Capítulo 13

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- No entiendo – Donghyuck pasó los dedos por la superficie polvosa con desagrado - ¿por qué no le pediste que se fuera a él en lugar de hacerlo tú? –

- Porque ya lo había amenazado con ser yo quien se iría – rodó los ojos – si lo echaba, le quitaría el drama –

- ¿Entonces sólo vas a abandonarlo? – interrogó Jaemin, mirando con atención el lugar.

- No creo. No quiero hacerlo –

- Por supuesto que no. Te robaste las llaves de su casa y te mudaste aquí sin pedirle permiso – se burló Chenle.

- ¿Qué más podía hacer? No tenía a dónde ir –

- ¿Qué hay de nosotros? – preguntó el moreno, ofendido.

- Él seguramente iba a buscarme ahí –

- Cierto –

- ¿Cuánto tiempo planeas estar aquí? – Chenle comenzó a limpiar los muebles.

- No sé. Un par de días hasta que aprenda lo que sea que tenga que aprender –

- Eres bastante débil – se burló Jaemin.

- Como sea – suspiró – ¿Van a ayudarme a que este lugar quede habitable? –

- Yo sí –

- Y yo –

- También yo – dijo Jaemin, rendido.

- ¿No tienes que planear tu boda? – sugirió Donghyuck.

- No – se encogió de hombros.

La terna esperó que dijera algo más, pero eso no pasó.





- Aquí tienes, Mark – dijo la chica, entregándole un paquete de fichas.

- Gracias, Yeri. No tienes que hacer esto –

- En realidad sí. Es mi trabajo –

- Él sólo quiere bajar a la librería para ver si se encuentra con ese chico – se burló su compañero, con los ojos en la pantalla de su computadora.

- ¿El chico alto? – preguntó la joven.

- Sí – lloriqueó – es tan guapo –

- Y divertido – completó ella.

- ¿Cómo lo sabes? –

- El otro día te estabas riendo mucho de sus chistes –

- Él no es gracioso. Es sólo Mark y su tonta risa nerviosa – murmuró su aún ocupado compañero.

- Tú ni siquiera estabas escuchando –

- Pero lo conozco. Es mi amigo – los miró – no es divertido –

El azabache se levantó exaltado.

- Debes estar bromeando –

- Ya me voy – anunció Yeri, previendo la incómoda situación.

- ¿Qué? –

- El chico es tu amigo y tú sólo decidiste no mencionarlo –

El otro frunció el ceño.

- Creí que él había tenido la amabilidad de hacerlo –

- No lo hizo –

- Ya veo – dijo volviendo a su trabajo.

- ¡¿Qué haces?! –

- ¿Qué? –

- Llámalo ahora y dile que vaya contigo a mi fiesta de inauguración mañana –

- Ni siquiera yo sé si vaya a ir –

- Por favor – hizo un puchero.

- Bien, lo llamaré – cedió, sacando su teléfono – pero deja de molestarme –

- Sólo hazlo –

El otro tomó su teléfono y lo puso en altavoz.

- ¿Hola? –

- Amigo – llamó con falso entusiasmo - ¿qué hay? –

- No mucho. Sólo trabajo –

- Debe ser pesado – tecleó un par de cosas - ¿qué vas a hacer mañana? –

- Un amigo me invitó a una reunión –

El chico miró a Mark con ojos aburridos.

- Iba a invitarte a una también. Supongo que nos veremos en otra ocasión –

- Así parece –

- Bien, tengo trabajo, llámame luego –

- Claro, adiós –

- Adiós – dijo colgando la llamada – ahí tienes –

- La vida es tan injusta –

- Exageras – palmeó su hombro – además, si el destino quiere que se crucen, pasará sin que lo esperes –

- Esa leyenda de nuevo – espetó entre dientes.

- Aún así esperas que tenga razón –

- Claro que no –

Por supuesto que era así.





- ¿Llamaste a Jisung? – cuestionó Donghyuck, poniéndose frente al chino.

- Sí – sonrió – irá conmigo a la fiesta –

- Oh por Dios. Esto es tan emocionante – ahogó un grito.

- Lo sé. Vale totalmente el berrinche de Taeyong –

- ¿Puedes imaginarlo? – miró a la nada, imaginando – los fuegos artificiales que aparecen de la nada cuando conoces al amor de tu vida. El canto de los pájaros –

- Todo desaparece excepto él, frente a ti – complementó – no puedo esperar a que estén uno frente al otro –

- Muero por ver el desenlace –

- Y mañana será el gran día –

Victory and glory Donde viven las historias. Descúbrelo ahora