Fantasmas

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Al despertar recordé muchas cosas.
Entre ellas que nos fuimos de casa, que Leo esta bien, y que mi bebé y yo también lo estamos, no podía describir el miedo que sentí por ellos, y al ver a Blake allí de pie me desmoroné en sus brazos.

— Cielo, tu madre te está preparando el desayuno, yo tengo que ir al trabajo pero Bruno, y tus hermanos se quedarán contigo y Leo, te veo en la tarde — Dijo Blake tomando mi mano.

— Llámame cada vez que puedas, y vuelve temprano, yo hablaré con Christian.

— Tranquila, volveré lo prometo, Lydia quiere venir a verte ¿Te parece? — Preguntó Blake.

— Si, de igual manera puedo trabajar de manera virtual en la clínica y con ustedes.

— No te cargues de trabajo, estamos con un pie adentro de la investigación, hay mucho material para saber los planes de Finn y para encontrar a Tom.

Blake con suavidad se sentó en la cama y me miró con cansancio, sabía que era obstinada con las cosas del trabajo.

— Quiero que tú y mis bebés estén bien Morgan.

— Vamos estar bien, lo prometo.

Besé a Blake y en ese momento mi madre entró a la habitación con una bandeja de comida.

— Lamento interrumpir, pero aquí está tu desayuno cariño.

— Yo me voy señora, tengan un lindo día.

— Dime Tina por favor Blake — Dijo mi madre poniendo la bandeja cerca de mi.

Blake salió de la habitación y yo miré a mamá que le ponía azúcar al café como a mi me gusta desde pequeña, ella se veía radiante hoy, tenía la alegría que le faltó muchos años y me hacía sentir en casa otra vez.
No pude evitar llorar.

— Ay no, cielo no llores ¿Qué pasa? — Ella me dio una toalla para las lágrimas.

— Lo siento mamá yo estoy más sensible de lo normal, creo que nadie mejor que tú sabe lo que es esto.

— Lo sé cielo, lo sé.

— Este desayuno se ve increíble, ¿Leo esta con el abuelo?

— Con el abuelo, y los hermanos.

— ¿Hermanos?

Tragué grueso al escuchar esa palabra, mamá no tenía una relación estrecha con Charlie, eso me daba nervios, ¿Al fin lo había aceptado?

— ¿No te lo dijo verdad?

— ¿Qué no me dijo?

Ella sonríe y abre la puerta para encontrarse con Bruno, Charlie y este último llevaba a mi bebé en brazos además Tristan trae un sobre en la manos, estos chicos querían provocarme un infarto.

— ¿Qué tienes por ahí Tristan?

— Mami dijo que hoy podía dártelo, es un regalo.

— Bien, vamos a ver que es.

Trsitan me dio el sobre que estaba en sus manos y cuando la abrí y tomé el papel que estaba dentro, mis fuerzas fallaron.

El nombre de Charlie lucía grande en aquella hoja, sus apellidos, Charlie Woods Allen.

Era mi hermano oficialmente, mi hermano.

— Ay por Dios, Charlie eres mi hermano.

Fui con los brazos abiertos hacia él, mamá alzó a Leo y yo envolví con un fuerte abrazo a ese pequeño sobreviviente a un padre psicópata y una mala madre, su sueño se había hecho realidad, ya era parte de una familia estable.

¡Morgan es un cliché!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora