Extra #3

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Otoño.

Anne y Gilbert sabían muy bien que llevar una relación a distancia no era cosa sencilla, eran conscientes que estar a miles de kilómetros la mayor parte del tiempo podía dificultar las relaciones.

Pero en estos meses que llevaban afrontándolo, se habían dado cuenta que un factor clave para sobrellevar la situación de la mejor manera posible era la comunicación.

La cual, no les costaba tanto mantener de manera adecuada, administrar su tiempo entre clases, trabajos, exámenes, salir con sus amistades, descansar y, aun así, mantenerse en contacto, había sido una tarea compleja pero no imposible.

Muchas personas decían que era ridículo tener un noviazgo a distancia, que tarde o temprano terminarían peleando, que no les iba a bastar solo con mensajes y llamadas, que se cansarían con el tiempo de no poder verse tan seguido.

Claramente esas personas no sabían lo fuerte que era el amor de Anne y Gilbert.

Porque si bien podían extrañar el estar juntos, leyendo libros o viendo series, hablando hasta altas horas de la noche sobre todas las curiosidades que tenían sobre el mundo, abrazándose, besándose, acurrucándose, siendo ellos en compañía del otro.

Eso jamás significaría que irían en búsqueda de esas cosas en otra persona.

Ellos eran un equipo, si un problema se presentaba ante ellos, lo solucionarían juntos.

Y fue en otoño donde tuvieron que tenerlo más presente.

—Sigo sin entender por qué le regalaste a Ruby un cascabel para el collar de su gato sabiendo que este había muerto hace meses.— cuestiona la mayor de los Barry, dejando su mochila a un lado y tomando asiento en el sofá de la sala en la residencia.

El joven Spurgeon soltó un bufido, sentándose en el sillón reclinable de cuero marrón.— ¡No fue apropósito! Olvidé que esa bola de pelos había muerto.

—¡Y entonces dijo que olvidó que Misifu había muerto!— se escucha exclamar a la joven Gillis desde el corredor, apareciendo segundos después acompañada de Josie y Jane.— ¡Y el malnacido ni siquiera se disculpó!

Moody frunció el ceño.— El malnacido está aquí y si no se disculpó, es porque tú no lo dejaste.

Aquel comentario provocó que la pareja iniciará una discusión nuevamente, tratando de ser finalizada por la otra rubia y la castaña.

Diana volteó a ver a Anne, sentada a su lado, la cual estuvo callada todo el camino, solamente haciendo muecas raras mientras escribía en su móvil.

—¿Todo bien con Gilbert?

Esa pregunta tomó desprevenida a la joven Shirley.— ¿Qué?

La joven Barry se acomodó mejor, cruzando sus piernas y arreglando el dobladillo de su falda.— Has estado muy preocupada todo el día y no es por nada, pero si Josie te estuviese viendo, ya te estaría regañando por arrugar tanto la frente.

Fue ahí cuando la pelirroja se percató que ya no estaban en la universidad sino en la residencia, notando también como sus amigas seguían en medio de la pareja, la cual no dejaba de hablar del pobre Misifu.

—Joder, lo siento, he estado escribiéndome con Prissy todo el día, para organizar lo de la marcha de mañana.

El consejo estudiantil de la universidad de Queen's ofrecía espacios a todo el estudiantado para que participaran de cualquier actividad referente al manejo de la universidad, tanto en la rama administrativa, como en la referente a docentes y estudiantes.

Estaciones | Shirbert.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora