Reproche

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Un pequeño dolor de cabeza punzaba entre mis cejas,  hablaban en señal a mi falta de sueño, no era novedad, estaba tan atareada de trabajo y la escuela. Una  demandaba de mi vida que requería mas  tiempo y dedicación o bueno, aprovechaba como excusa para ahuyentar mis  verdaderos sentimientos. Cosas extra que no podía dejar a un lado incluso ya con el bastante tiempo atras. 

Tocaron la puerta suavemente,  despertó mis sentidos y calmo mis pensamientos. Posiblemente era  Sulli que escapo de clases para venir a visitarme,  hacia eso últimamente para hacerme compañía y según ella, para soportar de mejor manera mi primera ruptura amorosa. 

- Adelante - Hable fuerte sin mirar el frente confiando en que fuese la nombrada. 

Olvidaba que esta tarde tenia reunión semanal  con algunos profesores a la hora del almuerzo, posiblemente se habían adelantado. Pero para mi sorpresa, el intruso  que estaba al frente de mi escritorio no era la persona que quería ver en ese momento.

-Hola 

 Sonrió descaramente frente a mi, mostrando los blancos y derechos dientes de una buena dentadura.  Paso su cuerpo por la puerta tocando algunas superficies de los estantes  y camino unos pasos hasta mi escritorio con algo de sutileza. Los nudillos blanqueaban con el cerrar de sus palmas (estaba nerviosa) y las grandes gafas doradas seguían intactas y bien cuidadas sobre su nariz.
Ella se veía diferente a la ultima vez, lucia mejor y descansada. Su ropa quedaba grande a juzgar los bordes de tela  sobre  estomago, pero seguía siendo digna de portada de revista. 

Mi cuerpo se tenso bajo sus ojos. Estaba  trabada en mi trabajo, o eso quería hacer parecer, intentaba no darle importancia tenerla a mi lado. 
Ella no podía estar ahí, posiblemente me quede dormida y la peor pesadilla estaba a punto de comenzar.

-¿puedo ayudarla en algo Profesora Liu? - Mi tono no era desafiante, ni amable  sin embargo no era nada agradable. 

Seguía temblando sobre mi escritorio, mis palmas  sudaban y mi columna se enderezaba impidiendo una cómoda posición. No podía ser posible, no era un sueño, era real, seguía teniendo efectos adversos al tenerla cerca.  
El eco del salón era desquiciante, la luz tenue combinada con los rayos del sol se  filtraban por las persianas de la ventana.  Varias hojas al frente de mi vista eran la barrera perfecta  para no conectar nuestros ojos. Era lo único que necesitaba para no morir en el intento de coexistir en el mismo lugar que ella. 

-Vaya, vaya. Así que esto se siente al estar delante de un escritorio siendo completamente ignorada. - Chasqueo su boca en un tono divertido - Bien dice que si la vida te aprecia lo suficiente  te dejara experimentar el karma -  cruzo ambos brazos irónica. 

-Si no le molesta, tengo una Reunión en unos minutos, así que le pido de la manera mas atenta que no me haga perder el tiempo - Seguía mi vista a los documentos, mis palabras salían sin compasión. 

-Bien - miro interrogante ante mi altanería que jamás le había extenuado - vengo a pedirle una disculpa y aclararle todo. 

- No es necesario- negué rápidamente- su esposa me cuenta los detalles casi a diario, no necesito de su versión.

-Lamento decirle que si es una absurda historia de un hermoso matrimonio de vino y rosas por las tardes, es y me temo alguna  narración de una de sus obras ficticias en su cabeza  - bufaba molesta - Dormimos en recamaras separadas y me paso el día en las empresas Liu - Reía negando -Tengo dos billetes y unas cuantas monedas en mis bolsillos. Mis ahorros de años murieron. 

-¿Por que creerle?- Seguía hablándole a las hojas de papel frente a mi cara- Por favor, si no tiene algo importante que tocar con respecto a esta institución, me temo pedirle que salga de aquí inmediatamente. 

In you love  TEACHERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora