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Capítulo 52
~Mael II~


Cuando Alexa abrió los ojos se enterneció por completo al verse al lado de Mael, quien tenía los brazos a cada lado de su cabecita, los puños cerrados y facciones relajadas, durmiendo plácidamente con la boca entreabierta, su pequeño cuerpo se movía lentamente con cada respiración y no pudo evitar cubrirlo un poco más con la manta azul que lo rodeaba, se notaba que alguien lo acobijo hace poco pues el bebé tuvo que moverse.

La respuesta la halló al otro lado de la cama: Cameron los miraba apoyado a la cabecera de la cama con una pequeña sonrisa, sus ojos verdes brillaban e irradiaba felicidad por todos lados, alzó una de sus manos y dejó un mechón que cubría su frente detrás de su oreja. Luego se acercó a ella y le dio un beso lento y cargado de sentimientos cálidos.

Alexa respondió con la misma lentitud acariciando su nuca, sus labios se movían perezosos sobre los de él y no pareció importarle. A pesar de que casi no se hablaran hacia tiempo, de que se ignoraban mutuamente y solo tenían intimidad cuando el deseo era demasiado, se sentía todo tan normal y natural, además, estaban felices por el nacimiento de su primogénito. Olvidaron los problemas y simplemente sintieron.

Se separaron un poco para mirarse fijamente, ella notó que sus ojos reflejaban amor, cariño, agradecimiento y devoción, como si lo que viera fuera de otro mundo.

—Gracias. —Le susurro dándole un casto beso antes de levantarse de la cama.

Alexa entendió porque le agradecía, la mirada que le dio a Mael de reojo fue la afirmación, ella se acomodó con cuidado en el mueble acolchonado hasta sentarse y observar a su bebé fijamente, Cameron apareció a su lado y colocó una almohada detrás de su espalda baja para que se sienta cómoda.

—Se parece a ti. —Hablo ella mirándolo de reojo.

—Tendrá tu carácter, lo puedo jurar. —Respondió rodeando la cama para sentarse a un lado de Mael y observarlo fijamente. —También note que tiene un lunar a la altura del corazón y en el cuello, como tú.

Alexa sonrió observando la devoción y cariño que sus ojos reflejaban, también tenían un gramo de incredulidad y asombro, como si aún no se creyera que tenía a su hijo en su cama, durmiendo. Y era cierto, Cameron aún no se lo creía, tenía que verlo para creérselo.

—Él crecerá para convertirse en un magnífico Alpha que será de los mejores. —Musito casi hipnotizado.

—Es tu hijo, es normal que pienses eso de él.

Cameron rio un poco y negó con la cabeza. Luego respondió:—Algunos dicen que los Alphas pueden sentir a otro que los superará y yo siento eso cuando lo veo fijamente.

Alexa asintió, porque todo ya estaba planeado y él será quien lo crie para la grandeza que mencionó.

—Pero ahora no hablemos de eso, quiero pasar lo que resta del día con ustedes por completo. —Sacudió la cabeza. Antes de poder decir o hacer algo más, Mael se movió y abrió los ojos lentamente.

Ambos vieron con ternura y cariño como se estiraba haciendo un puchero, sacudió sus brazos y piernas antes de mover su cabeza a todos lados. Parecía soñoliento pero cómodo, pues estaba rodeado de sus padres, Mael lo sabía.

Alexa lo tomó pegándolo a su pecho y meciéndolo con delicadeza, sintiendo el pequeño cuerpo ponerse cómodo al sentir a su madre. Cameron se acercó y le acaricio cada uno de sus deditos sin perder de vista a su primogénito perezoso, apenas se movía mientras pestañaba acostumbrándose a la luz solar. Suspiro frunciendo el ceño y se preguntó ¿De verdad tenía a su Luna e hijo en su cama? ¿No era una ilusión? ¿De verdad era padre? Porque todo parecía irreal ahora que sus mayores añoranzas se cumplían.

Alexa (2°Pt.) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora