Capítulo 17

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Taeyong bailaba al ritmo de la música ante la divertida mirada de su novio, quien lo veía desde el sofá.

Tomó una botella de agua y la utilizó como micrófono para comenzar a tararear para su chico la balada que reproducía el parlante.

Comenzó a mover su cuerpo con movimientos sensuales, haciendo al chino cubrir su rostro con ambas manos.

Arrojó el objeto a uno de los sillones y tomó al castaño por la cintura para levantarlo y comenzar a bailar junto a él.

- Bebé, podría llevarte a la luna ahora mismo si me lo pidieras – dijo acomodando un mechón de su cabello.

- ¿Lo dices en serio? –

- Sí, pero no me lo pidas – imploró, haciendo al otro reír.

Lo observó con ojos enamorados y se acercó a él para arrancar un intenso beso de sus labios.

El chino se separó, sintiéndose positivamente mareado.

- Te amo –

- Yo te amo también – susurró, comenzando a repartir suaves besos en su rostro y cuello, haciendo al menor jadear.

- Taeyong... –

- Gracias por estar aquí – murmuró sobre su piel.

- No voy a irme -

- Promételo – lo miró – promete que no lo harás –

El menor sonrió enternecido y tomó su rostro con ambas manos.

- No voy a dejarte –

Taeyong suspiró profundamente y se acercó para besarlo de nuevo, esta vez encaminándolos a ambos hacia el sillón para recostarlos con cuidado.

- Chenle – llamó por lo bajo, comenzando a acariciar sus muslos – cariño, ¿por qué perdí tanto tiempo? –

El mencionado no respondió, dejándose llevar por las sensaciones que provocaban las traviesas manos de su novio.

- Como pude ser tan tonto y casi dejarte ir – pasó su lengua por su cuello, dejando un rastro de saliva hasta su pecho, comenzando a succionar con fuerza

- Las marcas – susurró.

- Que lo sepan – gruñó – que eres mío, y que soy tuyo – dijo desabotonando la camisa ajena para darse más acceso a su tersa piel.

Chenle gimió cuando sintió la tibia boca del mayor succionando su pezón.

- Tae... -

- ¿A quién perteneces? – subió la mano hasta su erección para comenzar a acariciarla con fuerza – dime cariño, dime quién es tu dueño–

- Tú– arqueó la espalda – Tae –

- Eres un buen chico –

Lentamente, desabrochó el pantalón del otro y se deshizo de él con cuidado, pasando sus dedos por su piel, provocando un tortuoso cosquilleo.

Chenle jadeó sonoramente cuando sintió los labios del mayor arrastrarse por el interior de sus muslos, haciéndolo temblar.

Lo necesitaba.

- Por favor házmelo – gimió.

El peli plateado sonrió complacido y subió nuevamente a la altura de su rostro.

Pasó sus dedos por los húmedos y enrojecidos labios del chino y, con su pulgar, jaló su barbilla para hacerle abrir la boca.

Introdujo dos de sus dedos, suspirando pesado cuando sintió la lengua del otro chuparlos con decisión.

Lo miró a los ojos y los empujó hasta su garganta, haciéndole soltar una arcada que provocó que sus ojos lagrimearan.

Mordió sus labios y sacó la mano de su boca para llevarla directamente a su entrada.

Acarició superficialmente haciendo al otro removerse, tratando de penetrarse con ellos.

Taeyong detuvo su cadera con fuerza y chasqueó la lengua.

- Ten paciencia, amor – introdujo ambos dedos lentamente – tenemos tiempo –

El otro apretó los ojos. Sabía que su novio iba a torturarlo.

Inició un vaivén lento, escuchando gustoso los dulces gemidos del chico, hasta que decidió que era suficiente para él.

Lamió su mano libre y la acercó a su erección para acariciarla, cuando el otro lo detuvo.

- Déjame hacerlo –

Empujó al mayor para que se pusiera de pie y cayó sobre sus rodillas.

Lo miró mientras lentamente deslizaba su lengua por la punta de su falo para después introducirlo a su boca por completo.

Taeyong lanzó su cabeza hacia atrás antes de empuñar el cabello del otro para comenzar a profanarlo.

Si había alguien que realmente disfrutaba de ello, era el chino.

Continuaron hasta que salieron gruesas lágrimas de sus ojos, por lo que el otro lo levantó y lo colocó de rodillas sobre el sillón, apoyando su pecho sobre el respaldo.

- Hazlo duro – pidió el menor, haciendo al peli plateado reír.

- Como ordenes – gruñó antes de dar una fuerte estocada contra él.

Chenle mordió la tela del sillón en un intento de ahogar sus gemidos.

El mayor lo embistió sin piedad, disfrutando la sensación de su entrada que se contraía cada vez más.

Dio una palmada sobre su trasero, viendo orgulloso como su mano quedaba marcada en la piel.

El chico se separó del sillón para incorporarse, sintiendo como una mano rodeaba su cuello y lo apretaba ligera y firmemente.

- Bebé – murmuró – déjalo ir –

Chenle abrió la boca sin emitir ningún sonido cuando se liberó, a la vez que el mayor aumentaba la velocidad de sus estocadas.

Taeyong lo abrazó con fuerza por la cintura, mordiendo su hombro descubierto, llenando el interior de su pareja.

El chino se desplomó cansado sobre el sillón, jadeando profundamente, recibiendo entre sus brazos al otro, que se dejó caer sobre él.

- Mierda, bebé – dijo sin aliento.

- Lo sé – lo abrazó por los hombros y besó su cabello sudado – lo sé -

Aquí, Chenlesaurio. Por fin lo subimos. Que lo disfrutes ❤️

Victory and glory Donde viven las historias. Descúbrelo ahora