Direcciones

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Un día más, bastante estresante y atareado retumbando en mi sien y un cosquilleo molesto en mi pecho.
Los pedidos del nuevo material requieren no solo de la firma del consejo escolar, más bien necesitaba la aprobación de varios concejales y la misma firma del director para poder tener mi promesa a flote y mejorar la calidad de nuestra institución. 
No me quejaba del lugar que se me había concedido, el esfuerzo y un un buen discurso preparado. Aplastando a mi compañero y rival a 90% contra 8% y un 2% sin votos o nulos. Era una victoria apabullante.  

-LLegaron las papeletas- Tomo mi atención dejando ambas carpetas sobre mi pequeño escritorio.

Nuevamente tendrá que cerciorarse que los nombre y cantidades correspondiera con lo requerido. Llevaba ya bastantes días en este cargo, era un hábito llenarme de trabajo extra  pero eso no era mi dolencia de cabeza.

-¿Necesita alguna otra cosa Presidenta? - la joven sonriente me miró por unos segundos esperando alguna señal de vida - Supongo que está ocupada, volveré después - Hizo una reverencia y dejo un ligero sonido al recorrer la puerta. Se había ido. 

Era una persona prepotente y seria segun el nuevo consejo tras mi espalda pero un buen ejemplo de trabajo duro y compromiso ante los superiores. Una mala imagen nuevamente rondaba entre los pasillos sobre mi persona. 

-¡¡Krystal!!- Un grito  me despertó recorriendo por  la sala. Sulli se acercaba. No tocaba la puerta, sabía que en el descanso estaría en la oficina del consejo completamente sola.

-No puedes ir gritando por la escuela - No podía desprender la vista de mis blancas hojas de papel. Posiblemente intentando ignorar los regaños de mi confidente. 

-Es hora del almuerzo y he traído las clases de esta mañana - Desde que había empezado mi candidatura, ella se preocupaba por mi. Podría jurar que con un exceso de atención y sobreprotección.

Hace semanas que se me había otorgado el cargo y no tenía momento en paz, era buena estudiante así que mis notas no serían una preocupación. Por las mañanas  era una completa consagración a mis materias, por la tarde al consejo estudiantil y hasta tarde el dedicarme al club de artes impartido por la profesora Mei. Estaba mi mente ocupada todo el dia, no tenia porque deprimirme. 

-No tengo hambre - Seguía con lo mio.

-Si, bueno - Nego apartando el papeleo de un jalón - Desde hace semanas  andas con el mismo humor y aseguro que has perdido peso. ¿piensas morir porque ella ya no está aquí? 

Su rostro estaba afligido. Ella sabía toda la verdad después de llorar bastantes días en su hombro. Sulli lo había aceptado y no fue sorpresa, simplemente en ese momento asintió y repitió "lo sabia" mientras limpiaba mis mejillas.
No podía aguantar sola  la carga emocional que cayó sobre mis hombros. Aquel dia donde desapareció y  la prensa se inundó de notas "La nueva familia Liu" y el "matrimonio  del año más poderoso e influyente" 
Había renunciado a su trabajo para dedicarse a su gran empresa  y a su nueva  familia. Se veía feliz en las portadas y su esposa cada dia venia con una radiante sonrisa y llena de encantos, o eso nos platicaba en la clase de música especial. 

-Solo no estoy de humor - Negué recargando mi espalda sobre el enorme sillón 

-Estoy preocupada por ti - Suspiro pesadamente - Entiendo que ha sido duro el intentar...

-Sul, tengo mucho trabajo que hacer ... el dia de hoy es complicado, pero prometo comer después de terminar esto - No entendía mi dolor, ni mucho menos el sentimiento de sentirme como una niña engañada. La profesora Amber me había visto de esa manera, como una pobre chica ingenua que botó. -Jessica vendrá por mi, asi que no te preocupes que se encargara de hacerme comer a la fuerza. 

In you love  TEACHERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora