Capítulo catorce

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Antes de comenzar la lectura, quisiera hacer dos anuncios, el primero, es dar mis disculpas por la falta de atención y actualización en esta historia, pero realmente no he tenido ideas para continuarla, pido perdón por ese descuido tan importante y el tiempo que he tardado para darles más capítulos.

Segundo, este capítulo fue escrito y hecho gracias a VadaSilva4 sin ella yo no hubiera podido hacerlo, porque como dije, estuve con un bloqueo de escritor muy fuerte desde que le escribí el final a esta historia en borrados, así que, en verdad, agradézcanle a ella por darme la idea para continuarla.

Sin nada más que decir, disfruten de la lectura <3

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--Bien niñas, necesito que se queden aquí unos minutos --Pidió con un poco de preocupación-- Yo iré a hablar con una señorita para que se encargue de los niños en lo que yo me quedo con ustedes acá, ¿puede ser? --Preguntó, aunque su tono era tranquilo, sus ojos transmitían desconfianza.

Estaba angustiado, porque sabe cuan hirientes podrían ser las mayores, y sus niños ya tenían suficiente culpa y problema con los cuales cargar, sabe que si le pide a sus niños que se comporten lo harán, pero también sabe bien que ellos no se mantendrían al margen tanto tiempo como él.

--Si señó' A'gentina --Respondió Nueva Zelanda sentada en la cama del mayor con su pequeña mochila a los pies. El argentino sonrió ante esto.

--Bien, regreso enseguida --Avisó y comenzó a salir de la habitación con el corazón en la boca de la angustia, su paso era rápido, deseando encontrar a Suiza a tiempo para evitar cualquier desastre.

La habitación se quedó en silencio, con el australiano acostado en la cama de una plaza de Argentina, mientras Canadá se quedaba sentada en la silla del escritorio observando aburrida el lugar. 

USA por su parte, estaba aprovechando para inspeccionar el lugar y ver si tenía suerte para encontrar algo con lo que incriminar a la pareja de su padre. Esta era una oportunidad de oro y no quería desperdiciarla.  

--No deberías revisar cosas ajenas Estados Unidos --Chistó Australia algo molesto por ver como indagaba en la intimidad del sudamericano. La mencionada sólo elevó sus hombros restándole importancia.

--Él no está aquí y no va a enterarse, así como la otra vez --Respondió sin ningún tipo de vergüenza, el australiano bufó molesto.

Canadá los observaba con aburrimiento, ella concordaba con su hermano menor, dado que estaban en casa ajena, podía despreciar su existencia y todo lo demás, pero no estaban en su casa, tampoco se encontraba su padre como para protegerlos. 

--USA, Australia tiene razón, deberías dejarlo por hoy --La mencionada volteó a verla con sorpresa, Canadá siempre la apoyaba en todo-- No estamos en casa, no deberías hacerlo --La mayor de los hermanos bufó con enojo mientras asentía dándole la razón. 

Estaba por cerrar la puerta del armario de argentino cuando la puerta fue abierta con rapidez, sorprendiendo a los cuatro hijos del británico.

--Es en serio, ¡será genial este regalo! --Anunció una voz que ninguno conocía, era la voz de una niña, y parecía que no estaba sola.


Entre rosas y risas [C.H] [A.U] [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora