Capítulo 1: Expuestos

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Nightwing

Después de ocho años de vivir juntos, es impresionante lo fácil que es alterar el orden en un lugar como nuestro hogar. Hay un momento en el que esperas todo; comentarios sarcásticos de Raven, gritos de alegría de Cyborg cuando lograba construir algo o ganar en un videojuego, Sedita comiendo cosas importantes...Cualquier cosa, incluso las bromas más ridículas que Chico Bestia pudiera pensar, eran lo más normal para nosotros. Mi identidad había cambiado, y ya no era Robin; ahora era Nightwing, una versión adulta y mucho más madura de quien solía ser.

Y sin embargo, Starfire encontraba todos los días una forma nueva de enamorarme, una forma nueva de impresionarme, una forma nueva de hacerme sonreír....todos los días ella me hacía más feliz.

Ocho años como amigos, casi cinco siendo novios...nuestra relación era oficialmente seria. Starfire enmarcaba cualquier artículo de revista o periódico que hablara de nosotros dos. Incluso había enmarcado un artículo en el que la comparaban con Barbara. Pero para ella cada vez que alguien hablaba de nosotros, era algo bueno. La hacía feliz. Decía que si el resto del mundo se daba cuenta de nuestro amor, era porque era un amor muy grande.

Y no éramos los únicos. Finalmente, después de casi una década de conocerse, Raven aceptó ir a una cita con Chico Bestia hace unos meses. Todo parecía ir muy bien con todos nosotros, y sin embargo, cuando todo parece ir bien, cuando todo es calmado y tranquilo, siempre hay algo que arruina todo. En nuestro caso, todo empezó el mismo día en que Starfire y yo celebrábamos nuestro aniversario número cinco.

Estábamos en la azotea de un edificio mirando hacia la Torre. Yo había preparado un picnic para los dos, ya que esta se había vuelto una pequeña tradición entre ella y yo para celebrar; algo pequeño, privado, y donde ambos pudiéramos estar tranquilos sin ser molestados.

-Admito que el nuevo traje me gusta mucho. El negro y el azul te sientan bien, Richard-Dijo ella con una sonrisa mientras se servía una copa de champagne. Era una de las pocas personas en el mundo a las que les permitía llamarme Richard. 

-Gracias. Me gusta tu nuevo traje también. De todas las opciones, creo que esta fue la mejor-Respondí. Desde hacía meses había dicho que quería cambiar de traje, y nos había enseñado varias opciones (de las cuales algunas eran...cuestionables), pero al final había decidido añadirle mangas largas a su traje, y su falda ahora eran pantalones cortos. Nuestros trajes habían cambiado junto con nosotros. Incluso en algún punto de nuestra carrera, el traje de Chico Bestia incluía lentes de sol de color azul, y un casco naranja. Raven no dejó que esa fase durara más de una semana. 

-Gracias.  dime, ¿consideras que nuestra relación es seria?-Preguntó ella. Sonreí y asentí.

-Por supuesto.

-Y cuando las relaciones terrestres se tornan serias, tengo entendido que es cuando una pareja se compromete para casarse, ¿no?-Preguntó ella. Una vez más asentí, mientras metía la mano a mi bolsillo para asegurarme de que la caja con el anillo con el que planeaba pedirle matrimonio siguiera ahí. Lo tomé y lo saqué disimuladamente.

-Bueno, si es así...-Comenzó ella.

-Bueno, en ese caso, ¿quisieras casarte conmigo?-Preguntamos los dos al mismo tiempo. Ella también sostenía una caja con un anillo, y yo me sentí muy sorprendido, pero muy feliz también. Eso significaba que ella también quería que nos casáramos, y que probablemente su respuesta hubiera sido un sí

El anillo que ella me había dado tenía un pequeño diamante azul. El que yo le había dado tenía un diamante verde. Ella de inmediato se lanzó hacia mí, tirando la mesa hacia el lado, y abrazándome de inmediato.

-¡Sí quiero! ¡Sí quiero!-Exclamó ella. Antes de que yo pudiera decir algo más, ella me soltó y me miró fijamente-¿Tú también aceptas casarte conmigo?

-Nada me haría más feliz-Respondí, y una vez más ella se lanzó a abrazarme. Era el momento más feliz de mi vida, y lo que esperaba que fuera el inicio para una vida llena de felicidad, risa, y amor. 

Pero en realidad fue el inicio de una de las peores épocas de mi vida. Nuestras vidas.

-Lamento interrumpir tan ...,"adorable" momento...pero hay ciertas cuentas que me gustaría ajustar. Especialmente con tu novia, Nightwing-Dijo de pronto alguien mientras subía hacia el techo. Starfire y yo nos separamos de inmediato.

Johnny Rancid estaba mirándonos como si se burlara. De inmediato Starfire y yo nos pusimos en posición de atacar.

-Ni se molesten. Pelear no les va a servir. Especialmente porque tengo esto....-Dijo, y de su bolsillo sacó una bala que yo conocía muy bien. De inmediato jalé a Starfire y la puse detrás de mí.

-¡Starfire, vete! ¡Son balas de kryptonita dorada!-Grité. Starfire tenía pocas debilidades, pero la mayor que tenía era la kryptonita dorada. La kriptonita verde debilitaba y le causaba dolor a Superman, pero no afectaba a Starfire. La kryptonita dorada podía despojar eternamente a Superman de sus poderes, pero a Starfire sólo la inhabilitaba por unas horas. Si Johnny Rancid le disparaba a Starfire con una de esas balas, especialmente mientras estaba volando, podía hacerle mucho daño, y eso no lo iba a permitir.

Rancid fue detrás de ella, y yo fui tras él. Starfire no volaba. Saltaba de edificio en edificio en caso de que las balas de Johnny pudiera alcanzarla, y yo iba detrás de él intentando detenerlo. Disparé un birdarang hacia él intentando derribar la pistola. No acerté, pero sí conseguí que el resto de las balas cayeran al suelo, por lo que las tomé para evitar que él pudiera conseguir más. 

No tenía idea de cómo o dónde las había conseguido. Ese estilo de balas en particular no estaba en el mercado y yo sabía que los planos no estaban en circulación, por lo que era imposible que él tuviera acceso a ellos. De todas formas no importaba, ahora él tenía las balas y yo tenía que proteger a Starfire antes de que él pudiera hacerle daño. Pero en cuanto la perdí de vista, escuché un disparo. 

-¡Starfire! ¿Estás bien?-Pregunté en voz alta. Seguí corriendo y me di cuenta de que se estaba sosteniendo el hombro, donde la bala le había dado. 

-No precisamente-Respondió ella mientras retrocedía. Rancid seguía avanzando hacia ella, esta vez sosteniendo un bate de béisbol. Yo tenía que actuar ya si quería protegerla. 

Lancé un birdarang explosivo hacia Rancid. No era una explosión suficientemente fuerte como para matarlo, pero sí para atontarlo. Starfire, aunque estaba herida, lo golpeó con fuerza y le quitó las armas en un segundo. Todo había terminado tan rápido como había empezado. 

Starfire sostenía los brazos de Johnny en su espalda y tenía una rodilla apoyada en él para evitar que se moviera de lugar. Yo me arrodillé junto a él.

-¿De dónde sacaste esas balas?-Pregunté. Él sonrió sin planes de decirme nada, así que Starfire torció su brazo aún más. 

-No hagas que se nos acabe la paciencia-Le dijo ella. Johnny suspiró.

-No compré las balas, compré los planos. Estaban disponibles en el mercado negro...-Respondió él. Sentí como si fuera a darme un paro cardíaco. Eso era imposible. Estaban guardados con contraseña en la computadora central de la torre.

-...junto con los planos de su torre, sus debilidades, instrucciones para armar sus accesorios, códigos, contraseñas...no soy un experto en tecnología, pero algo me dice que esa información no tenía que salir a la luz. Yo creo que ustedes están en problemas-Dijo él mientras se burlaba. Apreté los dientes y miré en dirección a la Torre T, preguntándome qué era lo que había sucedido, y cómo el mejor día de mi vida se había tornado tan mal en tan sólo unos segundos.

Y lo peor, es que lo peor aún estaba por venir.

Teen Titans: ExpuestosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora