- ¿Por qué no me ha llamado? – preguntó Sicheng, apoyado en la mesa.
- No sé, ¿quieres levantarte? – pidió su amigo – la gente nos mira raro –
- Te dije que fuéramos a un bar – se incorporó – ahí la gente siempre está triste o en busca de sexo –
- ¿Y por qué no buscas sexo? –
- Porque amo a Renjun – lo miró serio – lo amo y quiero que sea el único por el resto de mi vida –
Jaehyun dejó caer los cubiertos sobre la mesa de mala gana.
- Tu depresión me quitó el apetito –
- Lo digo en serio –
- ¿Si quiera porqué tuviste un ataque de celos? Creí que lo habías superado –
- Creí que sí – aseguró – pero cuando lo vi ahí, fue como si quisieran apartarlo de mí. Como si pudiera acercarse a él, besarlo y sonrojarlo solo por tomar su mano. Como yo lo hacía –
- Pero ha pasado tanto tiempo – negó – tú cambiaste y él no quiere alejarse ahora. Menos por ir donde alguien más –
- También él cambió. Y no va a darme otra oportunidad –
Jaehyun suspiró pesado.
- Lo siento, amigo –
- Lo sé – levantó la vista y frunció el ceño – oye, no mires pero... -
- ¿Qué? – siguió los ojos de su amigo a la entrada del local - ¿Yang? –
- ¿Ese es el tal Hendery? –
El mayor giró la vista nuevamente hacia el chino y sonrió.
- Está bien –
- ¿Tú estás bien? –
El castaño lo miró, pero no dijo nada.
No podía decir nada.
- Tu casa luce increíble – halagó.
- Tú la decoraste –
- Pero luce increíble – codeó a su pareja – ¿no es así John? –
- Es hermosa – aseguró el alto.
- Supongo que se ve bien – admitió Mark, encogiéndose de hombros.
- Hola, chicos – saludó Renjun, uniéndoseles - ¿a qué hora llega Chenle? No conozco a nadie más que ustedes y me aburren como la mierda. Sin ofender, Mark –
- No hay problema –
- No lo sé – respondió el moreno – pero espero que sea pronto –
- ¿Por qué? – preguntó John, totalmente ignorante de sus planes.
- Por... porque Renjun se está aburriendo con nosotros –
- ¿Desde cuando te importo? –
- Renjun, siempre me has importado –
- Claro que no –
- Claro que sí –
- Claro que no – concordó el canadiense – ninguno de nosotros –
- ¿Es el día de atacar al buen amigo Hyuck? – rió nervioso – después de todo lo que hago... -
- Ya llegó Chenle – señaló el chino.
Todos se giraron hacia la puerta para asegurarse de que, en efecto, el menor iba entrando, seguido por su novio y, por último, su apuesto invitado.
- Ven conmigo – dijo tomando a Mark de la mano, viendo como Chenle hacía lo mismo con su amigo.
- Jisung, tengo que presentarte a alguien – anunció emocionado – ¿listo? –
- Claro – sonrió.
Ambos pares caminaron entre la multitud hasta que quedaron uno frente a otro.
- Jisung – llamó nuevamente – él es Mark –
El menor no dijo nada.
Luego sonrió.
Extendió su mano para el azabache, quien hizo lo mismo, y la apretó amistosamente.
- Hola, Mark –
- Hola –
- Tu casa es muy bonita –
- Gracias, espero que te sientas cómodo – pidió cordialmente.
¿Qué?
¿Y todo lo demás?
No había fuegos artificiales, ningún tipo de ave, y el resto del mundo aún era visible para ambos.
El par restante intercambió miradas confundidas.
- Iré por un trago ¿qué les traigo? – ofreció el anfitrión.
- Lo que sea cargado – pidió el menor amablemente - ¿Lele? –
- Estoy bien – murmuró, viendo al otro alejarse - ¿qué mierda te pasa? –
- ¿Perdón? –
- Dijiste que era el chico de la librería – regañó Donghyuck a su amigo – explícate –
- Jisung dijo que era un empleado de la librería – miró al mencionado – dijiste que hablabas con un chico que trabajaba donde Mark –
- ¡¿Mark trabaja ahí?! – abrió los ojos, impresionado – debemos preguntarle si lo conoce –
- ¿Qué? – preguntó Haechan, irritado.
- Mark – llamó el menor de todos al azabache, que los alcanzaba nuevamente – debo preguntarte sobre algo –
- Claro –
- Un chico en tu... -
- ¡Amigo! – llamó feliz a un recién llegado, antes de congelarse completamente – Haechan – dijo más bajo.
- ¿Sí? –
- Mi compañero viene con él – sus manos temblaron – mi amigo viene con el chico del que te hablé –
- Hola – saludó el tímido desconocido cuando llegaron a su encuentro – Mark, traje a mi amigo Sungchan conmigo. Espero que no te moleste – fingió.
- Hola, Mark – saludó el alto – no sabía que era tu fiesta. Es un alivio que Shotaro me obligara a venir con él –
- ¿Shotaro? – llamó Jisung con ojos brillantes – h-hola –
- Hola – saludó sorprendido.
Y ahí estaba.
Los fuegos artificiales, el canto de los pájaros y el mundo desapareciendo para ambas parejas, todo ante los consternados ojos de Chenle y Donghyuck, que apenas conectaban los puntos en su cabeza.
Bueno, ahora tenía sentido.
La comunicación es importante, bebés.