- Jaemin, ponte tu abrigo y sube al auto –
- Ya te dije que no me voy a mover de aquí – insistió desde el sofá.
- ¿Por qué no quieres ir? –
- Yo quiero ir – lo miró – si tú te quedas en casa –
- ¿No vas a pasar navidad conmigo? –
- No, gracias – sonrió forzadamente – no quiero sentirme solo –
Yuta azotó la puerta principal y caminó hacia él.
- Vas a dejar de hacer un berrinche, ahora –
- ¿Ah sí? –
- ¿Qué mierda pasa contigo? –
- ¿Ahora soy yo el problema? – se paró frente a él.
- Cariño, por favor. Habla conmigo –
- ¡Llevo un mes intentando hacerlo! – recriminó - ¡un puto mes en que no haces más que ignorarme! –
- Nana... -
- ¿Hay alguien más? –
Yuta frunció el ceño, indignado.
- ¿Qué? –
- Sólo dilo. Hay alguien más ¿no es así? –
- ¿Estás escuchándote? –
- Si no es eso, entonces no me lo explico – dijo más calmado – no entiendo por qué estás alejándote de mí. Por qué no quieres estar en casa, ¿ya no me amas? –
El japonés suspiró pesado.
- Te amo –
- ¿Entonces por qué me ignoras? –
- Porque si no lo hacía iba a arruinarlo –
- ¿Arruinar qué, Yuta? Por favor amor, dime algo ahora porque voy a volverme loco y... - comenzó a sollozar – yo no quiero perderte, no quiero que te vayas, no quiero estar sin ti –
El mayor sonrió y acarició su cuello.
- No serías mi Nana si no complicaras las cosas – besó su mejilla húmeda – y honestamente, no hay nada que quiera más que a mi conejito –
- No sé si lo notaste, pero sólo estás confundiéndome más – rió amargo.
- Lo que quiero que entiendas, amor, es que esto es lo que yo quiero, es lo que siempre he soñado y mejor. Lo único que deseo por el resto de mi vida, y que si no te hablé por tanto tiempo, es porque quería que esta noche fuera especial – rodó los ojos – y luego hiciste tu berrinche –
- Yuta... -
- Na Jaemin – llamó con cariño. De su bolsillo sacó una pequeña cajita y se colocó sobre una rodilla ante la atenta mirada del menor – amor –
- Oh por Dios... -
- Esperé tanto tiempo por esto. Y qué mejor que hacerlo solo contigo – besó su mano – eres mi vida. La única persona a la que amo y amaré, y quiero que sea así por siempre. Jaemin, mi Jaemin, ¿quieres casarte conmigo? –
El chico se desplomó sobre su pareja hecho un mar de lágrimas, balbuceando un montón de disculpas y palabras sin sentido.
- ¿Bebé? –
- Sí quiero – besó su sien – sí quiero casarme contigo. Te amo –
Yuta sonrió satisfecho y le puso la sortija.
- Yo también te amo, conejito – la felicidad invadía su cuerpo – siento mucho que pensaras que ya no lo hacía –
- Lo siento también. Debí esperar un par de horas – sorbió su nariz antes de golpear su pecho - ¿por qué no me hiciste esperar un par de horas? –
- Lo intenté, pero eres tan necio –
- Y aún así quieres casarte conmigo – recordó emocionado – y mira ese anillo, tengo que mostrárselo a todos –
- ¿Entonces iremos a la cena? –
El castaño lo miró y asintió decidido.
- Iremos a la cena –
Después del importante anuncio y los regaños de sus amigos por el drama que había ocasionado, la fiesta se había tornado de lo más tranquila y cálida.
La verdad sea dicha, Donghyuck era un excelente anfitrión.
- Habla – exigió, acercándose a su amigo.
- ¿Qué? -
- No juegues al tonto, Mark. Sé que escondes algo – entornó los ojos – y vas a decírmelo ahora –
El mencionado ahogó un grito y sonrió en grande.
- Conocí a alguien –
Donghyuck jadeó impresionado.
- ¿Quién? –
- No sé cómo se llama –
- ¿Cómo se llama quién? – cuestionó Chenle, uniéndose a la conversación.
- No es tu asunto. Largo –
- Hyuck – regañó Mark – está bien, puedes quedarte –
El chino retó al moreno con la mirada.
- Decías –
- Que conocí a un chico. Pero no sé como se llama –
- Eso es tan estúpido – señaló su mejor amigo – ¿dónde lo conociste? –
- En la librería en la que trabajo. Estaba comprando un libro –
Chenle se atragantó con su bebida.
- Cuidado – Haechan palmeó su espalda - ¿y luego? –
- Nada – suspiró – apenas puedo hablar con él. Ese chico realmente me deja mudo –
- ¿Cómo vas a acercarte a él? –
- No tengo idea – rió – pero necesito hacerlo porque es el chico más guapo que he conocido en mi vida –
- Invítalo a.... – miró al chino junto a él - ¿puedes por favor dejar de ahogarte? Harás que me duela la cabeza –
- Iré por un vaso de agua – ofreció Mark, caminando rápidamente a la cocina.
- Haechan – llamó a duras penas – es mi amigo –
- ¿Qué? –
- El chico que le gusta a Mark – tosió – es mi amigo –
- ¿Lo dices en serio? – sonrió – tenemos que decírselo –
- O – lo detuvo – podemos presentárselo nosotros. Que sea una sorpresa – dijo en voz baja.
- ¿Cómo haremos eso? –
- Chenle, aquí tienes – llamó el mayor, entregándole un vaso.
- Gracias – sonrió – Mark, necesito preguntarte algo –
- Lo que sea –
- ¿Puedo invitar a un amigo a tu fiesta de inauguración? Está bien si dices que no... -
- Entre más, mejor – aseguró – necesito conocer a más personas –
Él y Donghyuck intercambiaron miradas.
Tenían tres días para organizar un plan.
Feliz navidad 🎄🎅🏼❤️💚
