###Observé mi reflejo en el espejo, mi cabello estaba enmarañado y enredado, grandes ojeras estaban bajo mis oscuros ojos y mi mirada reflejaba lo cansado que estaba. Mi cabeza punzaba, el latir subía hasta mis cienes, el dolor era constante y fuerte, tanto, que con cada día que pasaba, quería tomarla y quitármela de la forma que fuese.
Incluso había pensado en hablar con el señor Clark para tomarme unos días. Pero eso no podía pasar. No podía permitirme darme unas "vacaciones" cuando necesitaba el dinero si quería subsistir.
Suspiré con cansancio y abrí el grifo del lavabo. El contacto de mi piel con el agua fría hizo que mi cuerpo entero se estremeciera. Alcé la cabeza y volví a fijar mi vista en el espejo. Estaba del asco. Sequé mi rostro con una toalla y salí del baño.
El departamento que me había otorgado el señor Clark era diminuto. Tan solo eran dos habitaciones: el baño y una más grande donde estaba la cama, la cocina y la sala, todo dividido por muebles. Podía cruzar todo el departamento en menos de un minuto.
Me dirigí a la cocina y tomé la cafetera mientras luchaba por mantenerme despierto. Hice una mueca después de darle un sorbido al café frío. Definitivamente tenía que buscar una forma de calentar el café por las mañanas.
Cerré con fuerza los ojos. Afuera aún estaba oscuro y podía escuchar las ráfagas del viento golpear contra las ventanas con fuerza. El día iba a ser difícil y lo único que me motivaba era el dinero que recibiría después de mi jornada, sería mayor que los días pasados porque el trabajo iba a ser más gracias a la tormenta de la noche pasada.
No entiendo como fue que llegué ahí.
Joder, ni siquiera fui capaz de recordar Navidad.
Solté un gemido de dolor cuando un dolor agudo me atravesó, mi cabeza pareció latir más y apreté con fuerza los dientes. La taza se resbaló entre mis dedos, impactándose en el suelo y automáticamente llevé mis manos hacia mi cabeza en un intento fallido de calmar el dolor. Me apoye sobre la mesa, mis oídos comenzaron a pitar con fuerza.
Gruesas lágrimas comenzaron a resbalarse por mis mejillas, el dolor se intensificaba con cada segundo, pero sabía que desaparecería rápido, de la misma manera que apareció.
Escuché unos golpes en la puerta y el sonido rebotó dentro de mi cabeza, haciendo eco e intensificando el dolor. Solté un grito ahogado y como por arte de magia, el dolor desapareció.
Me dejé caer sobre el piso, aún sosteniendo mi cabeza, cerré los ojos y respiré profundo.
Al abrir los ojos, me topé con el desastre frente a mi, mis botas estaban mojadas por el café y el líquido se extendía sobre la madera del piso, y la taza estaba hecha trizas. Volvieron a tocar la puerta y con las pocas energías que tenía, me levanté.
Unos ojos oscuros me miraron con cierta preocupación cuando abrí la puerta y apreté los labios.
—¿Estás bien?— preguntó mientras se abría paso y entraba al departamento—. ¿El dolor de cabeza sigue?
Asentí con la cabeza.
—¿Qué tal tú?— mi voz fue más ronca de lo normal.
Él hizo una mueca.
—Igual— suspiró—. Esto es una jodida mierda.
Asentí indicándole que estaba de acuerdo con él. Arrastré mis pies hacia la cocina y tomé un par de servilletas para limpiar el piso, me agaché y las dejé caer sobre el líquido.
—Joder, ¿qué pasó?
Por el rabillo de mis ojos vi como se apoyaba sobre el respaldo de una silla, cruzándose de brazos.
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Luz de Luna [PAUSADA]
Hombres LoboDespués de la muerte de su padre, Paige y su madre se mudan a Beaver, un lugar frío, nublado y con un oscuro secreto. En sus planes no estaba encontrar el amor... mucho menos arriesgar su vida por él. Por él y su enigmático mundo. ¿El amor lo puede...