Junio.

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Tercer paso: Verano.

Anne.

Los exámenes antes de salir a vacaciones estaban más cerca de lo que me gustaría, es decir, siempre he procurado estar mucho más preparada que cualquiera de mis compañeros para cualquier prueba, incluyendo los quices sorpresas que a veces dejaba la señorita Stacy.

Excepto que, en este año, las dos primeras semanas de junio ocurrieron muchísimas cosas por procesar.

Como primera medida, Gilbert Blythe había regresado a la escuela luego de estar tres meses y medio sin asistir a clases presenciales, lo que provocó un revuelto exponencial para muchas personas del establecimiento, y me incluyo un poco, no específicamente por su regreso, sino porque ahora éramos amigos, eso significó un cambio en ciertas costumbres que yo tenía. Por ejemplo, ahora los dos estudiábamos juntos en la biblioteca, entre clases nos hacíamos preguntas y cuando no estábamos en la escuela, él iba a mi casa para ayudarnos con los deberes.

Esto causó la segunda medida, la cual fue, Gilbert rechaza a Ruby diciéndole que él jamás ha estado interesado en ella de manera romántica, ocasionando un corazón roto presente en nuestro grupo de amigos, esto se originó principalmente porque a la rubia le dieron celos de verme tan cerca del joven Blythe.

Me sentí tan culpable cuando aquel desastroso momento sucedió, es que soy una tonta, o sea, desde que conozco a Ruby, sé de sus sentimientos por el pelinegro, y aunque éramos unas niñas cuando ella me dijo que debía mantenerme lejos de él, eso no quería decir que a estas alturas a ella no le molestara verme con él.

Ahora saltamos a la tercera medida: Diana y Jerry comienzan a ser novios oficialmente, destruyendo así el corazón del joven Spurgeon.

Dos corazones rotos entre nosotros, el universo debía de estar en nuestra contra.

La cuarta y última medida, que es posiblemente la menos importante en términos de corazones rotos, ya que no trae rompimientos sino todo lo opuesto, es el aniversario de un año de Josie y Billy. La joven Pye estuvo con los nervios de punta durante esas dos semanas porque quería demostrarle a su dulce novio lo mucho que lo quería y lo feliz y afortunada que se sentía por ser su novia.

Esa parte en verdad no me molesto en lo absoluto, pero si me distrajo muchísimo de mis estudios, ya que prácticamente tuvimos que ayudarla a planear el regalo perfecto.

Ser una amante del romance no lo hacía más fácil.

Ahora estábamos reunidos en la casa de los Andrews, supuestamente para una tarde de estudios, en donde todos nos ayudaríamos para pasar perfectamente los exámenes. Sabía que el plan tendría sus fallas desde el instante en que uno de ellos sugirió que viéramos una película y la mayoría aceptó.

—¡Esto es tan triste!— exclama Ruby, con sus ojos llorosos.

—¡Les dije que era mala idea ver Toy Story 3!— nos echa en cara Jerry, llorando a moco tendido sobre el hombro de Diana.

—¡Se toman de las manos porque saben que es su fin! ¡Ay no, alguien apagué la televisión!— imploró en voz alta, dejando que las lágrimas desciendan por mis mejillas. El joven de rizos a mi lado me consuela.

—¿Pero qué dices? Si ahora viene la mejor parte.— me recuerda Cole, tomando otro pañuelo de la caja que está sosteniendo Jane.

Vale aclarar que el reguero de pañuelos alrededor de nosotros es por culpa de ella.

—La garra.— vocifera Moody, imitando la voz del trío de alienígenas que salvan a Woody y todos sus amigos.

—Esta es la tarde de estudio más triste y hermosa que hemos tenido.— expresa Jane, sonándose la nariz con el último pañuelo de la caja. La mayoría asiente o da sonidos de afirmación.

Estaciones | Shirbert.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora