Shotaro hablaba emocionado sobre su trabajo y lo mucho que le gustaba que Mark fuese su compañero.
Le decía a Jisung que era una suerte estar con otro extranjero junto a él, pero el menor no escuchaba y sólo podía mirarle embobado sin decir nada.
Tenía unos ojos grandes y brillantes, voz dulce y era muy agradable estar con él.
Eres tan bonito.
- ¿Qué? – preguntó el japonés.
- ¿Qué? –
- Dijiste que era bonito –
Jisung jadeó alarmado.
- ¡¿Dije eso en voz alta?! –
El mayor rió escandalosamente.
- Eres muy gracioso –
- No lo es, es extraño – dijo un tercero, acercándose a ellos.
- No soy extraño – hizo un puchero.
- Soy Zhong Chenle – se presentó, extendiendo su mano – él es mi novio Taeyong –
- Un gusto – dijo el mayor, repitiendo la acción.
- ¿Son amigos de Jisung? –
- Sí –
- No –
Respondió la pareja al mismo tiempo
El menor reprendió a su novio con la mirada y luego giró a verles.
- Disculpen un momento, volveremos enseguida – se excusó, empujando al otro a la cocina.
- ¿Qué fue eso? –
Jisung rascó su nuca, incómodo.
- Taeyong me odia – rió – es mi culpa, de todos modos –
- ¿Por qué? –
- Es una historia algo confusa, ¿quieres escucharla? –
- Soy todo oídos –
- Bueno, yo conozco a Chenle por mi trabajo, ¿sí? Pero nunca había hablado con él hasta hace algún mes –
- Ajá –
- En ese momento él y su novio estaban teniendo muchos problemas –
- Se pone interesante – bromeó.
- Si soy sincero, a mí me gustaba Chenle antes de comenzar a hablar y yo como que me aproveché de su mal rato para comenzar a invitarlo a salir – miró al mayor fruncir el ceño – lo sé, no soy la mejor persona –
- ¿Y qué sucedió? –
- Yo besé a Lele – apretó los labios – pero sabía que él amaba a Taeyong, entonces le dije que fuera por él y recuperara su amor, o algo así –
El japonés asintió, pensativo.
- ¿Y ya no te gusta? –
- No sé cómo explicarlo – hizo un mohín – me gusta, pero no como antes. Somos amigos, es mi mejor amigo, me gusta pasar tiempo con él, hablar con él, todo eso; pero no estoy enamorado como antes ni nada por el estilo –
Shotaro quisiera no haberse sentido tan disgustado como se sintió.
- Ya veo – sonrió – bueno, son cosas que están en el pasado –
- Explícaselo a Taeyong – bufó.
- Lo siento, chicos – se disculpó el chino, volviendo junto a ellos - ¿de qué nos perdimos? –
- Sólo hablábamos de trabajo – mintió el menor.
El japonés asintió y le sonrió falsamente.
Estúpido Zhong Chenle.
- Esta es la habitación principal – señaló abriendo la puerta.
- ¿Puedo pasar? –
- Por favor –
El alto entró mirando a su alrededor.
La habitación era bonita, elegante, espaciosa y tenía la iluminación perfecta.
- Es genial –
- Sí – concordó el otro desde el marco de la puerta.
- Mark – sonrió - ¿por qué te quedas ahí? ¿me tienes miedo? –
- Por supuesto que no – rió nervioso, adentrándose en la habitación – sólo te daba espacio –
Caminó hacia su cama y se sentó.
- Pero no entiendo – dijo ocupando el lugar junto a él.
- ¿Qué no entiendes? –
- ¿Por qué me trajiste a tu habitación si no ibas a besarme? –
El mayor se atragantó.
- ¿Qué? –
- O puedo hacerlo yo – se encogió de hombros – al diablo, lo haré yo –
Rápidamente, se acercó al azabache para atraerlo en un profundo beso, imposibilitándole responder cualquier cosa.
Succionó y mordisqueó sus labios tanto como pudo, haciendo a Mark comenzar a jadear insistentemente.
Lentamente, empujó el cuerpo del mayor para recostarlo completamente sobre el colchón.
- Espera – susurró contra sus labios, antes de levantarse.
Echó un vistazo rápido al pasillo y cerró la puerta, asegurándola.
Volvió junto al otro y se posicionó sobre él para continuar con el apasionado beso.
Mark pensó que estaba mal, que debería alejarlo.
La voz de su consciencia, que hablaba igual que Donghyuck, le decía que no lo dejara hacerlo, que eso podía significar que el otro no buscaba más que meterse en sus pantalones.
Sabía que si se lo decía a su amigo, el moreno lo reprendería hasta quedarse sin palabras, pero le estaba besando el cuello y sus impulsos podían más que su razón.
Luego pensaría en ello.
Pray for Mark 🕯