𝕺𝖎𝖊𝖈𝖎𝖘𝖎𝖊𝖙𝖊

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Los días habían pasado a una velocidad asombrosa, para cuando menos se dieron cuenta ya era el dia de la feria, Draco junto a sus amigos habían estado toda la mañana preparando sus platillos, dándole los últimos toques a sus experimentos y por supuesto riendo entre ellos.

Aunque Harry llevaba ya unos días viendo a su amigo algo decaído al igual que le sorprendió mucho verlo enfermo, Draco no solía enfermarse con facilidad, tan solo cuando estaba bastante deprimido, sabia que ocurría algo con su amigo pero por mucho que le preguntaba este solía decir que estaba bien.

Harry se encontraba acomodando la mesa que les habia tocado, habían llegado temprano para poder decorar todo con calma, a Harry le hubiera gustado contar que todo era divertido pero Draco estaba distraído, el pelinegro tan solo soltó un bufido y tomó a su amigo del brazo para sacarlo de ahí.

Draco, por supuesto se dejó arrastrar, sentia la molestia del pelinegro y por mucho que quisiera controlarse para que dejara de preocupar al pelinegro este no podia, no podia superar la tristeza que le habia causado aquella despedida, aunque si agradecía que su aroma no haya cambiado, lo que significaba que era una tristeza tan solo por su parte humana y no estaba unida a su lobo.

- Llevas asi más días de los que quisiera contar, ¿Qué está pasando? - preguntó el alfa cuando llegaron a la parte solitaria de aquel instituto, Harry lo metió en el ex laboratorio que se hallaba abandonado detrás del instituto.

Al ser un lugar tan apartado se consideraba peligroso por el simple hecho de que podrían ocurrir cosas y nadie sabría nada, es más, era como la zona prohibida y nadie iba a ese lugar a menos que sea para la feria de juegos que se realizaba en Halloween, habia muchos cuentos acerca de ese lugar, era como el lugar maldito del instituto.

- No deberíamos estar aquí Harry, esta prohibido - murmuró el rubio sintiendo el frio del lugar, porque si, el lugar solía estar siempre frío asi este haciendo un calor horrible a su alrededor.

- Ya no puedo verte tan distraído, ¿Qué tienes?

- Ya te lo dije, no tengo nada, tan solo no he dormido bien y he estado leyendo mucho.

- Eso no es verdad, dime la verdad Draco - exigió el pelinegro mirando al omega con el ceño fruncido.

- Hablé con Cedric, me puso mal, me dio tristeza todo el asunto y he estado recordando mi relación con él, se que suena patético pero realmente me dolió mucho aquella despedida que tuvimos, pero de nuevo lo aceptó.

- Hablaste con Cedric, y no me dijiste nada.

- Te ibas a molestar, eres muy celoso, por asi decirlo, no queria que te enteraras pero sé que es mejor que yo te diga las cosas a que te lo diga alguien más, además, ya lo sospechaste, así que no ganaba nada mintiendo.

- ¿quieres regresar con él? - preguntó el alfa con cautela.

- No, no quiero regresar con él, las cosas están bien tal cual están. - respondió el rubio con un mohín en los labios.

- ¿Cuánto te llevara dejar de recordar? - preguntó Harry viendo a su amigo suspirar con pesar.

- Unas dos semanas más talvez... -murmuró el rubio.

- Al salir de aquí iremos al parque, ¿te parece? así me cuentas todo lo que recuerdas hasta que te sientas mejor, es mejor cuando se lo cuentas a alguien, al menos tu dijiste eso.

- Te lo agradecería mucho - sonrió el rubio abrazando a su amigo, el pelinegro tan solo sonrió y ambos volvieron a su puesto.

La tarde pasó con rapidez, todo marchó bien, las ventas de comida, las explicaciones de cada experimento, los juegos, todo, y como siempre a la hora de calificar, la maestra habia felicitado a Harry y Draco por su trabajo, colocándoles la nota correspondiente a su trabajo.

𝑨𝒍 𝒇𝒊𝒏𝒂𝒍☆𝙃𝙖𝙧𝙘𝙤.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora