Alexa (2°Pt.)

39

Capítulo 39
~Amistad Verdadera~

Martes, 22 de abril.

07: 29 am

Alexa.

Los seres sobrenaturales tienden a ser hermosos y perfectos físicamente, es imposible pasar desapercibidos, no solo por su altura o contextura, sino también por su rostro.

Cameron y yo atrajimos todas las miradas como imanes, todos en la constructora nos miraron, admiraron y envidiaron. Todos nos admiraron no solo por la belleza que poseiamos y exponíamos, sino también porque nos reconocieron.

Él era conocido en España y Francia por su empresa, la cual era internacional y su fortuna grande, todo un magnate de pies a cabeza. Envidiado por muchos y anhelado por las mujeres también. Muy bueno en los negocios y un líder nato.

Yo era famosa en Alemania y Grecia, los países donde más frecuentaba, mis obras eran consideradas las mejores y eran codiciadas por muchos, mi talento era innegable y mi nombre conocido. Una líder nata también.

A los ojos humanos, éramos divinos o de otro mundo. Y su mente automáticamente dijo: Yo también quiero eso. Yo también quiero tenerlo o tenerla.

Y recordé...

Siempre había obtenido la atención innecesaria de parte de los humanos, irritante a veces, era demasiado hermosa, demasiado bonita a sus ojos, demasiado para ser humana, muchos niños me invitaban a salir pero a mi me daba miedo confiar, por lo tanto, era un rotundo no.

Cuando crecí, la atención tomó el mismo camino. Ya no sólo me veían por ser bella de rostro, sino también por mi cuerpo. Me desarrolle a temprana edad y de manera impactante, no parecía tener la edad que en verdad tenía. Mis atributos eran lo primero que los chicos veían en mi.

Aprendí a usarlos sin necesidad de un escote, aprendí a hipnotizarlos con movimientos sin ser coqueta o atrevida, aprendí a cautivarlos con solo mirarlos.

Muchos cayeron ante mi, no se exactamente a cuantos manipule y deseche a mi antojo, no se exactamente a quienes use. Así tampoco supe a quienes conquiste sin querer.

La belleza física puede ser buena, así como también puede ser mala.

Yo sufrí de ambas.

Los adolescentes calenturientos no eran ninguna amenaza, sus perversiones sólo estaban en su cabeza, no tenía el valor ni el coraje para hacer algo. En cambio, un adulto, lo demostraba.

Cuando esté cuerpo tenía 17 años un adulto se sobrepasó conmigo.

Mis padres celebraban el año nuevo en la constructora, como siempre la fiesta fue grande y muchos inversionistas, trabajadores y accionistas asistieron y festejaron un nuevo año. Tenía un vestido de color azul rey, realzando el color de mis ojos, mis atributos y mi belleza, como siempre, me aburría el mundo a mi alrededor. No me relacione ni comunique con nadie, estaba apartada de los invitados, siendo vista por más de uno, no bebía nada con alcohol y solo vigilaba a Liz, quien ya había superado el cáncer hacia unos meses y lo estaba celebrando a lo grande.

Demasiado.

Me di cuenta que se compartaba muy alegremente, reía por todo y bailaba con varios chicos. Era la Liz de siempre pero multiplicado por cien.