Anne

314 58 249
                                    

"Hallar". La RAE dice (en su definición más exacta para este asunto): 'Dar con alguien o algo que se busca'

Anne. Siempre fue Anne.
——————

—¿¡Cómo que sabes dónde está!? —Diana estaba exaltada. Ni siquiera había llegado a cambiarse. Ninguno de los chicos en realidad.

Todos iban apretados en el auto de John, pero eso no importaba para entonces.

—He tenido un sueño. Nosotros la habíamos matado a Anne —comenzó a explicar Gilbert mientras manejaba a toda velocidad por los caminos de los barrios bajos—. Ella estaba muerta, con un disparo en la cabeza, y nosotros decíamos cosas como que ahora que la habíamos matamos íbamos a ser libres y que con Diana íbamos a poder estar juntos.

—¡Qué asco, man! —la pelinegra hizo una cara de que iba a vomitar y la piel de Gilbert se puso de gallina.

Pasaron por las casas abandonadas, las descuidadas, los viejos autos rotos y la típica esquina donde los argentinos (como buenos ciudadanos pulcros) tiraban la basura.

Y ahí estaba: ese "bosque", que en realidad no era muy grande ni tenía la gran cosa.

Les fue fácil llegar a aquella casa abandonada.

—¿Es ahí? —preguntó Cole y Gilbert asintió. No se podía negar que el cuerpo les temblaba a más no poder.

A cada paso que daban todo parecía moverse más lento. Y cuando se acercaron a la ventana más cercana Diana no se contuvo más las lágrimas.

Anne estaba ahí, estaba viva.

—Amor —susurró Gilbert con la poca voz que le quedaba. Estaba sorprendió, en shock, feliz y preocupado.

Ella no podía verlos, por lo menos no durante un momento.

Entonces sus ojos se conectaron. Al fin, luego de tantos días (que perecieron meses). Los zafiros de Anne se conectaron con los avellana de Gilbert y la chica trató de dedicarle una sonrisa, aunque su aspecto estaba desaliñado y parecía cansada.

Todos supieron que quería llorar, pero se contenía. Y Diana derramaba lágrimas por todos los presentes. Habían pasado por tantas cosas para llegar a ese momento...

Estaba viva, la había vuelto a ver al fin. Pero no podía abrazarla.

—Anne, amor, ¿estás bien? —una voz masculina se escuchó incluso hasta los chicos que estaban afuera.

Rápidamente los cinco se "escondieron" bajo la ventana y solo Gilbert alzó un poco la cabeza para poder ver qué ocurría dentro.

Un hombre de unos cincuenta y tantos había aparecido en la sala donde Anne estaba y el pelinegro dedujo que se trataba de Eric.

—Si, papá. Me desperté temprano y ya no me puedo dormir, pero vos anda tranqui a descansar con la mamá que yo no voy a hacer ruido.

—Vos sabes que no tenes que salir, ¿verdad? —el tono que aquel hombre usó causó escalofríos en todos. Sonaba tan psicópata y manipulador... estaba loco, de eso no había dudas.

—Sí, papá, afuera hay gente mala que me quiere lastimar y nosotros estamos acá encerrados hasta que consigamos nuevas identificaciones para irnos a Canadá —Anne habló en un tono que no parecía el suyo, como si tratara de ser una nenita sumisa de diez años. Y en sus adentros Gilbert entendió que lo que había dicho Anne en realidad iba dirigido a ellos: les estaba contando lo que sabía.

Tenían que actuar rápido o Anne iba a irse a Canadá.

—Che, pa, ¿mañana no tenes que ir a averiguar de las identificaciones? Tipo a qué hora.

DESAPARECIDA; SHIRBERT (completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora