Queen: Una mujer igual puede gobernar.

Prologo

Desde hace más de mil años, una nueva especie nació creada por los cinco dioses principales, Anra, Exra, Isra, Ocra y Ulra, dándoles vida a los humanos. Seres sin inteligencia ni pensamientos propios, obedecían el mandato de los dioses sin rechistar.

Hasta que un dios menor les dio la habilidad de la conciencia, del conocimiento. Eso causo que comenzaran a pensar por sí mismos, se cuestionaban todo a su alrededor, se preguntaban el ¿Por qué? de todo. Incluso empezaron a disputar si las órdenes de los dioses eran las correctas.

Una guerra se creó en los cielos por la imprudencia de aquel dios menor llamado Syrbal. La cabeza de aquel dios rodo por el suelo creando una guerra en los cielos. Los 5 dioses estaban en desventaja, sin importar lo fuerte que sean, los menores le triplicaban el número de inmortales, por lo cual les fue imposible acabar con ellos.

100 años duro la guerra y la derrota de los cinco dioses más poderosos existentes. No pudieron acabar con sus vidas, pero los cinco dioses fueron sellados en estatuas con sus nombres escritos en ellas posicionadas por todo el mundo, en cinco lugares dejando sellados por completo sus poderes.

Las ultimas palabras dichas por el Dios Anra quedo en la memoria de cada uno de los dioses causando pesadillas por siglos.

"Volveré por ustedes traidores, obtendré mi venganza y la destrucción de los cielos, ninguno de ustedes, ratas despreciables, podrá detenerme. Sus días están contados y..."

Dejando en incógnita y las ultimas palabras en el aire, los dioses fueron desapareciendo hasta caer en la tierra.

Como por arte de magia, el dios oráculo tuvo una visión en donde los cielos ardían como una fogata incontrolable. Los dioses estuvieron en guardia por siglos, pero al pasar el tiempo, comenzaron a olvidar aquella profecía y las frías palabras del dios más poderoso de los cielos.

Los años pasaron y las estatuas fueron descubiertas e imposibles de mover de sus lugares. Los humanos se colmaron de preguntas, pero nunca encontraron las respuestas que deseaban.

Aquellos humanos avariciosos querían poseer las estatuas, pero al no poder moverlas hicieron lo posible para adquirirlas. La guerra termino en los cielos, pero siguió en la tierra atrayendo el caos por doquier.

Un gran rio de sangre se formó con los cuerpos sin vida de los guerreros caídos en batalla. La pérdida de aquellos combatientes dejó un vacío en los corazones de sus familiares.

Cinco hombres se proclamaron dueños de las estatuas, con sus espadas cubiertas de sangre y en sus hombros un gran peso inolvidable. En sus manos llevaban las vidas que arrebataron a inocentes, a niños y mujeres.

Cinco reinos se alzaron llevando sus nombres en honor a los dioses. Cada uno de los reinos comenzó una civilización, enormes castillos se fueron construyendo sobre las estatuas y así poder proteger su mayor tesoro.

Hubo paz por un largo tiempo, por años los reyes fueron dejando de lado su preocupación por las estatuas y comenzaron a gobernar limpiamente sus reinos.

Pero el mal no se quedaría tranquilo por mucho tiempo, las fuerzas oscuras que se avecinaban con fervor llegarían y arrasarían con todo a su camino dejando solo un campo oscuro y sin vida.