Epílogo

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- Hinata, hija. Apresurate o Sasuke pensará que te arrepentiste.

- Nunca me arrepentiré.

Hoy por fin uniría mi vida al hombre que amo. A un amor que ni la muerte pudo separar. Un amor que pudo luchar contra nuestras diferencias. Un amor que a pesar de los años sigue creciendo. Salí de ahi sosteniendo el brazo de mi padre y me quedé mirando a Sasuke-kun que se encontraba en el altar.

Mientras iba a caminando observe a Daisuke-kun que sonreía junto a Hitomi. Les devolví la sonrisa hasta que llegamos al altar. Mi padre me depositó un beso en la frente entregandome a Sasuke-kun quien me miraba sonriendo.

- Cuidala mucho, muchacho.

- Lo haré, señor.

Mi padre se fue y miré a mi casi esposo, sonreí al ver como sostenía mi mano con dulzura. Escuchamos al padre hasta que llegó el turno de los votos.

- Hinata Hyuga. Yo, Sasuke Uchiha prometo amarte, respetarte y hacerte feliz cada día de mi vida. Luchar por nuestros hijos y nunca separarme de su lado. Protegerlos hasta que la muerte nos separé.

- Sasuke Uchiha. Yo, Hinata Hyuga prometo amarte, respetarte y hacerte feliz cada día de mi vida. Y hacerlos muy feliz.

Luego de que el padre nos dijera que ya éramos marido y mujer, él se acercó a mí y me dio un tierno beso.

- Señora Uchiha.

- Te amo, Sasuke-kun...

- Y yo a tí, mi ojitos.

Me tomó por la cintura y vimos a mis padres acercarse con nuestros hijos. Sasuke cargó a Daisuke y yo a Hitomi mientras escuchábamos los aplausos de todos.

- Mamá, ¿dónde está papá? -. preguntó Sasuke al ver como su madre se acercaba.

- Fue con Sarada al cementerio, pero me mandó un mensaje diciendo que no tarda.

- ¿Cómo está la pequeña Sarada? -. pregunté pensando en la pequeña pelinegro, hija de Sakura e Itachi.

- Oh, muy bien, hija. Es una niña encantadora. -. habló con una sonrisa. Para nadie era sorpresa que Mikoto-sab adoraba a Sarada.

EN OTRO LADO

- Fugaku, ¿qué haces aquí?

- Sakura, querida.

- Te pregunte que haces aquí.

- Vine a traerte a tu hija, ¿no quieres verla?

- No, no quiero. Llevatela.

- Mira, sé que nuestros planes no salierón como queríamos pero eso fue tu culpa por enamorarte de los idiotas de mis hijos.

- Tú me engañaste.

- No te engañe. Dije que quería matar a Hiashi Hyuga y eso hice.

- Pero dije que te ayudaría si Hinata tsmbien moría. Pero ella quedo viva y ahora está con Sasuke. Ese no fue nuestro trato.

- Oh, vamos. No fue mi culpa.

- Claro que lo fue. Tú hiciste que ese avión explotará.

- Pero, ¿cómo iba a saber que la niña esa tiene más vidas que un gato?

- Ya, vete. Y llévate a esa niña contigo.

- ¿Ves que a veces las cosas no salen como uno quiere? Tuviste una hija del hombre equivocado.

- Yo si me enamoré de Itachi.

- Claro.

- Lárgate y no vuelvas.

EN LA BODA

La ceremonia había terminado y todos los invitados disfrutaban de la fiesta. Sonreí siendo abrazada por Sasuke-kun. Fue cuando Mikoto-san se acercó a nosotros preocupada.

- Hijo, me preocupa que tu padre y Sarada aún no llegan. Su celular está apagado.

- Tranquila, mamá. Seguro que ya están en camino.

Justo cuando Sasuke-kun terminó de hablar, el auto de Fugaku-san se estaciono. Minutos después, él y Sarada bajarón del auto sonriendo.

- Cariño, has llegado tarde. La ceremonia ya terminó.

- Lo siento, querida. Pero Sarada quería seguir con su papá. Lo siento, hijo.

- Hmp, no importa.

- No se preocupe, Fugaku-san. -. respondí tras la corta respuesta de Sasuke, pero él ni me miro. Desde que Sasuke le había dicho a su padre que íbamos a casarnos, ni siquiera me miraba. A Sasuke le molestaba esa situación pero yo no quería que siga peleando con su padre así que trataba de seguir ganando su cariño.

- Disfruten de la fiesta. -.fue lo último que dijo Sasuke-kun para tomarme de la mano y salir de ahí.

Habian pasado horas y todos seguían disfrutando de la fiesta, cuando sentí las manos de Sasuke rodear mi cintura. Sentí su aliento en mi cuello y reí. Levanté la mirada y vi su ladina sonrisa.

- Sasuke-kun.

- ¿Qué te parece si tú y nuestros hijos nos vamos ya?

- Pero los invitados...

- Que sigan en lo suyo.

- Pero...

- Quiero disfrutar de mi familia. Y cuando los niños se duerman, disfrutar de mi esposa.

- Hai.

Sonreí y nos acercamos a despedirnos de todos. Naruto nos dio un gran abrazo y le susurró algo a Sasuke-kun que lo hizo ponerse rojo. Shikamaru se acerco llevandose a Naruto mientras Chouji reía.

Sin perder tiempo, comenzamos a caminar en dirección al auto. Fue cuando en ese momento me sentí incómoda al sentir la mirada de alguien en mí. Gire disimuladamente y me quedé consternada al darme cuenta de quien era.

Sarada me miraba fijamente y a pesar de sus 3 años, se podía ver odio en esos pequeños ojos. Sentí escalofríos y volví mi mirada al frente. Confundida, camine al lado de mí familia mientras los abrazaba.

- Pagarás por mami, Hyu-ga.

¿Volver a tí? - Sasuhina (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora