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Seulgi era una mujer que poco llegaba a sorprenderse

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Seulgi era una mujer que poco llegaba a sorprenderse.

En su vasta carrera ha visto casos insólitos que dejarían a cualquiera que conociese sin habla; sin embargo, la omega siempre supo mantener sus emociones a raya y construir con el paso del tiempo el carácter perfecto que iría acorde a su profesión, llevándole a perfeccionar la intachable reputación de la cual se enorgullecía.

A pesar de su joven edad y "corta experiencia", la omega nunca ha perdido un caso; siempre que se ha impuesto en un juzgado o tribunal se ha cerciorado de recoger y analizar de manera minuciosa cada detalle y pista que construirían la base que le daría la victoria.

Por cada una de esas poderosas cualidades es que familias de renombre acuden a ella, con el fin de empezar una batalla y tener la certeza de una victoria asegurada.

Tal y como fue en el caso de los hermanos Park.

Cuando acudieron a ella y le contaron con lujo de detalles la complicada situación por la que estaban pasando, la castaña no dudó en tomar el caso y darle frente; sobre todo al ser Solar una de las implicadas, al ser la hija menor del difunto alfa y una preciada amiga para ella.

Como es lógico, en los detalles contados está todo el origen y desarrollo del último matrimonio del difunto alfa, y cómo esa unión fue el inicio de la guerra interna de aquella poderosa familia, dividida en opiniones y solo con el conocimiento y deseo de riquezas y renombre.

Siendo en aquel entonces la primera vez que había escuchado aquel nombre.

Park Jimin.

El omega viudo de uno de los alfas más poderosos y adinerados del país, y mayor dolor de cabeza para los hijos y legítimos herederos.

Seulgi había revisado el testamento con lujo de detalle, y aunque le parecía injusta cada decisión que había tomado el alfa al favorecer tanto al omega y anteponerlo, sí sabía que todo iba acorde a las leyes y que no había mucho que se pudiera hacer en ese caso.

Pero como había dicho antes; la omega no había perdido ningún caso, y definitivamente aquel no sería la excepción.

Con el pasar de los días y las historias contadas, la castaña se había formado una imagen del posible aspecto del misterioso omega; sabía que era joven, ya que entre medio de tantos insultos hacia él había logrado intuir que era mucho menor que el alfa fallecido. Quizá tendría la misma edad que su esposo, o estaría en sus treinta; sea como sea debería ser un omega lo suficientemente simple como para mantener sin problemas un perfil bajo.

Y solo ahora que lo tenía frente a frente fue que supo lo tan equivocada que estaba.

El chico era hermoso... de hecho, era más que eso.

Lucía extremadamente joven, Seulgi estaba segura que ella era incluso mayor. Sus cabellos castaños y brillantes, luciendo suaves y con un toque delicado y sensual; el rostro perfecto acompañado de gruesos y rojizos labios, con un par de ojos mieles que destilaban seducción siendo su mayor atractivo; eso, sin contar con el perfecto cuerpo que poseía, del cual la omega dudaba mucho que fuese completamente natural.

ɢᴀ́ɴsᴛᴇʀ ᵞᴹDonde viven las historias. Descúbrelo ahora