Capítulo N°7 | No me dejes. (KAGAKURO)

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Todo tenia al pequeño peliceleste exaltado.
No ir al trabajo, ir, no ver a sus amigos, verlos, no estar con su pareja, ESTAR CON SU PAREJA. Claramente el embarazo lo tenía mal, sumamente sensible y algo irritado. Aunque eso no impedia que pudiera partirle la cara a Haizaki, bueno, si lo hacia, PERO ESO NO LE IMPEDIA QUE LE DIGA A SU PAREJA QUE LE PARTA LA CARA POR EL. Si, así era el peliceleste cuando se trataba de sus amigos.
Su hijo había estado muy inquieto, el ultimo tiempo apenas si se dormía o se quedaba quieto, por las noches Kuroko no dormia en absoluto y en el día no era muy diferente, su pequeño no se quedaba quieto.
Por suerte Yuu se quedaba con ellos mientras Ryouta seguia en el hospital y Daiki atendía el caso de Haizaki. El niño de cabellos dorados y ojos azules lograba calmar a su hijo de una manera increíble, solo pozaba su manito en su vientre, sonreía, algunas palabras que contaban cosas adorables como que se comio una golosina y su bebé se calmaba automaticamente. Se notaba que se iban a llevar bien cuando su hijo creciera.

En ese tiempo habían pasado algunas cosas estresantes, pero por fin estaba todo más tranquilo.
Uno de sus mejores amigos y "cuñado" se había embarazado de uno de sus compañeros de Teiko, obvio, Atsushi también era su amigo, pero no como lo era Tatsuya ahora y los otros donceles.
Kazunari, había comenzado a estar más alegre, era como si al fin pusiera orden a su animo, se lo veía más feliz y Midorima era el que estaba logrando aquella felicidad en el pelinegro.
Kise al fin estaba más feliz, Aomine cuidaba al rubio todo el día y también había sido el  encargado de interrogar a Ryouta para que no fuera más estresante, el rubio al principio había estado muy shockeado por lo que solo respondía a su pequeño hijo y con suerte a Aomine.
Furihata estaba bien, a excepción de su desesperación por ver a Ryouta y su otro tema, que muy pronto también se volveria su tema, estaba algo harto de toda esa situación, pero por el momento solo se iba a encargar de disfrutar el tiempo que le quedaba de embarazo, antes de que su pequeño fuera "arrancado" de su vientre. Tetsuya sobrepasaba el nombre de "mamá gallina" lo llevaba a otro nivel, ya que si fuera por el, su hijo se quedaria en su vientre para que nadie lo lastime, aunque a la vez, estaba tan desesperado por tenerlo en sus brazos.

Quería ver a todos sus amigos, pero por el momento se conformaba con tener cerca a Yuu y comunicarse a diario con Ryouta.
Transcurrio una semana desde que Ryouta había ingresado al hospital, Yuu tenía que volver con sus padres para así poder también relajarse el. El niño al volver a ver a su "madre" había entrado en desesperación y había tomado cierto hostilidad a la sociedad, a excepción de sus dos padres y sus primos.
-Ryo-Kun- grito el peliceleste tirandose a abrazar a su rubio amigo.
-K-Kurokochii- susurro el rubio comenzando a llorar. Kouki, Kazu y Tatsuya se unieron al abrazo de los ultimos dos nombrados, todos comenzaron a llorar de tranquilidad, los cinco juntos fueron abrazados por los demás, que no dudaron en unirseles, excepto Aomine.
El moreno no sabía que hacer. Kise lo miro, solo observando, le tendio la mano y lo acerco al abrazo, Aomine no merecia ser excluído y debía aprender que era parte de aquella rara familia, pero a fin de cuentas familia.
Los pequeños estaban con Yuu, brindandole tranquilidad al mayor de todos. Yuu era como el hermano mayor de todos, por eso los emperadores no dudaban en protegerlo a el y a Kou, también demostrando su amor y posesión, Kou por su parte les brindaba la mayor tranquilidad que podía y trataba de actuar tsundere como su padre, algo que claramente no tenía, ya que siempre ganaban los genes de Takao y se volvía muy divertido, cariñoso y energico. 
Los cuatro se abrazaban y acurrucaban juntitos, inseparables como siempre desde que se vieron.
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Había pasado un mes, pronto Seijuro y Kouki se casarian por iglesia y tendrian una bonita fiesta. Todos los donceles ayudaban al castaño sin dudar, Kuroko era el más emocionado con el tema de la boda, algo que Taiga no pasaba por alto. La sonrisa que se le formaba a Kuroko al hablar, escuchar, o lo que fuese que tuviera que ver con bodas, le encantaba. No dejaba de pensar como seria si ellos fueran los que se iban a casar. Todo eso hacia que Taiga comenzara a querer casarse con Tetsuya, lo quería hace mucho, pero con todo lo que habían vivido no sabía si era el momento justo.

Las bendiciones de los milagros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora