Alexa (2°Pt.)

42

Capítulo 42
~Adaptación~

Sábado, 17 de mayo.

Alexa.

06:24 am.

—Pain!
You made me a, you made me a believer, believer
Pain!
You break me down and build me up, believer, believer
Pain!
Oh let the bullets fly, oh let them rain
My life, my love, my drive, it came from
Pain!
You made me a, you made me a believer, believer.

—Cállate, me sangran los odios. —Me queje adelantándome en un intento vano para no oírla.

Definitivamente Lucía no estaba hecha para cantar, desafinaba en todas las notas y mis sentidos multiplicaban el sonido hasta aturdirme, más aún teniendo en cuenta que ella gritaba y no hablaba muy bien inglés.

—Envidia, me tienen envidia...

Suspire rendida corriendo más rápido, alejándome de su horrorosa voz, llevaba más o menos media hora corriendo y aún no me cansaba, después de mi transformación mi resistencia había incrementado mucho. Sentía que podía pasar horas corriendo solo por placer.

—¡Espera!

«Ni loca.» Mantuve el paso rápido viendo fijamente el pequeño y angosto camino de tierra entre los árboles, me aleje de ella hasta no escuchar su voz, no le pasaría nada, estamos en los territorios de la manada.

Corrí media hora más, una vuelta completa a la manada, hasta llegar al sur, exactamente un kilómetro detrás de la casa principal donde se encontraba un césped de entrenamiento casi en el bosque.

—Buenos días, Luna. —Saludaron algunos cuando me vieron con una leve reverencia.

Los salude de vuelta notando que humo negro se formó a mi lado, Lucía apareció entre la espesura con una top, pantalón y zapatos deportivos, se abanicaba dramáticamente.

—¿Estará presente en el entrenamiento de hoy, Luna? —Pregunta Silvia, la sub-jefe de la seguridad.

Ella casi siempre estaba en este campo de entrenamiento, o en el del oeste, por lo que nos encontrábamos cuando yo llegaba de la carrera diaria. Era una mujer bastante tranquila y serena, tenía una aspecto delicado, casi tierno debido a que a pesar de ser un licántropo era bastante pequeña, sin embargo era de las guerreras más peligrosas, letales y fuertes, tenía mucha experiencia y el título no le quedaba grande.

—Si, solo una hora.

Varios días a la semana, después de correr, estaba presente una hora en los entrenamientos, no solo porque era una de mis obligaciones como Luna sino porque así recordaba cuando yo lo hacía.

—¡Uff! Como que hace calor ¿No? —Dijo Lucía abanicandose mientras veía fijamente a varios hombres entrenar solo en pantalones.

Como Kyler no me había podido acompañar a correr hoy, pues había una alerta de vampiros recién convertidos y descontrolados en la frontera del Este y decidió ir personalmente, Lucía me hizo compañía.

—¿Y Rafael?—Le doy una leve mirada.

Lucía jadea.

—Rafael esta mejor. ¡Es un amor! Es tierno, gentil, cariñoso, un poco tímido y tiene una sonrisa que me derrite. ¡Y sus ojos! Son tan bonitos.

Silvia camina hacia un grupo de adolescentes que acaban de llegar, entre ellos distingo a Silver. Él nos saluda efusivamente desde lejos, sacudiendo la mano.