Capítulo N° 15.5 | Otra oportunidad.

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El castaño decidió no oponer resistencia, hacerlo solo empeoraria las cosas.
Posó su mano libre en su vientre gestante e intentó seguir los pasos de la persona que lo llevaba a rastras a una oficina de interrogación vacía. Que irónico, ya que sabía que pronto sería cuestionado y se encontraría en medio de un interrogatorio.

Escuchó como la puerta fue cerrada de un azote y luego se escuchó el ruido del seguro.
No quería voltearse, sabía que se encontraría con la cara de la persona a la que le mintió. Su corazón se estrujo y se comenzó a desesperar.

Su sangre hervía, no podía creer como todos le habían estado mintiendo en la cara.
Había pasado todo tan rápido, el castaño había logrado tener a todos de su lado para que apoyaran su mentira, aunque teniendo en cuenta como había actuado, no podía quejarse mucho.

Miró a Sakurai y se acercó rápido a él, lo tomó de los hombros lo más suavemente que pudo y clavó su mirada oscurecida por el enojo en los orbes marrones.
-¡¿POR CUÁNTO TIEMPO PENSABAS MANTENER EL ENGAÑO?!- gritó enojado.
No, estaba mal. Él no quería gritarle, el no quería cometer otro error, no quería lastimar más ni a su hijo ni a la "madre" de su hijo.
Aflojó el agarre y respiró con tranquilidad.
Las lágrimas del pequeño doncel corrían por las mejillas sonrosadas, algo que asustó al más alto. -Y-Yo...- dijo en un susurro tembloroso Ryo.
-L-Lo siento, en serio, perdón, pero... era lo mejor.- dijo ya más seguro.
Su mano derecha viajó hasta su vientre y junto a la izquierda se abrazaron al rededor, su hijo se movió algo inquietó, pero se calmó al sentir las suaves caricias por sobre la piel que brindaban las pequeñas manos de su madre.
-Me creíste, nunca me cuestionaste nada, al contrarío, te aliviaste de saber que el bebé no era tuyo y me insultaste, ¿O no lo recordas?- frunció levemente su ceño y bajo la mirada a sus píes.
-Él es solo mi hijo, Wakamatsu-san.- dijo posando firmemente sus orbes en los contrarios.
Wakamatsu frunció más el ceño y sus recuerdos de aquel día llegaron a su cabeza.

FLASH BACK

Sus manos temblaron, el resultado era positivo. Estaba gestando y al menos tenía dos meses de embarazo. Sus ojos se nublaron y las lágrimas comenzaron a caer solas. Estaba feliz, el quería tener hijos y estaba feliz de haber quedado embarazado de la persona a la cual amaba.

El miedo lo invadió por completo, el chico de pelo rubio ceniza no lo aceptaría, o lo obligaría a abortar el bebé. Y eso es algo que Sakurai  no quería, así que pensó lo que creyó sería la mejor opción.

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Sus manos acariciaron con suavidad sus curvas, el doncel gimió levemente al sentir las caricias en su cuerpo. Estaba tan sensible y todo su cuerpo reaccionaba a Wakamatsu sin su consentimiento.
-Dí mi nombre...- susurró con la voz grave y ronca gracias a la excitación. Ryo gimió bajito y sus labios se abrieron a la vez que sus mejillas se teñían más carmín. Estaba a punto de decirlo cuando a su cabeza llegó el recuerdo del porqué estaba ahí.
Como pudo sacó al varón de encima suyo y lo convenció de que tenían algo que hablar urgente.
El otro aceptó a regañadientes y mascullando cosas se puso el primer pantalón comodo que encontró por la habitación. Ryo por su parte se comenzó a arreglar las ropas que llevaba completamente desacomodadas.

Llegaron a la sala/comedor del pequeño departamento y se sentaron en la mesa.
Sakurai buscaba con calma las palabras que diría, necesitaba ser creíble.
Suspiró y tomando valor de quien sabe donde, se propuso el hablar con uno de sus mejores amigos y "amante".
-Ve-Veras...- comenzó. -¿Recordas que dijimos que nuestras relación era solo física? Nada de sentimientos, no más que amistad no menos que eso.- recordó el castaño, buscando calmarse así mismo. -Ajá, ¿Qué con eso?- interrogó. Sus puños se apretaron por abajo de la mesa y se apoyaron en sus muslos, buscando calmarse y tener el valor de decir tal mentira.
-Yo... me acoste con muchos hombres desde que comenzó nuestra relación física y- Kosuke lo cortó. -¿Y a mí qué?- dijo con desinterés. Ryo pudo sentir como su corazón se estrujaba en su interior.
-Yo quedé embarazado.- respondió. Wakamatsu abrió los ojos con sorpresa y sus ojos rápidamente analizaron al otro. Algo no estaba bien, Ryo no era así. Pero más importante, ¿Embarazado? ¿De él o de otro? La última parte de su última pregunta comenzó a molestarle, su ceño se frunció aún más y cuando iba a afirmar que el bebé era suyo, Sakurai habló.
-Pe-Pero no es tuyo... Así que solo vengo a avisar que ya no nos veremos para tener relaciones.- El ceño del rubio se aflojó. Su corazón comenzó a doler y su cerebro solo le dio el permiso de actuar como un idiota.
-Mierda, casi me cago del susto.- dijo riendo forzadamente.
-¿O sea que tuviste sexo con otros y no te cuidaste? Nunca creí que fueras tan fácil.- dijo con algo de odio. Su corazón le gritaba que cerrara la boca y su cerebro igual, pero algo en el no lo dejó parar.
-Mejor andate de una vez, ni siquiera creí que estarías con otras personas. Cara de santo pero por dentro sos un pervertido que no puede estar solo.- rió. Se levantó y sin mirar al otro, se internó en su habitación.

Las bendiciones de los milagros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora