Extra #1

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Primavera.

La residencia Blackmore ubicada en el centro de la bellísima ciudad de Charlottetown era reconocida por ser un establecimiento cuya disciplina y orden se sienten a flor de piel desde la entrada misma.

Cosa que no era de sorprenderse, la dueña de aquel sitio —la señora Blackmore o Miss Escurrida como la había apodado Jane Andrews en su primer día—, era una mujer sumamente controladora y exigente en lo que respecta a seguir sus reglas.

Tanto era así, que las chicas debían cumplir las órdenes impuestas al pie de la letra o las consecuencias serían catastróficas.

Tenían suerte que a esa hora —en la cual, no podían estar por fuera de sus habitaciones correspondientes—, la señora Blackmore no se encontrara en el recinto, porque de ser así, Anne, Josie y Diana estarían en problemas.

Más la rubia por encontrarse fuera de la cama.

—Anne, por favor, por favor.— se escuchan las suplicas de la joven Pye a todo volumen.

Al unísono de las risas de Tillie y Ruby en la habitación contigua.

La pelirroja, con su cabello peinado en un moño trenzado bajo, siguió ignorando a su amiga mientras encendía su laptop.— Josie, no insistas, ya te dije que no lo haré.

La rubia busca apoyo en la mayor de los Barry, la cual está ocupada leyendo un libro.— Lady Di, por favor, necesito ayuda aquí.

La pelinegra ni siquiera se inmutó, logrando enojar a la ojiazul de rizos de oro.

—Por favor, Anne, te juro que, si me ayudas con esto, haré lo que sea.

—¿Lo que sea?

La ojiazul asintió al ver que su amiga amante de la aventura por fin había volteado a verla.— Sí, lo que sea.

Anne frunce el ceño.— ¿Cómo qué?

—Haré tu tarea durante un mes.

Diana alzo una ceja, aun sin despejar sus irises marrones de su lectura.— ¿En serio, Josie? ¿Harás la tarea de Anne soy demasiado nerd y responsable como para dejar que otros hagan mis deberes Shirley Cuthbert?

Esa era un segundo nombre muy largo, pero bastante acorde hablando de la joven Shirley.— Mi alma gemela tiene razón, jamás dejaría mi tarea en tus manos.

Josie soltó un bufido.— De acuerdo, en ese caso, te prestare lo que quieras de mi clóset.

—Eso menos va a convencerme, ¿de cuándo aquí tú me ves usando tacones de punta alta y blusas con escote?— cuestiona la hija adoptiva de los Cuthbert, iniciando sesión en Skype.

—¡Por amor de dios, Anne! Solo dime que necesito para convencerte.— continua con su drama la hija única de los Pye, lanzándose de rodillas al suelo en un acto desesperado, captando así la atención de su amiga, quien estaba a punto de llamar a Gilbert.— ¿Quieres que te implore de rodillas? Pues eso estoy haciendo y mira que mis rodillas lucirán fatales la mañana siguiente, así que, por favor, por favor, por favor.

Anne abrió los ojos ampliamente.— Josie, ya levántate, esto es ridículo, estás exagerando demasiado esta situación con Billy.

Y vaya que lo estaba haciendo, la situación actualmente era la siguiente: Josie y Billy estaban peleados, cosa que casi nunca ocurría entre ellos, pero claro, eso era en la escuela, donde todos sabían que ellos eran pareja y nadie se había atrevido a entrometerse.

En Queen's las cosas fueron muy diferentes, en la facultad de Economía, había una chica que estudiaba Administración de Empresas junto al joven Andrews y los celos de la joven Pye no tardaron en salir a la luz cuando la pilló coqueteándole a su novio.

Estaciones | Shirbert.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora