Las voces a su alrededor le despertaron. Había pasado una de las noches más difíciles de su vida, su cuerpo al por fin haber reaccionado era capaz de sentir en completa totalidad todo el dolor que tenía desde esa noche.
Esa noche...
Los recuerdos la atacaron como rayos, perforando su mente y activando sus sentidos. Sintió a su loba inquieta, y de manera desesperada llevó su pequeña mano a su cuello, en busca de la marca que esperaba tener.
Una sensación de alivio recorrió su cuerpo y mente relajándola en el proceso, cuando el dolor que sintió al contacto con su cuello, le confirmó lo que tanto deseaba. Dándole la prueba absoluta que su anhelada marca estaba ahí. Que no era un sueño el que tuvo, sino más bien, algo totalmente real.
Su alfa la había reclamado formando la unión, y ahora eran uno solo.
Sonrió tan amplio como pudo, estaba feliz. El hecho de pertenecerle a un alfa de la categoría de su esposo era algo digno de presumir. Seulgi lo sabía y se sentía orgullosa de ello.
De pronto, la ansiedad y el miedo al no sentir el aroma que amaba la empezó a consumir. ¿Dónde estaba su alfa? ¿Por qué no estaba ahí con ella? Lo necesitaba... necesitaba su aroma y sus mimos ahora más que nunca que se sentía tan completa, pero vulnerable a la vez.
Trató de levantarse para ir en busca de su esposo, pero un intenso dolor en su parte baja, más unos delicados brazos se lo impidieron; recostándola nuevamente para que pudiera descansar.
Enfocó su vista en la persona que la acompañaba, sonriendo en grande cuando una cabellera platinada y grandes ojos expresivos la recibieron.
—¿Grace? —preguntó bajito—, ¿Qué haces aquí?
La beta le sonrió, observando de reojo al alto rubio que estaba en una esquina de la habitación con los brazos cruzados sobre su fornido pecho, y escuchando todo en silencio.
—Me quedé para cuidarte —respondió cariñosa, mientras acariciaba los cabellos de su amiga—. Estabas muy mal, así que decidí quedarme a tu lado.
La omega asintió despacio, sintiendo como un pequeño dolor se iba alojando en su pecho.
—¿Dónde está Yoongi? —preguntó sin querer saber la respuesta—. ¿Dónde está mi alfa?
La pequeña platinada frunció el ceño mientras arrugaba la nariz, observando de manera acusatoria al alfa que estaba con ellas, haciendo un puchero marcado e involuntario al no querer hablar con su amiga de ese tema. Luciendo irritante a los ojos del menor.
El rubio resopló rendido, sabía lo que la pequeña beta le pedía con aquella mirada, y aunque no fuera asunto suyo quizás podría ayudar un poco. Además, se notaba que la esposa de su jefe era algo difícil de tratar.
—Señora Min —le llamó con su gruesa voz, sorprendiendo a la omega con su presencia, pero haciéndola sonreír con orgullo por la forma en la que se refirió a ella—. El alfa Min tuvo que viajar a Seúl por asuntos de trabajo. Pero llama todos los días preguntando por su salud, expresando lo preocupado que esta por usted. Fue por esa razón que me ha dejado a cargo de su seguridad mientras permanezca lejos de él —mintió descaradamente.
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ɢᴀ́ɴsᴛᴇʀ ᵞᴹ
De TodoDefender el poder en el bajo mundo, significa saborear la sangre que cada rival tiene para ofrecer. Min Yoongi es una bestia, un lobo sanguinario que lidera el terror vivo bajo una organización que ha ganado su respeto a costa de balas. Él ama el pl...