en la casa de su pareja, pero no le molestaba, él también era de dormir un par de horas más, pero como era el cumpleaños de Jamaica, su pequeño cantante, tenía que llegar temprano para terminar de preparar todo, desde las magdalenas y torta, hasta la pequeña decoración que podían costear.

Suspiró. Esperaba que Suiza hubiera podido encargarse de los más pequeños, sabe perfectamente como eran algunos de ellos, como Uruguay y Paraguay. Tampoco podía olvidar a la tierna y a su vez aterradora Perú, y el extravagante México.

Esperaba que la noche no hubiera llegado a ser tan complicada, él amaba a todos los niños del orfanato, como si fueran sus hijos biológicos, además de las historias que tenían cada uno de ellos junto todos los problemas que cargaban en sus espaldas para sus edades.

Frotó sus ojos cuando la molesta alarma del microondas sonó, volviendo a traerlo a la realidad. Sacó las dos tazas de café que ya estaban listas y las acomodó en la bandeja junto a las tostadas y mermelada, haciéndose un recordatorio mental de comprar dulce de leche cuando volviera a visitar al británico.

Comenzó a subir las escaleras con total tranquilidad, era de mañana aún, por lo que los cuatros revoltosos debían seguir durmiendo hasta las ocho, él para esa hora ya debería de irse, deseaba preparar con algo de tiempo la sorpresa de Jamaica, además de querer compensarle a los niños el hecho de no haberse quedado a dormir la noche anterior.

Un ruido le llamó la atención cuando estaba por ingresar a la habitación de su pareja. Una puerta había sido abierta y no era de la de Nueva Zelanda, sino la de Canadá, la niña parecía dormida aún pero con un muy notable ceño fruncido en su rostro.

--¿Por qué no te fuiste aún? --Preguntó con un tono de voz grave, pero Argentina sonrió de la ternura que le generó, con todos sus cabellos desordenados y las mejillas rojas no podía tomarla en serio.

--Buenos días a ti también Canadá --Respondió con un tono alegre y cómico, la niña bufó antes de cerrar su puerta y colocarse a su lado para ver que llevaba en su bandeja, el argentino bajó un poco la bandeja para que fuera más fácil por la menor observar su contenido-- ¿Querés desayunar con nosotros? 

Sólo observó como la niña asentía, sonrió ante eso, y procedió a abrir la puerta de la habitación de Reino Unido, de esa forma ingresar de una vez.

UK dormía boca abajo, con sus cabellos azulados totalmente desarreglados y un hilo de baba descendiendo de su barbilla, esa imagen le generaba risa y ternura al latinoamericano, mientras que para la canadiense era horroroso. No entendía como su padre podía descuidarse tanto para dormir.

Cuando su madre vivía con ellos su padre jamás se descuidaba de tal forma, siempre dormía rígido en su sitio y jamás se movía, lo sabe porque tuvo momentos en los que tenía pesadillas y buscaba asustada los brazos de su madre, los encontraba a ambos como unos troncos en una sola posición, cuando se despertaba estaban igual.

Por eso verlo de tal forma se le hacía extraño y terrible.

--Bebé arriba --Escuchó la canadiense a Argentina, este tenía con una mano la bandeja mientras con su otra mano sacudía con delicadeza y cariño el cuerpo del contrario, le gustaría despertarlo a los empujones y gritos, pero sabía bien que la malévola estadounidense y el pequeño australiano estarían listos para el ataque si los despertaba a ellos tan temprano, o al menos esa fue la advertencia que le dió su pareja cuando se quedó a dormir.

Aunque también existía la posibilidad de que esa advertencia fuera una cruel mentira para que lo mimara al despertar y no lo torturara con cosquillas y sustos como hacía cuando el británico se quedaba a dormir en el pequeño departamento que tenía Argentina.

Fuera como fueran las cosas, no le importaba con tal de ver el apacible rostro del europeo una vez más.

Entre rosas y risas [C.H] [A.U] [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora