Capítulo N°6 |Tranquilidad. (AKAFURI)

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Había pasado unas semanas del encuentro con todos sus amigos. Por fin habían logrado meter a Haizaki tras las rejas.
Akashi tenía negocios con los bancos de Haizaki por lo que lo llevo a la ruina saboteando sus proyectos y negocios, además  tenía mucha información y evidencia de todo lo malo que Haizaki había hecho desde sus 17 años, en el tribunal solo se juzgaria a partir de su mayoria de edad, pero en la sociedad el se haria cargo de que todo se diese a conocer. Sus tretas iban desde pequeños robos de cosas materiales hasta secuestros y ventas de personas, artefactos, venta de información a otros países, etc. Era un gran riesgo, pero eso no importab, su familia completa estaba lista para afrontar cualquier cosa.
Todo el mundo ya sabia lo que el había hecho e incluso el maltrato a su "pareja" el modelo Kise Ryouta.

*FLASH BACK*

-Ryouta- dijo el pelifresa acercandose rápidamente al rubio para luego abrazarlo protectoramente.
-Akashichii... yo.. l-lo siento.- Cuando termino de decir esas palabras se pudo escuchar la suave voz de el castaño que a su vez se había acercado y abrazado a Ryouta y su esposo. Acariciaba los cabellos dorados.  -Kise-chan, no te disculpes, estabas asustado. Ya todo esta bien, ya estamos todos acá.- el rubio comenzo a llorar y se aferro rápidamente a la pareja, parecia un niñito aferrandose a sus padres.

-Akashi, necesito hablarte de algo.- dijo el moreno -¿Daiki?- todos los presentes se quedaron anodadados al ver al moreno con Yuu en brazos y al niño muy comodo en los brazos contrarios.
-¿Tengo un mono en la cara o qué?- dijo por las miradas que tenía de todos sus ex's compañeros y amigos.
-Después de todo sos uno, Ahomine.- el moreno chasqueo la lengua e ignoro el comentario de Kagami, fue una sorpresa para todos. Era obvio que Kagami no lo había dicho amistosamente y también era obvio que Daiki no pelearia.
-Cuiden a Ryouta y Yuu, Akashi, veni conmigo.- Akashi no iba a refutar en ese momento, por ahora mantendria sus tijeras guardadas, ya tendría tiempo de reprochar a Daiki por su comportamiento.
-Y bien, Daiki. Supongo que Haizaki ya esta tras las rejas.- el moreno chasqueo la lengua otra vez -Ni siquiera con toda la evidencia y testimonios que logre agrupar se confieza, y el problema es que esta comprando todo con su dinero. Jueces, abogados, suyos como los de Ryouta. Se que quieren matarme, vos y todos, pero te necesito para lograrlo.- Akashi sonrio satisfecho -Bueno, Daiki, tengo mucha evidencia de sus negocios sucios. Esto lo va a llevar a más años de carcel. Podra comprar todos los abogados que quiera, no a mi, tampoco a la prensa que me debe favores. Por otra parte
me gustaria hacerlo confesar.-  a Akashi se le había dibujado en el rostro una sonrisa macabra cuando Daiki asintio, el moreno estaba encantado con aquella actitud.
Entraron al cuarto de interrogación y Akashi vio a Haizaki bastante golpeado, era obvio que Aomine no iba a tenerlo en buen estado, pero  imagino que no iba a golpearlo tanto. En fin, eso le importaba muy poco, si media en que el bastardo había lastimado a su amigo, a un integrante de su familia, eso no era nada y nada iba a ser suficiente.

El moreno zarandeo y le dijo a Haizaki que levantara la cabeza pero este solto una risa, lo ignoro completamente. Akashi perdio la poca paciencia que le quedaba, no iba a soportar tal falta de respeto.
-Lavanta tu inmunda cara.- demando el pelifresa, Aomine se sorprendio de la tensión que se formo con solo la voz de Akashi y la respiración agitada de Shougo. No podia evitar estar encantado sabiendo que el emperador estaba muy enojado con el peliplateado.
Cuando su mente proceso la voz del pelifresa, levanto su vista inmediatamente.
-¡¿A-Akashi?!- el peliplateado estaba al tanto de que tenía negocios con Akashi, también estaba al tanto de que era amigo del rubio. No entendía como aun seguia con vida.
-Aomine, graba.- Aomine sonrio, el ya lo estaba haciendo desde que entraron, era obvio, siempre se grabava todo en el interrogatorio.
-Voy a ser breve, peste. Vas a confesar todo lo que hiciste en tu corta y miserable vida. Y sobre todo, vas a confesar lo que le hiciste a nuestro Ryouta.- Haizaki sonrio y miro Aomine -Como desees.- Si era su fin, iba a hacer que el moreno se enojara.
-Me encontre con la puta esa en un bar, trabajaba ahí de mozo en la noche, sabía que era el modelo Kise Ryouta. Su traje se le apegaba bien a su cuerpo, era jodidamente caliente solo verlo.- Aomine estaba que le hervia la sangre, quería ya saltarle encima y matarlo.
-Al punto.- dijo Akashi -Nos contamos nuestra vida y con el tiempo logre que confiara en mi. La muy zorra se hacia mucho del rogar, al principio le dije que solo tenía que aparentar, solo para que las revistas de chismes tuvieran de que alimentarse y no me fastidiaran, por eso aceptó, tendría más fama, más trabajo y a cambio su bastardo- Aomine no resistio y le dio un golpe, Akashi dejo que se desquitara un poco más y lo freno, si seguian Haizaki conseguiria lo que quería, dejar mal a Aomine.
Le dio una orden a Haizaki de que continuara -Como estaba diciendo, así el niño tendría una buena vida. La muy puta tenía mucha confianza, se paseaba en pantalones cortos o sin remera, provocandome. Una noche no aguante y me lo cogi. - Aomine fue detenido por Akashi, no podía seguirlo golpeando.
-Aomine, de ahí todo empezo, si no se dejaba coger, lo amenazaba o golpeaba, siempre me abria las piernas y uff, como disfrutaba tenerlo debajo de mi, tratando de esconder sus gemidos de dolor y placer.- Akashi había soltado a Daiki, pero no podía golpearlo más, tuvo que contenerce y solo arrestarlo.
Ya había confesado lo suficiente sobre Ryputa, de lo demás tenía fotos, testiminios y videos, pronto estaria tras las rejas.

Las bendiciones de los milagros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora